Conoce al artista de México que hace retratos psicológicos de sus modelos

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Psicología

Conoce al artista de México que hace retratos psicológicos de sus modelos

Plácido Merino pasó alrededor de dos años entrevistando y haciendo “sesiones psicológicas” con las modelos de sus retratos.

El pintor mexicano Plácido Merino pasó alrededor de dos años entrevistando y haciendo "sesiones psicológicas" con las modelos de sus retratos; el resultado es tan profundo como una persona puede llegar a serlo. Inexplicablemente para el tipo de aproximación artística que Merino toma en su proyecto titulado "Sombras", basado en el concepto de sombra en C. G. Jung, en él se muestra una relación inefable entre el universo que conforma una experiencia artística: el objeto de representación, el artista y el espectador.

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Los retratos constan de una vibra multifacética: por un lado es posible encontrar sugerencias de una madurez plenamente erótica, mientras que por otro, se enmascaran los secretos más terribles de una persona. Personales y ambivalentes, los personajes de Merino son más que una narrativa plasmada en un lienzo, sino que hablan de una realidad suprimida que se motiva a salir con una explosión de pintura. El gesto, movimiento y personalidad de cada una de las modelos es notable. Sin embargo, algo las une y las convierte en un ejército de sentimientos y expresiones íntimamente femeninas. Sexo, dolor, pasión, odio, pureza, todo es visible en los rostros de las mujeres de Merino, y aún más, cómo un hombre puede interpretar a una mujer después de escuchar su historia. Platicamos con el artista sobre "Sombras", puedes leer la entrevista y ver más obras, abajo.

Vista del taller

Unnamed

C - ¿Cómo comenzó el proyecto?

PM - El proyecto comenzó hace alrededor de 2 años y medio cuando trabajé en una fundación para niños con cáncer, comprendí que los niños dibujaban de una manera más emocional cuando conocían la historia detrás del objeto a dibujar. Por ejemplo, podían dibujar una manzana de manera automática, como siempre la habían dibujado, pero si después de eso, yo les contaba una historia de esa manzana,  qué aventuras había vivido desde que era una semilla hasta estar ahí en el taller lista para dibujarla, el dibujo era sorprendentemente más rico emocionalmente, un cúmulo de simbolismos, colores, formas y diferentes técnicas surgían.

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A partir de esto, me cuestionaba sobre los resultados que podría encontrar a través de retratos, cómo podría retratar a alguien conociendo su historia, si en el retrato cabe la posibilidad de proyectar las más profundas emociones.

Por lo tanto, no dudé en experimentar e inicié el proyecto con unas modelos piloto encontrando resultado sorprendentes, donde las personas compartían conmigo más allá de experiencias banales: como miedos, traumas, perversiones, entre otras, y fue así como fui haciendo una investigación teórica sobre aquello que va más allá de nuestro personaje, toda esa parte de nosotros que nos causa pudor, culpa, miedo, vergüenza, etc. y llegué a la poética Aristotélica de la "catarsis", y de "sombras" de la teoría de Jung. Finalmente, todo esto que me nutrió, se conjuntaba para dejarme claro que mi trabajo no era con las personas, sino que estaba tocando su esencia y su Sombra.

¿Podrías describir un poco cómo era la dinámica de la entrevista con las modelos?

De manera general podría decirte que la mujer llega a mi taller, que es el lugar donde en la mayoría de los casos se hacen las sesiones, ya que al trabajar con emociones, estas sesiones son realmente catárticas y es muy favorable que sea un espacio privado para que pueden sentirse mucho más libres de gritar, llorar, golpear, reír etc. Aunque alguna sesión por distancia o tiempos la llegamos a tener en algún otro lugar. Empiezo las dos primeras sesiones con una estructura de preguntas para tocar diferentes temas, la persona conforme habla, va resaltando los temas focales para explotar, por lo tanto se aborda su historia de vida de forma diferente con cada una.

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Todas mis sesiones, están grabadas en audio y/o video. Estas grabaciones también son parte de la obra, me permite escuchar las veces que necesite mientras voy construyendo la obra.

¿Por qué sólo mujeres?
La mujer es más sensible, emocional, histriónica y al estar en una sesión de charla eran factores importantes que empujaban a crear un lazo más profundo.

Lorena

¿Hay alguna razón por la que omites o borras los ojos?

No. Los ojos existen. Están construidos cuidadosamente. Desde que se empieza a construir la obra, los ojos están presentes, mientras la creación de la obra avanza los ojos parecerían desaparecer a primera vista, pero no lo hacen. Las obras te observan, permiten de alguna manera adentrarse en ella en una especie de simbiosis.

Es muy interesante cómo los espectadores centran su mirada en la mirada de la obra, hay una interacción constante con su mirada. Es por eso que para mí los ojos siempre están ahí, sólo que de alguna manera los percibimos a través de la emoción y no de la razón.

¿Sientes que escuchar estas historias ha afectado tu estética directamente?

Absolutamente.

¿Cuál fue el problema más grande que enfrentaste al hacer los retratos?

Después de las sesiones de charla, las cuales fueron sumamente complicadas, trabajé con los audios de las sesiones… escuchándolos, encontrando congruencias, incongruencias, emociones, racionalizaciones…. Fue un trabajo complejo, no es oír, es escuchar la emoción, imaginar la situación, sentir su voz, un trabajo preciso y desgastante tanto mental como emocional.

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Diana II

¿Consideras que tus obras emparentan el erotismo femenino con el sufrimiento?

Considero que la experiencia estética, puede transmitir en la textura, la imagen, el color, la sensación del sufrimiento a través del erotismo femenino. El dolor no descompone la imagen, la puede enriquecer. A la hora de hacer catarsis y plasmarse en el cuadro, encuentra una manifestación no solo estética, sino erótica al pasar por el cuerpo femenino, desnudo o no.
Lo que sentimos se manifiesta en nuestro cuerpo, en la piel, en la sangre, nos da síntomas, lloramos, gritamos, mucho de lo que sale en las sesiones de entrevista. Para mí eso tiene una carga claramente erótica, tal vez por eso se percibe que se emparentan. Creo que el erotismo, la belleza, la feminidad, el dolor, el horror y el sufrimiento, pueden suceder como una sola experiencia y además al estar plasmados en una sola obra, se atraviesan, se tocan, se mezclan.

Georgina

¿Cuál fue la reacción de las mujeres al ver su retrato?

Muy favorable, algunas de las mujeres permanecieron en silencio escuchando y observando su obra por mucho tiempo enfrentándose a sí mismas.  No sólo se enfrentaron a su retrato, también escucharon fragmentos de sus propias sesiones y la combinación de emociones en algunos casos las sobrepasó.

Sus comentarios fueron positivos, reafirmando que la obra le hacía referencia absoluta a lo que se trabajó en las sesiones, en aquéllos momentos más emocionales. Reconocían y convivían con sus miedos, locuras, deseos, morbos. Conociendo el rostro de su interior; su sombra.