Esta cuenta de Instagram compila la belleza decadente de los moteles en Estados Unidos

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HERMOSA DECADENCIA

Esta cuenta de Instagram compila la belleza decadente de los moteles en Estados Unidos

Un lugar dónde estacionar tu coche y una cama para descansar por la noche: así surgieron los moteles.

En palabras de su creador y curador Derek Flack, Motel Register es "una enciclopedia cambiante sobre espacios de transición". También es un espacio colectivo que a través del #motelregister funciona como testimonio del legado cultural e histórico del motel en Estados Unidos. Pero, más que nada, es una celebración de la cultura del motel, de su peculiar belleza despreocupada y de su esencia efímera.

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Un lugar donde estacionar tu coche y una cama para descansar por la noche: así surgieron los moteles, de la practicidad. Cuando Ford lanzó el primer automóvil comercial en 1908, el Model T abrió un mundo de posibilidades para los estadounidenses. Ahora podían recorrer largas distancias, incluso tomarse unas vacaciones con la familia, recorrer y explorar el país bajo sus propios términos. Estos viajeros necesitaban un lugar donde pasar la noche, así que un alojamiento a un costado de la carretera era la solución perfecta. El término como tal ( motor + hotel) apareció hasta 1926 con el Milestone Mo-tel en San Luis Obispo, California, acreditado como el primer motel en la historia.


Pero el verdadero encanto de los moteles recae en un concepto más intangible, en esa naturaleza pasajera de la cual se originaron. Los moteles no son un destino, siguen siendo parte del camino, y para muchos de los viajeros que transitaban en las carreteras eran una especie de paréntesis, un lugar en donde no había que dar explicaciones. Al final del día, simplemente tomarías tus maletas y te irías para siempre.


Y fue precisamente esta temporalidad la que definió su estética tan característica. Los brillantes letreros de neón (que dominaron la escena del motel en la década de los cincuenta y los sesenta) alertaban a los automovilistas de su transitoria existencia. La distribución de los cuartos generalmente formaba una letra: una U, una T o una L. Un desfile de cortinas floreadas y ropa de cama de gusto cuestionable formaban parte de la decoración, que se distinguía por ser básica, y sobre todo, barata. Una televisión fijada precariamente a la pared que nadie veía, pero que servía de compañía durante la noche para los huéspedes. Y lo más importante, era que podías estacionar tu coche justo afuera de la puerta de tu habitación. Todo esto por un módico precio aproximado de $6 dólares la noche.

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Su inclusión en la cultura popular se la debemos a la literatura y al séptimo arte. En Lolita, la controversial novela de Vladimir Nabokov sobre la infatuación de un hombre mayor con una preadolescente de doce años, el personaje de Humbert Humbert decide tomar la carretera con Lolita y hospedarse en estos alojamientos –porque los veía como un refugio, un lugar donde podían escapar de la realidad. Lo-Lee-Ta registraba la travesía en un mapa con su labial rojo, pero si hubiera recolectado sus memorias en un formato más visual, tal vez se hubiera visto como el mosaico de instantes y colores que @motelregister nos presenta

En la pantalla grande, Hitchcock convirtió al motel en el escenario perfecto para un historia de terror en la cinta Psycho. Para Thelma y Louise, del filme de Ridely Scott, representaban el camino a la libertad; Tarantino reforzó estas idea en Pulp Fiction.

Con la ampliación de las carreteras y las grandes franquicias de hoteles expandiéndose en los setenta, la cultura del motel se fue en picada. Tal vez esto fue lo mejor que les pudo haber pasado, ya que esta nostalgia los ha convertido en leyendas y los ha puesto de regreso en el mapa. Ahora son atracciones turísticas y sujetos de fotógrafos, cineastas y toda clase de artistas.

Sin duda, el motel ha resurgido de la cenizas, y está aquí para quedarse.

Descubre más de Motel Register en su sitio%20o%20Instagram%20(https://www.instagram.com/motelregister/) y comparte tus historias con el #motelregister.

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