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No, la nueva asociación de peleadores no es un sindicato

A punto de comenzar una administración Republicana, los peleadores de UFC se conforman con organizar una asociación.
Photo by Brandon Magnus/Zuffa LLC

La conferencia tan anticipada de ayer podría terminar siendo un momento que "definirá la industria", pero ahora parece ser más significativa por lo que no fue.

No cabe duda sobre el significado de la escena: Cinco súperestrellas de UFC: Georges St. Pierre, Cain Velasquez, Tim Kennedy, TJ Dillashaw y Donald Cerrone, se unieron para anunciar la formación de un grupo dedicado a nivelar las cosas entre las promotoras más poderosas en el mundo del MMA y sus peleadores, que en muchos casos han batallado para tener ganancias suficientes incluso mientras UFC se convertía en una de las organizaciones deportivas más grandes en el mundo. Durante años se había debatido la viabilidad de formar una unión o sindicato de artistas marciales, y siempre se asumió que necesitaría que los nombres más grandes del deporte se involucraran para que la idea se llevara a cabo. De pronto, cinco peleadores conocidos anunciaron la formación de la Mixed Martial Arts Athletes Association. ¡Fue como un milagro de Navidad!

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En la llamada, los cinco peleadores hablaron sobre los planes de la Asociación. Kennedy dijo que la asociación ayudará a "cambiar la cara de toda una industria y deporte" y que se dedicará a "no dejar atrás a ningún peleador" en su búsqueda por ser una "red de seguridad" y "protegernos cuando las cosas vayan mal, cuando estemos lesionados, cuando nos retiremos". St-Pierre dijo que el grupo, "peleará por todos los peleadores que son explotados e intimidados, que temen retirarse o ser despedidos, o quedar en la ruina, con lesiones cerebrales y sin atención médica". Velasquez destacó la importancia del seguro médico universal y Dillashaw habló sobre un plan de pensión. Cerrone, mientras tanto, intentó calmar los miedos de los peleadores sobre exigir derechos ante UFC al decir, "Cowboy estará con ustedes".

La junta después declaró sus demandas: llegar a un acuerdo con UFC para los peleadores de antaño y actuales, cambiar la división de ganancias de UFC, que tiene a los peleadores ganando entre el 8 y el 15 por ciento, comparado con el aproximado de 50 por ciento que ganan los atletas en otras ligas deportivas estadounidenses como la MLB, la NFL o NBA, en donde existen uniones de atletas, además de la negociación de un contrato colectivo de trabajo con UFC.

Fotografía cortesía de MMAAA

Lo que estos hombres no indicaron es que formaron un sindicato. De hecho, destacaron que no lo son. Según Bjorn Rebney, antiguo Director de Operaciones de Bellator MMA, el "asesor" de la MMAAA y sexto hombre presente en la conferencia, dijo que llamar "sindicato" al grupo sería "la peor opción posible porque retrasa todo unos cuatro o cinco años. Los peleadores de UFC son contratistas independientes. Nos tardaríamos dos años en organizarlos, UFC solicitaría que se impusiera el acuerdo para contratistas independientes y la batalla en la corte duraría años. Hay un 90 por ciento de probabilidad de que UFC ganara esa batalla. Así que no, no estamos formando un sindicato. Somos una asociación".

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Después de la espera, anticipación y sueños, después de tantos años de debates y esperanza, los comentarios de Rebney tal vez se sintieron como una desilusión, pero lo que dijo tiene razón.

De acuerdo con las reglas del National Labor Relations Act (NLRA) de 1935, un empleador tiene la obligación de negociar en buena fe con una unión o sindicato certificado por la National Labor Relations Board, pero tal obligación no existe sin una asociación. Es por eso que muchos empleadores se resisten a tener sindicatos en sus negocios. Una de las mejores y más comunes maneras de evitar tal obligación es al declarar que los trabajadores no son empleados sino contratistas independientes.

Digamos que una asociación de peleadores logra reunir al 30 por ciento de los que forman parte de las listas de UFC para que apoyen la formación de un sindicato. Tal grupo entonces solicitaría que la NLRB los certificara. En respuesta, UFC probablemente pediría que se desechara la solicitud ya que los peleadores son contratistas independientes, no empleados. La junta entonces llevaría a cabo una audiencia para conocer la estructura de la promotora para averiguar detalles y eso podría tomar año. Y si al final se deciden a favor de UFC, los peleadores se quedarían sin sindicato.

Entonces, mientras que una "asociación" puede sonar menos inspirador que "sindicato", es probable que los asesores legales de la MMAAA investigaran un poco, notaran los cambios políticos de los Estados Unidos, notaran que la administración de Donald Trump llenará dos lugares en la NLRB con Republicanos, reconocieran que Trump tiene una relación de 20 años con UFC y que además fue cliente de la agencia de talentos que recientemente compró la promotora por 4 mil millones de dólares, y así, decidieran que les sería complicado ganar el argumento empleado/contratista y que la manera más efectiva sería que los peleadores usaran su poder colectivamente y se presentaran como trabajadores habilidosos y celebridades para que UFC haga tratos con ellos.

Como lo dijo Tim Kennedy, para tener mejores condiciones laborales, mejor paga, mejor seguro médico, y posibilidades de tener mejores ganancias gracias al meteórico ascenso de UFC, la MMAAA tendrá que depender del "poder de la gente". Es una idea bastante romántica y esperamos que funcione, pero no podemos evitar pensar si él y su amigo también seguidor de Trump, Donald Cerrone están empezando a notar el predicamento en el que se metieron.