Sangre, vitalidad, unión y soledad en los dibujos eróticos de Sofía Papadopulos

Sutiles trazos a través de diferentes paisajes y motivos enlazan al cuerpo con el alma; a través de esto, deshacen las dualidades con las que todo el occidente ha comprendido su realidad. Los dibujos de la artista uruguaya Sofía Papadopulos hacen frente al espectador y a sí mismos. Ya sea un cuerpo mutilado, manos o una pareja haciendo actos sexuales, pareciera que lo que muestra Papadopulos señala una búsqueda por elevarse fuera de ataduras de un sentido personal, elevarse a una experiencia única y trascendental que envuelve al cuerpo, el sexo y el dolor, comprensible y adquirible por todos. Sin embargo, el tinte trágico termina por envolver por completo su experiencia y las obras, desgarradamente, regresan a su mismo punto de partida: a un yo solitario que anhela una conexión consigo mismo y con el mundo.

Platicamos con la artista sobre sus motivos, intenciones y simbolismos en un intento por comprender más el mundo en el que viven y transpiran sus personajes.

Puedes leer la entrevista y ver más obras, abajo.

C - ¿Siempre has hecho erotismo?

SP - No, aunque desde que empecé a dedicarle tiempo al dibujo siempre fue más a los desnudos. Pero no todo desnudo es erótico.

¿Qué te parece que nos dice el erotismo de nosotros como sociedad?

El hecho de que se pueda aceptar y disfrutar del arte erótico elimina tabúes y habla de una sociedad con menos miedos, capaz de mirarse a los ojos y ser honesta. La sociedad uruguaya es bastante pudorosa. Creo que el arte es un excelente medio para lograr un espacio social y psicológicamente más saludable, aceptando y reconociendo nuestros deseos. En el arte todo vale. Estar conectados y en diálogo con nuestro cuerpo y sexualidad nos empodera como humanos. El arte erótico es necesario porque hablar las cosas siempre hace bien. El silencio enferma.

Yo represento una erótica que involucra el alma y es una experiencia de conexión con uno mismo y con otros. Nos reconoce vulnerables, a veces con un poco de miedo, pero llenos de ganas de calidez humana.

Como artista y mujer creo que es urgente que se reconozca socialmente la importancia del placer sexual femenino y una forma de que suceda es mediante el arte. Por muchos años se aceptó públicamente la importancia del placer masculino pero se ocultó el de la mujer. Esto se ve, se escucha, se siente. Sobre todo en círculos más "cerrados" de adolescentes y adultos. Se percibe hasta en las conversaciones cotidianas o el humor: el varón suele hablar sobre la masturbación, mientras que la mujer, encerrada en un estereotipo, suele posicionarse desde un lugar de rechazo o asco a todo lo referente a la sexualidad. No digo que siempre sea así y no es cuestión de echar culpas: son muchísimos años de una sociedad que se encargó de reprimir. Eso debe cambiar hacia la igualdad. Por eso el arte es un buen canal para que todas y todos podamos identificarnos y aceptarnos en ese placer y encuentro.

¿Por qué cuerpos incompletos o mutilados?

Por varias razones. Una de ellas es porque todos vivimos con ausencias, dolores y miedos. El cuerpo es quién contiene al alma y dialoga constantemente con ella. Entonces todo se refleja en él. Otra razón es porque a veces el deseo es lindo y grita pero da miedo. Yo creo que a veces hay que perder la cabeza escuchando a ese deseo. Sentirlo todo y pensar menos. Me guardo algunas razones para mí.

Noto que seguido hay motivos florales ¿hay un simbolismo detrás de esto?

Sí. También por varias razones. Como habrás notado nosotros funcionamos de formas muy parecidas al resto de la naturaleza. De esta forma me gusta, a veces, pensar en mí misma como una flor. Esta flor no siempre fue la misma y no siempre fue flor. Fue semilla, brote, crecimiento, conexión, flor. Fue poda y muerte. Pero es, también, todas las cosas a la vez, todo el tiempo. Es dulce, es suave, es roja. Le gusta el sol y el agua. Se puede morir y volver a nacer mil veces más fuerte.

¿Crees que la feminidad se emparenta con dolor?

No sé si la feminidad, pero el ser mujer sí. Como mujeres nacemos con una carga, con una condena que se nos fue implantada hace muchísimos siglos, desde el relato del pecado original e incluso antes. No hablo de nada mágico ni místico: es la condena social únicamente por ser mujer. Hace siglos somos tratadas como inferiores, y aunque eso lo estemos tratando de cambiar (tanto hombres como mujeres) creo que hay daños irreparables y eso me duele en la sangre. Es difícil de explicar con palabras, seguramente no sea posible. Lo vengo pensando hace tiempo ya. Esa condena está clavada en los siglos, desgarrándolos. Todos los días, en cada paso que doy por la calle, lo siento. Ojo, yo amo ser mujer y estoy agradecida por eso. Pero una vez que somos conscientes no podemos sino aprender a luchar contra esa condena y sentir la lucha como propia, buscando y encontrando de a poco el cambio. Todavía no sé cuál es la solución exacta, pero creo que tiene algo que ver con el amor.

¿Algún comentario?

"Poner o no poner la sangre en el desear, eso era todo" (Armonía Somers, 1966, p.28)

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