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Las afores son todo un tema: en cuanto te vuelves un empleado formal de cualquier compañía o dependencia, una parte de tu sueldo se va directamente a ellas. Y es un ahorro a huevo. No tienen que preguntarte si es lo que prefieres porque lo hacen por tu bien.Un dato acerca de las afores que puede divertirte es que desde hace unos años se ha vuelto frecuente la inversión en proyectos empresariales o incluso en la bolsa de valores con el dinero de estos fondos para el retiro. Según la forma en que los autores de este juego millonario nos lo quieren presentar, nadie que tenga su lana en afores pierde con él, más que los pobrecitos y valientes inversionistas. Y sí, de alguna manera, si tu futuro financiero está para aventarlo por la taza, como el de la mayoría de los trabajadores en este país, no tienes mucho que perder. Pero también puede verse así: los señores que arriesgan lana ajena para multiplicarla con la especulación suelen ganar algunos millones de pesos (decenas, cientos de millones) más que los trabajadores que generaron ese capital a base de chingarle. Y estos trabajadores no sacan un solo peso a cambio.
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