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arte

Microorganismos fluorescentes unen la ciencia con el surrealismo

Las imágenes que estás por ver son fotografías de microorganismos vivos sin alteración digital.
Todas las fotografías cortesía del artista

Llevando la microscopía y la investigación científica a un nivel completamente diferente, fuera de la academia y dentro de la sublime estructuración estética de las diversas formas de vida natural, la obra del fotógrafo de origen polaco Igor Siwanowicz fue escogida como la imagen oficial del Carnaval Bahidorá 2017. Portando estudios post-doctorales en bioquímica y una profunda comprensión del comportamiento de la luz en la fotografía, Siwanowicz ha logrado abrir un nuevo paradigma sobre cómo acercarnos a todo tipo de vida natural, exigiendo una visión comprensiva o anti-antropomórfica del “microuniverso “que nos rodea.

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Platicamos con él sobre su proyecto, sus métodos, la relación entre arte y ciencia, y el hombre frente al mundo natural.

Puedes leer la entrevista, abajo.

TCP - ¿Cómo es el proceso para lograr esos colores tan llamativos?

IS - A nuestros ojos los especímenes se ven muy diferentes a la imagen final – esto es porque nuestro microscopio confocal “ve” la muestra de una manera muy diferente a nosotros. El microscopio confocal es fluorescente; eso significa que el espécimen en cuestión es iluminado con una luz especial, con una onda más larga, onda. Es el mismo fenómeno físico que hacen los posters de luz negra de los 70 brillar. El espécimen es iluminado, punto por punto, por un rayo láser que se mueve similarmente a un rayo de electrones, produciendo una imagen en la superficie fosforescente del tubo catódico en una televisión o monitor de computadora (Estoy hablando de los gordos monitores de una era pasada, por supuesto).

Para producir una imagen, grabo la luz emitida en tres canales simultáneamente. La asignación del color en la imagen capturada en cualquier canal es totalmente arbitraria; no obstante, sí asigno el azul al canal que graba la luz en la onda más corta, verde y rojo de manera similar, en el orden “natural”. Combinar los tres canales – tres imágenes de colores primarios – en una que produce la paleta de colores completa – en efecto, es como si el microscopio tuviera una “visión” tricromática, justo igual que nosotros. El efecto final es casi imposible de predecir y casi siempre es una sorpresa.

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TCP - ¿Qué consideras lo más importante al capturar sujetos naturales? (tanto animados como inertes)

IS - He estado fascinado con la vida silvestre desde antes que tuviera memoria. Mis padres son biólogos y crecí rodeado de libros de biología ilustrada y álbumes del tema. Uno que definitivamente me inspiro fue el libro “Artforms from Nature” (Formas artísticas de la naturaleza), de Ernst Haeckel, una magnífica colección de litografías detalladas mostrando todo tipo de vida natural, y uno de los mejores ejemplos de la unión entre talento artístico y aproximación científica. Hace 14 años, cuando tenía 26 años de edad, me compré mi primera cámara y me encontré en el lado estructural de la fotografía. Tenía una idea bastante definida del efecto que quería lograr y metas realmente claras; como la mayoría de los fotógrafos, quería capturar la belleza y comunicar sentimientos y emociones, mientras me enfoco en creaturas que normalmente se consideran feas o asquerosas –básicamente todo dentro la gran categoría de lo “espeluznante”.

Quería evocar en los espectadores un sentido de interés, admiración, sorpresa y respeto por la vida en todas sus manifestaciones. La manera que busco lograr es por medio de tratar mis “modelos” como celebridades miniaturas, conociéndolos a fondo, ojo por ojo, tratándolos como iguales y aplicando técnicas y trucos fotográficos propios del mundo del glamour. La microscopía perfectamente complementa la fotografía macro y le da una perspectiva más íntima a mis “modelos”.

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No obstante que no es el objetivo primario de los datos científicos, sorprendentemente muchas imágenes relacionadas con la investigación tienen un mérito estético; para apreciar completamente la belleza de esas abstractas y surreales formas uno tiene que acercarse a ellas con una mente abierta. El erudito y filósofo de la ciencia francés, Jules Henri Poincaré, dijo que “el científico no estudia la naturaleza porque es útil; la estudia porque él se encuentra deleitado por ésta, y se deleita porque es bella.” Estos días, no muchos científicos tienen el privilegio de aplicar esta aproximación utópica en su trabajo, pero muchos investigadores sí comparten la apreciación de la belleza y están muy al tanto de los aspectos estéticos de su trabajo.

TCP - ¿Cómo y cuándo comenzaste a usar un microscopio para tus fotografías?

IS - Soy bioquímico de formación, con doctorado en bioquímica estructural y dos años de experiencia post-doctoral en el campo; pasé varios años estudiando las interacciones de las proteínas a nivel atómico y, hasta cierto punto, me pareció demasiado reduccionista para mi gusto; sentí que por enfocarme en una sola interacción de un enorme universo bioquímico me estaba perdiendo de la imagen completa.

Hace seis años decidí cambiar mi campo de investigación hacia uno que estuviera más acorde a mis intereses naturalistas. Neurobiología es el estudio de las células del sistema nervioso y la organización de estas células en circuitos funcionales que procesan información a través de patrones. Los insectos, teniendo un sistema nervioso relativamente más pequeño, son comúnmente usados como modelos, la premisa principal siendo que en el nivel más básico tenemos muchas concordancias con los sistemas neuronales más simples. Fue mi experiencia extracurricular en anatomía de invertebrados y fotografía macro lo que hizo la transición posible. Una de las herramientas comúnmente usadas por neurobiólogos para estudiar la morfología de neuronas y sus “sistemas de operación” es un microscopio, y como un bonus añadido gané acceso a microscopios de alta gama, como el microscopio confocal.

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TCP - ¿De dónde surge tu interés por microorganismos?

IS - Microorganismos – unicelulares, alga acuática, protozoa, micro-invertebrados como rotifers, etc. – no fueron un tema de mi fotomicrografía hasta que imaginé una planta de agua dulce carnívora llamada bladderwort en inglés (Utricularia gibba). Las bladderworts son conocidas por tener una relación íntima con algas unicelulares llamadas desmids; el orden de Desmidiliaes compromete más de 800 especias alrededor del mundo, exhibiendo una gran diversidad de formas y tamaños. Mi encuentro con las bladderworts vino con la añadidura de encontrar esas hermosas algas. Inmediatamente me obsesioné con ellas, un fenómeno entre microscopistas llamado “desmid twitching”, caracterizado por la compulsión por tomar muestras de agua de cualquier cuerpo de agua que encuentres. ¡Hay que atraparlos todos! Lo que me pega como ex-bioquímico estructural es la multitud de grupos simétricos que uno puede identificar entre desmids. Me hace preguntarme sobre por qué Ernst Haeckel, quien estableció la cristalografía orgánica devotó sólo un plano en esas algas en su increíble “Artforms From Nature”.

TCP - ¿Crees que tu fotografía es una comparación entre el humano y naturaleza?

IS - Seguido escucho que mis “modelos” tienen un carácter humano; soy aparentemente capaz de mostrar a través de la fotografía mi actitud hacia la naturaleza y las formas de vida en general – la cual es una de respeto y admiración. Me acerco a mis “modelos” no desde la posición de un ser superior, pero como un igual – muestro una forma animal en su propia perspectiva, y el resultado de eso es el retrato. Esta aproximación hace más fácil al espectador relacionarse con la creatura en un nivel personal – usualmente toma un cierto sentido de antropomorfización, que es atribuir características humanas y personalidades al animal. Entiendo que es difícil para la mayoría de las personas escapar las categorías del pensamiento antropomórfico, humano-chauvinista, así que esa reacción es lo suficientemente buena, para comenzar.

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Creo que la microscopía puede despertar a los espectadores de la belleza de las formas naturales y las múltiples facetas del diseño como texturas y colores. Creo que muy seguido la funcionalidad de las formas naturales es subconscientemente percibida como belleza. Aquí está mi teoría por qué eso podría ser; mi pensamiento a veces puede ser un poco complejo, así que por favor, tengan paciencia:

En la naturaleza la forma es una manifestación de función, producto de millones de años de refinamiento y optimización. Cada pequeño pedazo de anatomía, en cualquier escala, presenta un desafío de ingeniería; las soluciones son contestadas en el proceso de selección natural. Un problema de ingeniería puede ser resuelto esencialmente por medio de matemáticas, y la naturaleza es muy buena en las matemáticas (por ejemplo, neuronas en un cerebro en desarrollo o hasta colonias de hormigas). Y aquí estamos con la noción de belleza matemática, mejor expresada en esta cita por Bertrand Russell: “Las matemáticas, vistas estrictamente, poseen no solo la verdad, sino una suprema belleza – una belleza fría y austera, como la propia de la escultura, sin apelar a ninguna parte de nuestra naturaleza más débil, sin las hermosas connotaciones de la pintura o la música, pero aun así sublimemente pura, y capaz de una caprichosa perfección que solamente el más elevado tipo de arte puede mostrar. El verdadero espíritu de deleite, exaltación, el sentido de ser más que humano, que es la piedra central de la excelencia más alta, puede ser encontrado con seguridad en las matemáticas tanto como la poesía.” A la luz de esto, la cita de John Keats – “La belleza es verdad, verdad bella” – hace perfecto sentido. Para concluir, nuestros cerebros son de alguna manera entrenados a ver y responder a la estética de verdades matemáticas en variados medios como la música, poesía, composición artística y formas naturales.

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TCP - ¿Dónde crees que radica la diferencia fotográfica entre que tu sujeto sea humano o sea otro ser vivo?

IS - Creo que la mayor diferencia es que… ¡Mis sujetos no toman órdenes! Seguir una instrucción no es parte de su paradigma – sus relativamente simples cerebros de reptiles, y la aún más simple ganglia de insectos permiten que solamente específicos, bien enraizados, comportamientos puedan suceder; tienes que hacer lo más posible con lo que esos animales pueden ofrecer, y aprender a rendirse y dejarlos en paz si no cooperan. La paciencia es la clave. Insectos, anfibios y reptiles operan según varios principios simples, así que es relativamente fácil descubrirlos y predecir sus reacciones antes de la sesión. Una mantis religiosa con hambre siempre atacará un insecto más pequeño, y después se lo comerá; una polilla o mariposa recién eclosionada se quedará inmóvil por un rato y no se irá, dándote una hora, más o menos, para tomar fotos de todos los ángulos mientras sus alas están endureciéndose (¡nunca las toques durante este proceso!).

Los animales pequeños son muy frágiles, extra precaución siempre es necesaria cuando los manipulas frente al lente. Algunos reptiles – especialmente los camaleones – son adeptos al estrés, lo cual puede ser muy perjudicial para su salud y no puede ser manejado por mucho tiempo. Los síntomas del estrés son fáciles de reconocer y a veces espectaculares (aunque nunca debe de ser provocado) – en los camaleones toman forma de coloridos y contrastantes patrones. Mi aproximación general es: usualmente estoy terminando una imagen final en mi cabeza – yo visualizo la composición y trabajo hacia ésta. Improviso, modifico y permuto conforme avanzo.

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Las mantis religiosas son, por mucho, mis modelos de insectos favoritos. Tiene ciertas cualidades únicas que las separan de los demás insectos y las hacen especiales. Una habilidad para rotar su larga, en forma de domo, cabeza, presumiendo un par de pseudo-pupilas (esos puntos negros que parecen seguirte), pegajosas piernas frontales usadas para manipular los animales capturados y en hilar, que les dan una apariencia antropomórfica y al mismo tiempo una extraterrestre. Vienen en varios tamaños y colores; a veces disfrazadas como una flor, una hoja seca o una rama. Cuando el cuasi perfecto camuflaje falla y son descubiertas por un ave o gato, las mantis aún tienen un as bajo la manga – una proyección apuntada a confundir al opresor. Los insectos levantan sus brillosas piernas y alas, demostrando contrastantes patrones u ojos, que parecen el doble en tamaño. Esas proyecciones son cuando las mantis realmente brillan. Las hace muy gráciles y fotogénicos modelos, y son relativamente fáciles para trabajar.

Puedes ver más fantásticas exploraciones estético-científicas de Igor Siwanowicz, en su sitio.

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