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Décadas | Intro: 1900-1950 | Fin de un régimen, inicio de “otra” ideología

De La Ruptura al Arte Contemporáneo: un recorrido por el arte en México

Exordio:

La historia de México, al igual que la de otros países de Latinoamérica, se ha forjado a bandazos, y la del arte no es una excepción. ‘Décadas’ es una columna dedicada a congregar la trascendencia artística de México; partimos de 1950 con La Ruptura, hasta llegar a las propuestas contemporáneas que actualmente se exponen en galerías.

‘Décadas’ es una cuidadosa disección en periodos de 10 años, con la intención de situar los clavos que continúan sosteniendo nuestra historia en los muros del arte.

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Episodio 1 // Preámbulo: 1900-1950

Todo sismo social deja repercusiones, la Revolución Mexicana no fue la excepción. Para 1910 la fatiga a la que había llegado el país bajo el régimen de Díaz era innegable. El levantamiento armado de Francisco I. Madero no solo repercutió a nivel político, sino que tuvo replica a nivel artístico cultural. En 1909 surge el movimiento Ateneo de la Juventud, dicha corriente buscaba derrumbar el positivismo, renovar la identidad mexicana, dar un sentido filosófico a la Revolución e intentar nuevas prácticas en la producción y divulgación del conocimiento. José Vasconcelos, figura clave para la reconstrucción ideológica del país, lideró durante varios años el movimiento mencionado.

Con el cese de los levantamientos armados y la fractura ideológica post revolucionaria, el país necesitaba una imagen en torno a la cual la sociedad mexicana pudiera cohesionarse; pero ¿Como enseñar a un pueblo en su mayoría analfabeta? José Vasconcelos encontró un efectivo vehículo para hacerlo: el arte, ya que trasladaba la imagen a texto haciéndolo una vía idónea para la restauración de la identidad y afirmación de los ideales revolucionarios.

José Vasconcelos, ampliar

Tras quedar al frente de la Universidad, Vasconcelos organizó la creación de la nueva Secretaria de Educación Pública, la cual sustituyó a la porfiriana Secretaria de Instrucción. Dicha secretaría fue la estructura a partir de la cual se definió el proyecto educativo y cultural de la Revolución; y dio inicio al plan de “salvación y regeneración de México por medio de la cultura”.

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La nueva cultura y el nuevo arte mexicano se trazan a partir de 1920, desde el inicio de esta década una nueva generación de artistas se hace presente. En 1922 emerge el Muralismo, movimiento de arte monumental con la preocupación de lograr un arte genuinamente nacional, su importancia ideológica fue tal que empezó a conocerse como “El Renacimiento Mexicano”. Vasconcelos llamó a los artistas a decorar los muros de los edificios públicos, en relación a la conmoción política y social que despertó el restaurado interés nacionalista, ya que la temática muralista es una mirada al interior, una reflexión sobre la propia tradición histórica y cultural, de un rescate de lo propio, capaz de fortalecer una nación resentida. Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Roberto Montenegro son los nombres más destacados del movimiento.

José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, vía

México no era el único país con aires de cambio, del otro lado del Atlántico una ola de cambios culturales y artísticos sacudían Europa. Las Vanguardias fueron un parteaguas para los artistas mexicanos que residieron en el viejo continente. Uno de los resultados de esto fue el movimiento estridentista, esta tendencia, principalmente literaria, exaltaba carácter dinámico del mundo moderno, su fundador fue Manuel Maples Arce. Otros ejemplos de la influencia vanguardista son: los murales cubistas de Rivera, o la pincelada futurista de Siqueiros.

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Un par de años después (1923), se publica el Manifiesto del sindicato de trabajadores, Técnicos, Pintores y Escultores; y la publicación muralista El Machete. La duración del Sindicato fue breve, pero ayudo a aclarar las ideas que se estaban desarrollando: un arte público, monumental, un arte incendiario, un arte interesado en la realidad del país y la trimurti obrero, campesino y soldado. Mientras el Machete se convirtió en un órgano del Partido Comunista Mexicano.

via GIPHY

A pesar de la fuerza del Muralismo la pintura de caballete no se había olvidado, el 19 de abril de 1912 termino la huelga de los pintores, grabadores y escultores de la Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1913 Alfredo Ramos Martínez sustituye a Antonio Rivas Mercado en la dirección de la academia. El ascenso de Ramos Martínez hizo posible las escuelas de arte al aire libre, la primera fue Barbizón (en honor al grupo de pintores franceses de XIX que renovaron la forma de ver la naturaleza). A pesar del nombre, el culto europeo cesó y la temática de las obras se centró en los usos y costumbres llamados “nacionales”, representaban indígenas, jícaras, chinampas, etc. Ramón Cano Manilla, Ramón Alva de la Canal, Gabriel Fernández Ledesma, Francisco Díaz de León, Fernando Leal y Leopoldo Méndez fueron alumnos de esta escuela. Para 1925 había más de 4 escuelas al aire libre y ese año inauguraban su primera exposición, teniendo una segunda el año siguiente. Como consecuencia directa de lo que se hacía en las Escuelas de Pintura al Aire Libre surge el grupo ¡30-30!, el cual exigía una renovación del sistema de enseñanza oficial y profundos cambios en la dirección de la Escuela de Bellas Artes.

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Detalle, Francisco Díaz de León, 30-30 órgano de los pintores de México, grabado en madera de pie, Papel: 16.6x13.6 cm, s/f, ampliar

Entre 1920 y 1930 la corriente nacionalista se expandió a otras artes. La llegada del fotógrafo Edward Weston marcó el inicio de una tradición fotográfica artesanal, surgen fotógrafos como Manuel y Lola Álvarez Bravo; por el lado del cine Gabriel Figueroa y en 1931 el cineasta Sergei Eisenstein llega a suelo azteca para filmar ¡Viva México!, película que buscó retratar la cultura y política desde el México prehispánico hasta el periodo revolucionario.

Años más tarde se funda la LEAR (Liga de escritores y artistas revolucionarios) fundada por Leopoldo Méndez, Juan de la Cabada, Pablo O´Higgins y otros. Ellos tenían la intención de unificar a la clase obrera y combatir el fascismo. Una de las secciones de este movimiento fue el TGP (Taller de Gráfica Popular). Desde su nacimiento, la Gráfica Popular recogió e hizo suya la extensa herencia del grabado mexicano, sus predecesores eran caricaturistas e ilustradores de la talla de José Guadalupe Posada. Este grupo de grabadores que decidieron apoyar e impulsar las causas populares mediante la producción de carteles y volantes, de mantas para las manifestaciones callejeras, ilustraciones, folletos y periódicos con las tradicionales calaveras del día de muertos, dibujos y decoración de carros alegóricos para los desfiles de obreros y antifascistas. Extracto de la película ¡Viva México! de Sergei Eisenstein

Detalle, Leopoldo Mendez, ampliar

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Consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil española, una ola de intelectuales refugiados llega a México, Remedios Varo (España), Leonora Carrington (Inglaterra), entre otros. Andre Breton también había visitado México y de la mano de Diego Rivera fundó la FIARI (Federación Internacional de Arte Revolucionario Independiente), esos dos factores dieron pie a un movimiento surrealista mexicano. Breton veía a México como la esencia del surrealismo, si bien dijo: “No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo”.

Detalle, La Huida, Remedios Varo, 1961. Tercer Panel del Tríptico. Óleo/Masonite, ampliar

Estas nuevas presencias en el país evidenciaron el aislamiento generado por el nacionalismo exacerbado en las décadas pasadas, denuncia que ya había hecho Rufino Tamayo mostrándose inconforme por el ambiente opresivo de la época y yéndose a Nueva York. En los años cincuenta Tamayo vuelve a México al igual que Juan Soriano, por otra parte, Carlos Mérida estaba desarrollando una pintura geométrica, fuera de la corriente favorecida por el medio oficial. Esta suma de circunstancias hicieron posibles otro cambio en el arte mexicano: la nueva pintura mexicana estaba brotando. Alberto Gironella, Manuel Felguérez , José Luis Cuevas, son algunos de los nombres de los artistas disidentes de su época y que más tarde formaron parte de una generación llamada: La Ruptura.

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Flying saucer Mexico DF 1948

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