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El impacto de las imágenes de terror en nuestra mente

Desde el cine hasta las noticias, el consumo de imágenes terroríficas nos dice mucho sobre cómo funciona nuestra mente.
Escena del thriller psicológico "Psicosis" del 1960

. Imagen cortesía de BFI y BFI Cult Strand.

Ciertas imágenes, tanto si vienen de una película porno de tortura como de las noticias de las diez, nos causan un sentimiento innato de terror. El editor de vídeo Kieron Brennan lleva 25 años trabajando detrás de la cámara y asegura que “Sentimos un deseo por ver imágenes que nos resultan escalofriantes, ya sea en películas o historias de miedo”.

Muchos psicólogos, desde Lo ominoso de Freud hasta la catarsis de Aristóteles, le dan la razón. Anouchka Grose, psicoanalista y escritora, dijo a The Creators Project que “El cine de terror puede ser una forma muy positiva de reflejar lo que está ocurriendo, explorando los miedos de la gente y sus incomodidades en un ambiente seguro en la realidad”.

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Explorando una infancia incómoda a través del voyeurismo y la violencia en la película "El fotógrafo del pánico" del 1960

. Imagen cortesía del BFI.

Grose explica que los impulsos humanos como la agresión o el sexo pueden a menudo aclimatarse para que la gente pueda funcionar dentro de una sociedad. Asegura que es este ansia el que se sitúa en el centro de las películas de terror, junto con pensamientos inapropiados sobre lo imposible, lo vergonzoso o lo desconocido. Piensa, por ejemplo, en esos pequeños trastornos que se te pasan por la mente mientras esperas sobre la plataforma del metro.

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"Psicosis" de Hitchcock 

tubo que hacer algunos cambios en su edición final dado a su uso del sexo y la violencia. Imagen cortesía de BFI.

“Las películas de terror refrenan ese ansia”, dice Grose. “Es un modo que tenemos de verlas, sumergiéndonos en ellas y luego dejándolas de lado en el cine”.

Aunque existen numerosas razones por las que las películas de terror resultan sanas y disfrutables, los estímulos visuales a partir de contenido violento y, sobre todo, sexual pueden conllevar también un riesgo sustancial para el espectador.

En el Reino Unido, el Consejo británico de clasificación de películas (BBFC por sus siglas en inglés) es un organismo independiente que filtra el contenido de vídeo apto para un visionado público. Las películas se dividen en diferentes categorías según edades, teniendo en cuenta las leyes británicas y si el visionado de una película podría causar un daño personal o para la sociedad. Según las directrices del BBFC, las películas que puedan “insensibilizar ante los efectos de la violencia, degradar el sentido de empatía o reforzar una fantasía que resulte perjudicial” podrían tener que modificarse antes de considerarse aptas para su proyección.

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Una película serbia, una controvertida película de terror del 2010, es un buen ejemplo de ello. Debido a su cantidad de escenas violentas de contenido sexual, algunas de ellas con niños, el BBFC exigió la eliminación de 3 minutos y 48 segundos de la película para poder ser considerada apta para el visionado público.

Catherine Anderson, directora de comunicación de BBFC, explica que las imágenes pornográficas en particular requieren un examen exhaustivo para “asegurar un elemento de distancia profesional, que reduce parte del impacto negativo que de otro modo podría darse a partir de la exposición repetida a contenido más fuerte”.

Por término medio, un solo examinador del BBFC consume aproximadamente siete horas de contenido al día. Este consumo continuo de imágenes y contenido significa que “el BBFC ha de proporcionar servicios de asesoramiento confidencial para todo su personal”, dice Anderson.

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"Hellraiser", 1987, es otro clásico de terorr que ha sufrido ciertas restricciones antes de su estreno. Imagen cortesía de BFI.

Para Brennan, saber que estas imágenes están asociadas a un género de fantasía como es el terror hace que “no sean especialmente arriesgadas”. Por el contrario, las imágenes que vemos en las noticias, terreno donde él trabaja, es otra historia. “No estoy desensibilizado ante esas imágenes”, asegura. “Por mucho que vea algo verdaderamente horrible dos o veinte veces, como sucede con la edición de vídeo”.

Brennan, al igual que muchos otros editores de vídeo y periodistas con los que habló The Creators Project, tiene algunas escenas de violencia, desastres y catástrofes grabadas en su mente, unas imágenes que nunca aparecerán en televisión debido a los estándares de protección del espectador, que son comparables a los del BBFC. “No quiero volver a ver esos borrosos videoclips amateurs”, dice Brennan, refiriéndose a la edición de material de vídeo filmado con teléfonos móviles.

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Las palabras de Brennan nos hacen recordar películas como El proyecto de la bruja de BlairMonstruosoParanormal Activity. La técnica del metraje encontrado o falso documental en las películas de terror intenta causar miedo a través del realismo, haciendo que el público crea que lo que está viendo es real.

Michael Blyth, director del Instituto de cine británico (BFI por sus siglas en inglés), cree que las películas de terror ya incluyen un trasfondo del mundo real. “Creo que el cine de terror, más que cualquier otro género, es un reflejo del mundo en el que vivimos y refleja los miedos de la sociedad”, dice, y menciona La matanza de Texas y su frecuente asociación a la guerra de Vietnam.

Blyth continúa diciendo: “Hay ciertas cosas que asustan a la gente, y creo que esas cosas han permanecido constantes a través de la historia, lo único que ha cambiado es la forma en la que se cuentan las historias”.

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El director John Carpenter utiliza el sonido de forma notable para dar vida a las terroríficas imágenes de sus películas. Esta es una escena de la película de culto "La cosa" del 1982. Imagen cortesía de BFI.

Gracias al desarrollo de la tecnología, ahora se pueden crear ilusiones donde el público se sitúa directamente dentro de una película, mientras que la música y la luz todavía han de considerarse un factor para atemorizar en la película.

“El cine de terror es el tipo de cine que te afecta de forma psicológica”, dice Blyth. “Se trata de una experiencia sensorial. Puedes decir si se trata de una buena película si te sientas en el cine y ves a la gente saltando de sus asientos”.

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"El resplandor" se considera a menudo una de las películas más aterradoras de todos los tiempos, y resume las diversas razones por las que nos gusta el terror. Imagen cortesía de BFI.

Las películas, las montañas rusas y las tragedias imprevistas, el miedo parece ser tan primordial para la existencia humana como la comida y el agua. El poder que tienen las imágenes para desatar una reacción nos lleva a una respuesta que podría depender más de quién somos que de lo auténticos que somos.

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“Las imágenes de terror deben afectar directamente la vista de la persona”, dice Brennan, que espera poder hacer su propia película de terror algún día. “En personas compasivas, la emoción predominante al reaccionar ante imágenes de terror es querer ayudar, hacer que las cosas mejoren. Causar ese sentimiento a partir de una imagen es verdaderamente un talento”.

Justo el año pasado nacieron las nuevas leyes de la censura en la pornografía en el Reino Unido, que muchos calificaron de draconianas. Hasta la fecha, los cines británicos todavía no han estrenado la versión de Una película serbia sin editar.

Traducción de Rosa Gregori.

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