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Frente: Frontera_MX-EUA

Arte hecho con basura de comida chatarra vs. consumismo

Platicamos con el artista mexicano Pablo Llana sobre el consumismo y sus espectaculares obras hechas exclusivamente de basura.

Pablo Llana es un artista visual que abandonó la pintura de lienzo para dedicarse a la transformación de empaques y envoltorios de golosinas, bebidas gaseosas y comida chatarra, en piezas de exposición artística que giran en torno a los binomios: capitalismo-consumismo y obesidad-identidad.

La realización de este ejercicio visual ―bidimensionales y tridimensionales― se realiza con materias primas procedentes de supermercados, tiendas de autoservicio, cadenas de comida rápida y gasolineras de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos. Estas envolturas y empaques de alimentos industrializados, altos en azúcar, carbohidratos, colorantes, glutamato de sodio ―potenciador de sabor― y grasas, son reciclados artísticamente por Llana, para señalar una época en la que el fenómeno creciente de la globalización, ha transformado la forma de alimentarnos y de construir nuestro cuerpo e identidad.

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La región de consumo que explora, Llana, específicamente es la conformada por la frontera entre Tijuana, Baja California y San Diego, California. La primera ciudad pertenece al estado con mayor índice de obesidad infantil en México, la segunda, por su parte, al estado más rico de Estados Unidos, país que a su vez es el mayor consumidor de comida rápida y alimentos chatarra; un estilo de vida que ha exportado a toda la faz de la Tierra.

Fotografía por Stefan Falke. Pablo Llana en la línea fronteriza en la zona de Playas de Tijuana.

Las obras, esculturas y ensamblajes de Llana, datan del año 2010. Han sido expuestas en Frankfurt, Alemania; Los Ángeles y San Diego, California; La Habana, Cuba; Oaxaca, Tijuana, Ciudad de México y Guadalajara. Con este trabajo, según las palabras del autor, busca evidenciar que: "Estamos invadidos y colonizados por los Estados Unidos, por industrias de comida chatarra que son 100% americanas. Estamos muy influenciados por la cultura americana en términos de alimentos, todo lo que queremos rápido y devorar al instante. Desafortunadamente vivir en la frontera es así. Lo que hago con mi trabajo es mostrar las consecuencias de ello, como McDonalds, Starbucks, Burger King y otras compañías alimentan nuestra identidad, estamos perdiendo nuestra identidad mexicana día a día".

Conversamos con Pablo Llana (1980) quien está nominado para los premios, SAN DIEGO ART PRIZE NEW CONTEMPORARIES 2017, con su pieza Plaga/Plague (2017). Un galardón que se entrega anualmente a los 'artistas emergentes' ―etiqueta colocada a aquellos creadores que sin importar la edad o la cantidad de exposiciones registradas en su currículo, han aportado en los últimos cuatro años ideas nuevas y frescas en el terreno de las artes visuales―. Este premio será entregado el sábado cinco de agosto, en la galería basileIE, ubicada en Avenida Logan 2070, en Barrio Logan, en San Diego, California.

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Plaga/Plague. Técnica: envolturas recicladas de comida chatarra donadas por familias mexicanas y resina. 2017. Todas las fotografías restantes cortesía del artista

Toda historia tiene un comienzo. ¿Cómo inicia la tuya dentro de las artes plásticas?

Desde chico tuve inclinación por las artes. Mi madre tenía en su colección de libros muchos relacionados a la pintura, así que para mí era muy familiar el observar cuadros de los grandes maestros de la plástica; de hecho yo tomaba sus libros de arte para colorear; veía una foto de una pieza que me llamaba la atención y la intervenía con crayones. Desde que tengo memoria siempre pinté de manera convencional, pero fue a partir de los 17 años que decidí incursionar de manera formal en las artes tomando diplomados, cursos, talleres etcétera. Participé en varias exposiciones colectivas en la ciudad de Tijuana. A la edad de 19 años obtuve mención honorífica en la disciplina de pintura en la Bienal Plástica de Baja California, lo cual me estimuló para seguir produciendo y continuar exponiendo mi trabajo.

Vestido para matar/Dress to kill. Envolturas de chocolate Reese's, resina y fibra de vidrio. 2010.

¿Cómo surge la inquietud de realizar arte con empaques, etiquetas y envoltorios de comida chatarra?

A los 24 años de edad me alejé de las artes; dejé de pintar con oleos, acrílicos y pasteles; dejé de exponer mi trabajo, estaba en una zona de confort y quise salirme de ella. Puede parecer arriesgado el borrar de un día para otro tu deseo de producir piezas con estos materiales tradicionales, pero me gusta ser arriesgado, así que me tomé un tiempo para hacer un campo de investigación el cual me tomó muchos años. Esta investigación consistió en enfocarme en el poder que tiene la publicidad sobre nosotros, principalmente la de los productos truco, denominados chatarra, los cuales bombardean todos nuestros sentidos con sus campañas publicitarias. Entonces me surge la intriga de cuántos de estos productos son consumidos por los mexicanos y por los estadounidenses.

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Ya que soy tijuanense, tengo la ventaja de percatarme de lo que acontece en mi ciudad y en San Diego, California; tengo la oportunidad de saber cuáles marcas tienen más demanda, así que comencé mi carrera de artista desde cero, recolectando lo que hoy en día es mi materia prima [empaques, etiquetas y envoltorios de comida chatarra].

Hansel & Gretel. Envolturas de comida chatarra sobre lona. 2012.

¿Cómo haces para recolectar una cantidad suficiente de materia prima con la cual construir tus piezas artísticas?

Invité a familias cercanas a que me guardaran las envolturas de los productos que consumían diariamente. Esa familia le comento a otra y esa a otra. De esa manera logré tener varias familias de distintas clases sociales, tanto de México como de Estados Unidos, que me guardan los empaques y las envolturas; es muy interesante observar qué es lo que consume la población; no existen las diferencias sociales en lo que se consume. Ya con el material en mi taller procedo a desinfectarlo, limpiarlo y clasificarlo por colores; todos los rojos, todos los amarillos, todos los azules, etcétera. Teniendo mis colores ya separados empiezo por elegir el color que necesito; en lugar de escoger un rojo carmín, ahora lo etiqueto y digo: "Ocupo un rojo Coca-Cola; usaré un amarillo Sabritas".

¿Qué demuestras con tu trabajo?

Con mi trabajo demuestro lo que la población compra y come. Yo no invento nada en mi trabajo. Las envolturas me son donadas, yo no las compro, así que para mí es un factor importante como artista el exponer literalmente cuánta comida chatarra compra diariamente la comunidad para saciar sus deseos artificiales.

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Empapadas. Envolturas de comida chatarra recicladas y resina sobre tela. 2011.

Trabajas con los binomios capitalismo-consumismo, obesidad-identidad. ¿Podrías explicar la reflexión que realizas de ellos desde tu obra plástica?

El capitalismo tiene una serie de consecuencias que marcan la vida de las sociedades. El marco del capitalismo de consumo se basa en la idea de que el valor de un producto se determina por el deseo del individuo, independientemente de su necesidad real. Por ejemplo, el consumidor puede pensar que desea o necesita un producto, y mientras este deseo se mantenga, el valor seguirá aumentando. El capitalismo de consumo funciona bajo el paradigma económico básico de la oferta y la demanda, sin tener en cuenta el valor intrínseco de un producto. Muchos han argumentado, incluyendo a la sobresaliente Naomi Klein, autora del libro, "No Logo", que la tendencia del capitalismo de consumo ha dado lugar a un público descontento que ha sido virtualmente separado de sí mismo como individuo e identidad y de la sociedad en general. Al ser bombardeados por la cultura de consumo, algunas estimaciones indican que los individuos están expuestos a un promedio de 2.000 anuncios al día, las personas pueden perder de vista su propio valor en la búsqueda de posesiones materiales y llenar los vacíos espirituales en sus vidas con productos en lugar de verdaderas conexiones con otros seres humanos. Por ende, la vida de estos sujetos se vuelve sedentaria, no productiva, pierden su identidad y la reemplazan con efectos secundarios como lo son la obesidad por el resultado de ser partícipes activos del consumo de estos productos y presas fáciles del constante bombardeo de publicidad.

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Violencia oral. Envolturas recicladas de comida chatarra sobre lienzo. 2012.

Platícanos de tu pieza: Territorio Masticado. Una pieza realizada con envolturas de comida chatarra que una sola persona consumió en un solo día. ¿Te entristece, te enoja este tipo de situaciones?

Esta pieza está realizada con los envoltorios que una sola persona consumió en un solo día. El mexicano consume un promedio de 212 kilos de comida chatarra por año; un alimento de base comprado a costo muy bajo. Los científicos añaden un sinnúmero de aditivos que permiten aglutinar, colorar, edulcorar, emulsificar, estabilizar, dar sabor y conservar el producto final. Es un suculento negocio el de la comida chatarra en México; Oxxo es uno de esos negocios, muy populares en México. Su modelo simboliza la tendencia a la integración vertical y el acaparamiento del mercado que advierte el estudio. Es propiedad del Grupo FEMSA, que a su vez distribuye a Coca-Cola en el país. Sus tiendas se multiplicaron un 300% en las últimos dos décadas. La cadena tiene 12.853 puntos de venta y aspira alcanzar los 14.000 durante este año. En los supermercados como, Comercial Mexicana, por ejemplo, al entrevistar personalmente a las cajeras y preguntarles cuál es el porcentaje de ventas al día de productos chatarra la cifra impresiona, es del 75 por ciento. El mal hábito nutricional se inculca desde el núcleo familiar, eso es lo que sucede.

MacFat. Envoltorios reciclados de comida de comida chatarra sobre comida. 2015.

¿Qué piensas cuando ves en la calle a una persona con obesidad mórbida?

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Una persona no se puede etiquetar por su aspecto de entrada, porque incurriríamos en un acto de discriminación. Son varios los factores que inciden para que una persona sea obesa o tenga sobrepeso. Pero lo que si te puedo decir en base a numerosos estudios científicos, es que dentro de esos factores se encuentra la mala alimentación provocada por el consumo de comida chatarra.

¿Por qué crees a los mexicanos nos encanta la comida chatarra?

Los mexicanos somos líderes mundiales en obesidad, ya que uno de cada tres mexicanos tiene sobrepeso a causa de una mala alimentación, es un diagnostico contundente. ¿El culpable? Los alimentos procesados altos en calorías y de bajo costo sumados a un estilo de vida cada vez más sedentario a medida que los ingresos de los mexicanos aumentan y más personas se mudan a las ciudades.

No es que nos encante la comida chatarra a los mexicanos, más bien el acortamiento del tiempo, tanto en el ámbito laboral, como en la vida cotidiana, hacen que la alimentación chatarra esté disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.

Se ponchan llantas gratis. Envolturas de comida chatarra recicladas sobre tela. 2012.

En el caso de Tijuana, ¿cuál es la importancia de la basura y el desperdicio ―no solamente alimenticio― en una ciudad que por su situación geográfica es llamada el traspatio ―en el mejor de los casos― o el basurero de California?

Aunque este tipo de basura no es parte de mi trabajo si puedo hacer un comentario extra muros en el sentido que, ante la carencia de políticas adecuadas y la proliferación de equipos y materiales que ya no se consumen en Estados Unidos, indiscutiblemente la zona fronteriza, por sus particularidades obvias, es el destino de todo este comercio barato y a cualquier costo.

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Sofismo. Envolturas recicladas de comida chatarra sobre cartón. 2014.

¿Crees que se consume más comida chatarra en la frontera México-Estados Unidos que en el resto de México?

Si existe el consumo en el resto del país, sin embargo en la zona fronteriza es mucho más evidente ya que la cultura norteamericana la vivimos como si fuera propia.

Viacrucis. Envolturas de comida chatarra recicladas y resina sobre tela. 2012.

¿Cómo es el proceso creativo de tus piezas?

Como te comenté anteriormente, las envolturas me son donadas por diversas familias tanto mexicanas como estadounidenses, y con ellas elaboro mi obra, mediante la cual proyecto la intencionalidad de evidenciar el consumo de productos chatarra. Mira, en algunos genera conciencia mi trabajo y en otros les molesta el verse reflejados. Lo importante es generar una reacción sea cual sea ésta, si no, la obra no comunicará en lo absoluto y la importancia del artista es transmitir, comunicar.

Si quieres ver más obras de Pablo Llana, visita su sitio.

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