Esculturas de cerámica y oro muestran la fragilidad de la vida

Escalofriantes, dolorosas y familiares, las esculturas del artista mexicano Alonso Cartú, hechas en colaboración con Iker Ortíz de IK Joyeros, hacen una intersección entre líneas temporales. Estéticamente, la técnica milenaria de la escultura con cerámica se junta con agresivas explosiones de oro que refieren, sutilmente, a un sentido contemporáneo y moderno de diseño.

Por otro lado, temática y narrativamente, nos hablan de la unión de temas "inmortales" para la humanidad como la muerte y el llanto con sus antagonistas, como la vida y el gozo.

La serie expuesta en la Galería Oscar Román titulada "Harajuku, el llanto asimétrico", se basa en el distrito de Harajuku, en Tokio. En ella, se presenta un universo de personajes llenos de misterio y contradicción, mismos que generan una reflexión sobre las instancias anímicas que gobiernan los temores y anhelos de cualquier espectador.

Platicamos con Alonso sobre su medio, temática y relación entre lo Pop, latino y asiático. Puedes leerla, abajo.

¿Hay algún significado detrás de relacionar cerámica y oro?

Para esta exposición buscamos una paleta de color mínima donde el blanco y el negro se complementan con el brillo y el simbolismo del oro, la fragilidad de la cerámica y la dureza del metal crean un delicado contraste que evoca los principios básicos de la filosofía zen.

Llaman mucho la atención las orejas estilo "Mickey Mouse" ¿Por qué juntar elementos infantiles con motivos más agresivos, como una calavera o el dolor visible en las esculturas?

Las orejas de ratón y las calaveras son símbolos universales que a cada persona le remiten un lugar, un momento o un personaje especifico en su vida; con la serie Harajuku buscamos reflejar añoranzas personales donde cada individuo interpreta a su manera; para mí, las orejas de Mickey sobre una colección de piezas que habla de Japón representa la mirada casi deslumbrante que los japoneses sienten por lo occidental, y que de alguna forma se alza sobre las raíces de una cultura milenaria.

¿Por qué un "llanto"?

La premisa básica de este proyecto era encontrar la manera de representar la belleza plástica de las lagrimas con una serie de piezas colgantes en oro y corian, esta colaboración con Iker Ortiz generó un dialogo entre materiales donde el llanto metálico, brillante y complejo habla de cada una de las esculturas y busca provocar al espectador emociones universales sobre los infinitos matices que estas representaciones encierran.

¿Cómo relacionas la cultura japonesa en la que se basa el proyecto con las culturas prehispánicas?

Esta serie de piezas entrelaza iconografías y representaciones de ambas culturas concibiendo nuevos ídolos y rituales con los cuales el espectador tiene la posibilidad de interactuar. Para la instalación principal me gustó retomar el concepto mesoamericano del tzompantli e interpretarlo de una manera minimalista usando los materiales propios de la cultura japonesa (cerámica y madera) pero conservando la esencia de los altares que aun nos pertenecen. Japón es un país de contrastes donde conviven el caos fluorescente de las ciudades y la calma de los templos; el amor por la vida y la familiaridad con el suicidio; en la muestra HARAJUKU se invita al espectador a reflexionar sobre estos temas y entablar un dialogo directo con las esculturas, que, aunque inertes, nos observan y esperan una interpretación personal.

¿Cómo describes tu relación con cualquiera de los personajes que presentas?

Hay algo de mí en cada una de las piezas, creo que de una manera intuitiva reflejan mi interés por conocer culturas ajenas a la mía; con el tiempo voy digiriendo todo lo que la vida me entrega y que es capas de sorprenderme, para compartir con el mundo una perspectiva personal que trabajo desde adentro.

Finalmente, ¿cómo crees que funcione el tiempo en el arte, lineal o circularmente?

Estoy seguro de que estamos avanzando en forma lineal, y aunque siempre regresamos a tomar cosas del pasado la dirección hacia delante es inminente. Como artistas estamos viviendo un momento increíble, donde las posibilidades de comunicación son infinitas, se han roto paradigmas y no existen restricciones; es el momento perfecto para tomar esa libertad y provocar a la humanidad de una forma inesperada.

"Harajuku: el llanto asimétrico" está actualmente expuesta en Galería Oscar Román, en la CDMX, visita su sitio para más información. Si quieres saber más del artista, haz click aquí.

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