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Contactos estéticos: La artista que crea impresionantes obras con sus cicatrices

"Al inicio, mi condición era algo que me provocaba inseguridades, no era algo que pudiera compartir de forma tan natural como lo hago ahora."
Fotografías cortesía de la artista.

Isabella de la Mora, originaria de la CDMX, a diferencia de otros artistas no trabaja con un lienzo o manipulando figuras, sino que a través de su condición física, plasma proyectos artísticos sobre su piel, generando un trabajo impresionante. En una entrevista para The Creators Project nos contó sobre sus trabajos, el dermografismo y sus inspiraciones.

¿Qué es el dermografismo y desde cuándo empezaste a jugar con esta condición?

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Para comenzar, pienso que siempre es importante definir lo que es en realidad mi condición. El dermografismo, o coloquialmente escritura de piel, es una característica poco común de la piel humana. En ella, la piel obtiene un color rojo y una hinchazón exagerada con un simple contacto o rasguño. Podría decirse que soy alérgica al tacto. Lo cual me encanta, me parece increíble. El comprender como es que funciona mi condición ha sido todo un proceso que me ha llevado toda mi vida, y creo que el descubrimiento más grande ha sido entender como controlarlo.

A los dieciséis años aproximadamente fue cuando decidí ser artista, y ahí fue cuando comencé a explorar mis posibilidades. Al inicio, mi condición era algo que me provocaba inseguridades, no era algo que pudiera compartir de forma tan natural como lo hago ahora.

Sin embargo, creo que la idea de representar el universo interior que tenemos como personas es lo que me ha llevado a tomar riesgos y explorar mi piel lo más posible. (Mismo que es mi primer fundamento de producción artística y uno de mis principales temas tratados hasta la fecha). Se trata de un reflejo en el exterior de cómo es lo que ocurre en el interior. Mi primer proyecto con el dermografismo fue precisamente un autorretrato, pienso que en realidad esto tiene mucho sentido.

¿Cómo se te ocurrió “yo dibujo en mi piel”?

“Yo dibujo en mi piel” surgió naturalmente, por así decirlo. Finalmente se presenta como un confesionario, un diario en el que expreso mis encuentros con mi condición y, principalmente, el desarrollo de los proyectos y de los conceptos creados alrededor de ella. Es un registro, una especie de bitácora, mi cuaderno de bocetos más importante; es un todo.

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Comenzó como un simple proyecto de posicionamiento como artista, un método de promoción; el objetivo inicial era un ensayo de una posible página web que funcionara como portafolio y carta de presentación.

Cuéntame sobre tu travesía como artista ¿cuáles son tus influencias e inspiraciones?

Mi travesía artística ha consistido principalmente en pura confusión; una tras otra. Busco presentarle al mundo todas mis confusiones a través de mi producción y el transcurso que ellas tienen.

Siempre he tenido una inquietud muy grande por el cuerpo humano y sobre su desarrollo. En concreto, la relación entre lo interior y exterior del pensamiento y de la realidad humana, el choque que nos lleva a ser lo que somos. Me importa reflejar este choque a través del puente que conecta a lo interior con lo exterior: la piel como el soporte más importante del humano. La piel como conducto, como frontera de posibilidades y de conexiones.

La influencia de pensadores postmodernos como Gilles Deleuze y Felix Guattari me han ayudado mucho a definir una salida del establecimiento que se le da al cuerpo en tanto su condición y presentación. Más que nada a cuestionarme sobre qué es lo “normal” que uno como humano debe ser y qué es lo que se puede llegar a ser.

Me inspira la idea romántica de las conexiones humanas, tanto con nuestro entorno como con otras personas. Los rastros que deja un abrazo o un beso a partir de las marcas que se imprimen en mi piel. Preguntarme que pasaría si sometiera mi piel a ciertas cosas o, tal vez, simplemente irme conociendo cada vez más: tomarme como un lienzo en blanco.

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¿Cuáles han sido tus procesos y retos creativos a la hora de trabajar en su piel?

Algo que me parece muy interesante es el detenerme a contemplar mi producción en modo de línea del tiempo para así poder observar el proceso que se ha llevado a cabo. En el inicio, cuando apenas comenzaba a utilizar el dermografismo como forma de producción, los resultados eran bastante simples: Fotografías en las que el objeto era un simple trazado en diferentes partes del cuerpo. Jugar a dibujar por todo mi cuerpo para observar el resultado.

Conforme ha pasado el tiempo, he ido desarrollando nuevos conceptos, y así es como he salido del simple ideal del dibujo en piel. Ahora, me adentro en posibilidades más amplias en las que se usa al cuerpo como medio y no como concepto. Tomo al cuerpo como lo que es para, después, sumergirme más.

Pienso que los retos son parecidos a los de cualquier producción, los cuales más que nada son desarrollar el concepto sin llegar a agotar las posibilidades y las ideas. Hasta ahora no he llegado a eso, pero es algo que siempre tengo presente, por eso es que últimamente he intentado salir un poco de esto para llevar mi producción a otros lados.

Explicarle a los espectadores qué es mi condición también siempre ha sido un reto. Normalmente, es bien recibida a la hora de ser explicada, pero muchas veces cae en primera instancia en algo que me hace daño, en una especie de autoflagelación; y es todo lo contrario, es el conocerme y trabajar conmigo a fondo, el respetarme para llegar a saber hasta donde el dermografismo puede llevarme.

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Conviertes tu cuerpo un medio artístico, te utilizas ¿qué me podrías decir sobre esto teniendo en cuenta la naturaleza efímera de tu trabajo? ¿cómo repercute en tu creación como artista?

El utilizarme como medio, como soporte, ha necesitado de una gran auto exploración. Ha habido veces que el contacto es tan intenso que llega a lo más profundo de mi ser. No obstante,  creo que es la mejor manera de conocerme; a través de una impresión externa que penetra mi interior.

Mi trabajo, en efecto, tiene una naturaleza efímera. Sin embargo, esto es lo que me hace querer trabajarlo cada vez más. En mis últimos estudios, uno de los principales tópicos usados es justamente la temporalidad evidente de éste tipo de procesos.

Es un juego de paradojas al convertir lo efímero en algo permanente. Conceptualmente pienso que esto es muy fuerte. Pero, físicamente, sí puede a llegar a repercutir en mi trabajo la temporalidad de las marcas en mi cuerpo, pero es cuestión de comprender bien mi condición. Se tiene que trabajar rápido y en muchas piezas como lo pueden ser videos o imágenes de mayor magnitud como lo son proyecciones en la espalda. De hecho, tengo que asegurarme de que salga bien a la primera vez, sino se debe de esperar más de un día y esto puede llegar a ser un poco tedioso. Las series de fotografías en la espalda puede llegar a tomar días o hasta semanas.

Cada medio tiene lo suyo. Es necesario practicar y entender cada técnica, y mi piel no es la excepción. Esto es parte de su encanto creo yo, de su belleza y de su naturalidad.

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Visita Yo Dibujo en mi Piel, el blog de Isabella.

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