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tesoros urbanos

Antes de Banksy, Basquiat y Keith Haring, estuvo Shadowman

Un alma atormentada y sobrevolada de talento.

Mucho tiempo antes de que la sátira política de Banksy plagara las calles, o el trabajo de Basquiat y Keith Haring llegara a cambiar el mundo del arte para siempre, estaba el artista urbano Richard Hambleton. Un artista clásicamente entrenado como pintor, Hambleton fue conocido en los 80 por sus obras en Manhattan que tenían una agresiva y dudosa reputación, así como una energía autodidacta. Primero llegaron sus trazos con gis (los cuales también aparecieron en otras ciudades), luego llegaron las misteriosas pinturas de sombras, que mostraban la silueta de un hombre acechando en los corredores más oscuros de la ciudad. Hambleton, quien se volvió desconocido al mismo tiempo que Basquiat y Haring mundialmente famosos, es ahora el tema del director de documentales Oren Jacoby. Estrenada en el Tribeca Film Festival, Shadowman sigue las resurrecciones, ascensiones y caídas del artista.

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Tal y como Shadowman lo cuenta, el artista nacido en Vancouver, tomó su misterio de asesinato, es decir, las delineaciones con gis, en una gira por la costa oeste de EUA, y pasó por Seattle, San Francisco y Los Ángeles. Luego, trabajó para cruzar todo Estados Unidos, llegando a la ciudad de Nueva York en 1978, justo en el momento en el que la escena artística comenzaba a explotar como nunca antes. Sus misteriosas obras tomaron refugio en TriBeCa y en otros lados, con pintura roja como la sangre esparcida por las líneas blancas, éstas inmediatamente sacaron a todos de juicio –incluyendo a la policía. Esto atrajo mucha atención mediática y lo hizo rápidamente un artista mundialmente famoso.

Standing Man. Foto de Hank O'Neal.

Aunque tenía práctica de estudio, Hambleton siguió creando arte público en las calles con posters de tamaño real de si mismo, titulados, Solo tengo ojos para ti, antes de plagar el "Lower East Side" con sus pinturas de Shadowman. Eventualmente, Hambleton se distanció de estas obras figurativas y minimalistas, para hacer sus Pinturas Hermosas, que incluían lienzos enormes con impresionantes olas de mar. Después de tomar éxtasis durante los 80, Hambleton cayó en un terrible hoyo de adicción a la heroína y al crack, llegando a ser indigente varias veces. Siempre tuvo arte y nunca dejó de hacerlo.

Mucho de esto es delineado, seguido con detalles incómodos, en entrevistas y seguido con pequeños clips, la cámara de Jacoby revela a un hombre lleno de ira, destrucción y talento desgastado por años de adicción y cáncer de piel, cosa que tristemente había atacado su rostro. Esto es particularmente triste porque, tal y como las fotos y los archivos muestra, además de su obvio talento artístico, Hambleton resaltaba por su belleza, así como su nueva y seductora voz.

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Jacoby, siendo un yanqui nativo, primero se encontró con la obra de Hambleton entre 1980 y 1981 mientras dormía en el departamento de un amigo en SoHo. El vecindario estaba desolado y desértico, y en estas vacías calles, él recuerda encontrar bizarras pinturas de sombras. Poco después, Jacoby vio los "misterios de asesinato" de Hambleton, cosa que lo emocionó de una manera diferente. Pero, nunca supo que eran creaciones del artista.

A shadow painting en 34th East 12th Street. Foto de Hank O'Neal.

"No supe quien era hasta 30 años después cuando un amigo, el fotógrafo Hank O'Neal, me llevó al estudio de Richard y me lo introdujo, eso fue en el 2009", dice Jacoby, quien empezó el documental pronto después. Fue una oportunidad extraña ser invitado dentro del mundo de Hambleton. "Tan pronto como lo conocí sentí que había algo inusual ahí. El último tercio de la película muestra a Richard con dos comerciantes de arte jóvenes – ahí fue donde comencé. Yo estuve ahí desde que llegaron y empezaron a platicar con él."

"Me sentí increíblemente incómodo y supe que esta interacción muestra algo realmente interesante del mundo del arte: cómo el arte y el comercio se conocen", él añade. "Los compromisos que el artista debe de hacer simplemente para poder tener una carrera. Y vi eso derramarse justo en mi cara."

Richard Hambleton. Photograph by Ben Buchanan.

No obstante que Jacoby nunca "se sentó" a platicar con Hambleton, sí grabó al artista en conversación con amigos suyos. Él dice que cualquiera que lo conozca no puede evitar enamorarse de su carisma. Los espectadores ven entrevistas con exnovias, amigos y gente cercana. Inclusive se puede ver cómo Hambleton mismo usaba su mente dinámica e

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"La cosa impresionante para mí de esta película, fue la cantidad de gente que fue atraída por los años hacia Richardo, no sólo por su arte sino por su persona y empatía por su situación", dice Jacoby, "Cualquiera que haya tratado con Richard fue puesto al límite, y tuvo que hacer cosas muy complejas para hacer suceder otras cosas. Y ellos sólo podrían haber hecho eso gracias a sus intensos sentimientos por el tipo."

Oren Jacoby filming Richard Hambleton in 2010.

Aunque Hambleton sigue vivo, la película sorprende con un final muy explosivo. Es 2016, y Hambleton está viviendo en Chinatown y sufriendo de mala salud. Su lucha en contra del cáncer y la adicción están cobrando su factura, pero él se mantiene firme en su producción artística. No ha cambiado mucho en el 2017, pero Jacoby dice que Hambleton está emocionado por el estreno de la película.

"Nada me sorprendió en los ocho años de trabajo de esto más que mis interacciones con Richard. Los subes y bajas, todos los obstáculos y problemas en hacer la película, y la manera como él ha respondido a ésta", comenta Jacoby. "Él regresó a la vida. Está produciendo muchísimo y tendrá un show pronto este año."

"También está pensando en hacer otra pieza de arte urbano cuando termine el festival, cosa que no ha hecho en años", añade Jacoby, "Es demasiado gratificante ver que ha sido algo muy positivo para él, tanto así que es reconocido y quiere trabajar más."

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Mira aquí para saber más sobre la película.

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