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Cultură

Cara de capullo

Todo el mundo imita a su manera a Jack Wall.

Pasé dos semanas dibujando a mano 500 globos para la fiesta del 50 cumpleaños de Jack Walls. Era mi regalo. Con un rotulador negro, escribí todas sus frases míticas en 500 globos plateados. Es célebre por sus dichos. Y todo el mundo imita a su propia manera a Jack Walls.

Jack es artista, escritor, fuente de inspiración y un infame hombre de mundo. Fue el novio de Robert Mapplethorpe durante muchos años, hasta la muerte de éste. De adolescente, Jack perteneció a una pandilla callejera del gueto de Chicago. Se alistó en la Marina durante unos años y luego se mudó a Nueva York y conoció a Robert a principios de los años ochenta. Jack es el protagonista de muchas de las fotografías más famosas de Robert.

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Conocí a Jack a finales de los años noventa, más o menos cuando yo hacía mis pinitos en el mundo de la fotografía. Ha sido como un hermano para mí. Cuando se acabó su fiesta de cumpleaños, no podía llevarme los globos hinchados, de modo que los desinflé y me los llevé a mi estudio e hice un libro con ellos. Jack afirma que no ha dicho ni la mitad de las cosas que nosotros le atribuimos, pero si alguna vez le oís hablar, enseguida os daréis cuenta de que todo lo que dice es "citable".

Ryan McGinley: Tienes un montón de frases por las que te conocen tus amigos. Todo el mundo intenta imitarte.

Jack Walls: Yo no he dicho muchas de las frases que me atribuyen. La gente me dice que he dicho algunas cosas que sé que no he dicho y me lo discuten. Por ejemplo, yo nunca he dicho: "Los espagueti son rectos hasta que los hierves". ¿Qué demonios significa eso? Dash Snow se inventó esa frase. Él es el principal culpable. No miento. Observa y dime si, de todo lo que digo, alguna vez hago alguna referencia a la comida. Es delatador. Nunca digo chorradas relacionadas con la comida. Mi mente no funciona así.

Voy a titular este artículo "¿Por qué Jack Walls es el cabronazo más cool del mundo?", y precisamente ésa es la pregunta que quiero hacerte. ¿Por qué todo el mundo quiere ser amigo tuyo?

Te equivocas.

Venga ya, en ciertos círculos eres toda una celebridad…

Sí, en un círculo muy limitado. Un círculo de unos 2,5 centímetros de diámetro más o menos.

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La gente quiere conocerte. Has vivido unas diez vidas llenas de emoción. Has pertenecido a la Marina y a una banda callejera, has sido un célebre yonqui del downtown neoyorquino, has sido novio del fotógrafo más famoso de finales del siglo xx…

No sé, no creo que eso sea nada. Creo que soy una persona que ha madurado tarde y, por primera vez en mi vida, he decidido concentrarme en el arte y en la escritura, así que es como si estuviera empezando de cero.

Supongo que eso nos da esperanzas a todos.

Oye, la vida no se acaba hasta que se acaba.

Jack Walls y Robert Mapplethorpe en Nueva York, 1985. Fotografía de Gilles Larrain ¿De dónde eres?
Nací en Chicago en 1957 y viví allí hasta que me alisté en la Marina en 1978. Formaste parte de una banda callejera, ¿no es cierto?
Participé en actividades pandilleras, sí. Te diré una cosa, formar parte de una banda es como ser gay. Todo lo que esté integrado sólo por hombres es gay, por eso supe que la Marina sería perfecta para mí. Psicológicamente yo ya sabía, desde una edad muy temprana, que formar parte de una banda callejera, del Ejército o de un equipo de atletismo era homoerótico. Además, era un gran fan de Jean Genet. Tener una pandilla me parecía una idea romántica. Todo lo que hago tiene una cierta carga romántica, absolutamente todo. Cuéntame cosas de tu banda callejera.
La banda a la que pertenecía se llamaba Morgan Deuces y actuaba en una zona de Chicago llamada Pilsen. Yo fui miembro de la banda entre los 14 y los 17 años. Me arrestaron un montón de veces. Mi hermano falleció en una reyerta callejera. Le dispararon y murió. Tanto tú como yo tenemos dos hermanas y seis hermanos, uno de los cuales está muerto. Es una coincidencia de lo más extraña, ¿no crees? ¿Cómo fue para ti criarte en una familia numerosa? ¿Cómo eras?
No lo sé. Supongo que sigo siendo el mismo. La gente no cambia. A ti te conozco desde hace diez años y eres exactamente la misma persona, o quizá te hayas hecho un poco peor. Creía haber mejorado…
Pues recapacita. ¿Te acuerdas de cómo nos conocimos?
Con toda exactitud. Nos conocimos en junio de 1998. Yo acababa de regresar de Los Ángeles y Dwight Ewell, el actor, me dijo: "Tienes que conocer a estos muchachos, son los mejores". Y yo le dije: "Oye, no quiero conocer a nadie, sólo quiero ir a la Cherry Tavern". No sé cómo, pero se las ingenió para convencerme de ir a una fiesta y allí te vi por primera vez. Estabas sentado y te estaban cortando el pelo. Estaba tan cabreado por el hecho de que Dwight me hubiera embaucado que salí de allí y me senté en el pasillo. Horas más tarde, esa misma noche, había unas cuantas personas de pajareo en mi casa en la Calle 29. Tú apareciste a las cuatro de la madrugada. Hablamos de fotografía.

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Ada (a), 2007, de Jack Walls Sí, ése fue nuestro vínculo inicial. Tú tenías fotos de Mapplethorpe y dibujos de Patti Smith, y había un montón de libros de arte y extrañas piezas de arte y postales por todos sitios. Llevabas veinte años coleccionando cosas. Y yo no dejaba de pensar que aquel era el lugar más cool en el que había estado en toda mi vida. He diseñado mi casa tomando la tuya como referencia. Sabías tanto y me enseñaste tanto… Eras como un hermano mayor para mí.
Pero en aquel punto de mi vida le había dado la espalda al mundo del arte. Definitivamente, yo no pensaba en ti como en un artista. Recuerdo una noche que te planteabas dejar el instituto y me comentaste: "Jack, no sé lo que voy a hacer ahora. No voy a conseguir un trabajo y no quiero ser camarero". Y yo recuerdo haber pensado: "Bien, va por el buen camino, porque eso es exactamente la opción que tomó todo el mundo que he conocido y que ha hecho algo en la vida: nunca desarrollaron otra habilidad. Ahí está la clave. Voy a ser un artista. Nada más". Entonces fue cuando decidí que te ayudaría. Y te ayudé a conseguir la exposición en 420 West Broadway. Sí, mi primera exposición de fotos. También me ayudaste a conseguir mi primer trabajo en prácticas. Siempre me has echado una mano. Y yo nunca seguí tus consejos, aunque siempre tenías razón. Siempre me dices: "¡Eres tonto! ¡Hace dos años te dije que no hicieras eso!". Así que, ¿por qué no me cuentas algo de ese nuevo proyecto de arte que te traes entre manos?
Bueno, el invierno pasado empecé a hacer collages y en febrero los voy a exponer en la Fuse Gallery. ¿En qué se inspiran tus collages?
El año pasado, alrededor de estas fechas, dejé de fumar. Y cada vez que me apetecía fumarme un cigarrillo, en lugar de hacerlo hacía un collage. ¡Y de repente tenía 66! Ésa es la verdad. No voy a inventarme el cuento de que Robert me visitó en un sueño y me dijo que tenía que hacer collages con una de sus imágenes.

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La imagen de tus collages es una fotografía de Mapplethorpe de una chica llamada Ada. Cuéntame algo de ella.
Conocí a Ada el verano de 1982. Ella bajaba caminando por la Octava con una amiga mía de Chicago, una puertorriqueña llamada Margie. Me gritó: "¡Hi-Fi!", que era el apodo por el que se me conocía en el barrio, y yo me di la vuelta y exclamé: "¡Margie!". Y ella dijo: "Ahora me llamo Cita, como en mamacita". Ella llevaba una cresta rubia y Ada iba rapada y estaba como un palillo. Recuerdo haber pensado: "¡Vaya look!". Yo me dirigía a casa de Robert y las invité a venir conmigo. Las fotografió aquel mismo día. Más tarde, ese mismo verano, las chicas estaban viviendo en Queens y oí decir que ambas se habían quedado embarazadas al mismo tiempo. Desaparecieron. Guardo un recuerdo muy especial de aquel día y siempre me ha encantado esta imagen. A Robert también le gustaba mucho. ¿Cómo conociste a Robert Mapplethorpe?
Bueno, todo el mundo lo sabe. Es una historia vieja, gris y hablar de ella ahora sería desempolvarla. Me encanta esa historia. Quiero volverla a oír.
Vale, nos conocimos en 1982. Yo acababa de dejar la Marina y vivía en el West Village, el centro neurálgico de la vida gay. Christopher Street era el centro del universo si uno era gay. Veía a Robert por ahí e hice averiguaciones sobre él porque estaba muy bueno. ¿Quién se ligó a quién?
Nos ligamos mutuamente. Nos lanzábamos miraditas y, finalmente, un día me dio su número de teléfono. Lo llamé esa misma noche y me invitó a cenar por ahí. Nos encontramos en el Pink Teacup y desde entonces ya no dejamos de quedar.

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Espera, me habías dicho que os habíais conocido en una heladería.
Bueno, yo lo vi por ahí durante un tiempo antes de que nos conociéramos. Al final se me acercó y me dio su tarjeta de presentación, en la que ponía únicamente "Robert Mapplethorpe, fotógrafo". Me fascina esa historia porque me contaste que había ocurrido en medio del verano y que él iba vestido íntegramente de cuero y se estaba comprando un helado.
Sí, la temperatura fuera era de 37 grados y él iba calzado con unas botas de motora que le llegaban hasta los muslos. Iba comiéndose un cono de galleta. Tenía un look increíble. Fue el novio más guapo que he tenido en toda mi vida. El mejor novio del mundo. Deja que te diga algo, quería a Robert. Sigo queriéndolo. Cuando observo fotografías de Robert, pienso "Dios mío, si me tropezara con este tipo por la calle, me acostaría con él ahí mismo".
Era algo más que un tío bueno, cariño. Pero ¿quién hubiera pensado cuando lo conocí en 1981 que estaría muerto en 1989? Háblame de los primeros tiempos del SIDA.
No hay nada de lo que hablar. Sencillamente era muy triste. Bueno, a mí me gusta hablar de ello porque ha sido una parte importante de nuestras vidas. Robert y mi hermano mayor, Michael, pillaron el VIH más o menos en las mismas fechas. Por lo que sabemos, posiblemente habían mantenido relaciones.
Probablemente no… Quizá los dos follaron con la misma persona. Sí, a mi hermano también le gustaban los tíos negros, así que es posible. ¿Cómo es que Robert nunca tomó heroína?
Tomó una vez. Pero, ya sabes, Robert era un burgués, en realidad. Era un tío de lo más elegante. No quería salir por ahí con un puñado de yonquis. En 1985, Basquiat pintó tu retrato para una serie que estaba haciendo de todos los chicos negros de la ciudad que formaban parte de la escena en aquel momento. ¿Qué se siente al ser retratado por él? ¿Era interesante verlo trabajar?
No, estábamos colocadísimos. Déjame que te diga una cosa: ese día yo había tomado tanta heroína que cuando salí de allí sufrí un episodio de amnesia. Es la única vez que me ha ocurrido en toda mi vida. Iba caminando por Manhattan, estaba nevando y durante cuatro horas no fui capaz de recordar ni quién era ni dónde estaba. ¿Puedo preguntarte algo sobre tu vida sexual?
Si quieres que te sea sincero, no tengo vida sexual. Eres un mentiroso…
Bueno, entiéndelo, si hablara sobre mi vida sexual, incriminaría a otra gente. Bueno, no tienes por qué dar nombres.
Sí, pero no tiene nada de interesante. No sé, chupas una polla, chupas otra polla, y así.

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JACK WALLS: GLOSARIO
Globos de Ryan McGinley

"Lo único que nos separa es el aire y las oportunidades"

Significa que nada puede detenernos. Significa que todos los sistemas están activados. Pongamos por ejemplo que alguien se me acerca y me dice: "Eh, Jack, algún día deberíamos irnos de fiesta" y yo contesto: "Genial, porque lo único que nos separa es el aire y las oportunidades". Es como un "venga, vale, hagámoslo".

"Trade Alarm"

Se usa cuando ves a alguien y piensas al instante que tiene un pollón. Por instinto, se te activa la alarma."

"No me hagas dejar el niño en el suelo"

Es una frase de gueto. En los guetos, las chicas de 15 años ya tienen hijos. Se pasean por el vecindario con el crío colgado de las caderas y no paran de meterse en líos. Cuando se enfadan de verdad te amenazan con un: "No me hagas dejar el niño en el suelo".

"Abrir la cesta"

Hay un montón de dichos sobre paquetes. Para mí todos los días son Navidad, cariño.

"Features balls"

Lo dices cuando echas un vistazo al paquete de alguien y casi todo lo que tiene son bolas.

"Ghetto Deluxe"

Se dice cuando se va a una cena que da alguien y uno sabe que toda la comida que está en la mesa es de caridad. Por ejemplo, había un camión de quesos que solía subir por el barrio y la gente iba corriendo hasta él y los camioneros te daban grandes trozos de queso del Gobierno. Todas las fiestas a las que uno asistía tenían bandejas de quesos a la parrilla y los altavoces girados en dirección a la calle en una ventana, pero con los cristales cerrados. ¡Eso es ghetto deluxe!

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"Incluso los que arden en el infierno necesitan agua helada"

No, no, no lo has pillado… Esto lo digo cuando la gente se pone en plan "Eh, Jack, quiero esto o quiero aquello" y yo les grito: "Sí, y quienes arden en el infierno quieren agua helada… pues no lo vas a conseguir".

"Yonqui de pies apestosos"

A la mayoría de los yonquis les huelen los pies, porque se pasan el día deambulando por las calles en busca de jaco. Sobre todo cuando los puntos en los que se vendían drogas se trasladaban constantemente de lugar. Había que caminar un montón para conseguir heroína si el punto principal de distribución estaba cerrado. Aquel pasillo en la Calle 2, entre las avenidas A y B, era el mejor sitio. En aquel entonces, Nueva York era un paraíso para los yonquis.

"Hijo de puta, te voy a meter una paliza que te vas enterar"

A veces hay que ponerse gallito. Antes de darle su merecido a alguien hay que hacerle saber cuáles son tus intenciones. No me gusta meterme en peleas, pero puedo hacerlo.

"Nada de zorras, sólo negros"

Todo tíos, nada de putas.

"Cesta de picnic"

Ja ja ja, lo dices cuando divisas a alguien con un buen paquete. ¡Es una cesta de picnic! Lo pillas, ¿no? Mira, yo estoy borracho la mitad del tiempo. A veces no sé ni qué digo. Hablo sin pensar.

"Polla en perspectiva"

Son las oportunidades que tienes de echar un polvo. ¿Cuál es tu apuesta?

"Pero ¿qué diablos te he hecho, maricón?"

Está sacada de una peli porno de Bobby Garcia. Un marine se lo está follando y el tipo grita: "Oh, maricón, ¡me estás destrozando! ¿Pero qué diablos te he hecho para que me trates tan mal?".

"Sacrifica la relación"

Pongamos que conoces a un tipo y sois buenos amigos, y entonces llega un momento en el que empiezas a pensar que es tu amigo, pero que está bueno y te dan ganas de enrollarte con él, pero no quieres que la relación que tenéis se acabe si no es homosexual. ¿Vas a sacrificar vuestra relación porque estás caliente o vas a respetar vuestra amistad por encima de todo?

"Sonríe ahora, llora después"
Es una vieja canción de Sunny and the Sunliners. Las llamamos canciones de bandas callejeras porque es lo que escuchábamos cuando éramos adolescentes y formábamos parte de pandillas. Dejé de escuchar esa música hasta que le hablé de ella a Ryan y él se obsesionó con este género y fue y encontró todas y cada una de las canciones. Es una de las cosas que más me gustan de él. Yo menciono las cosas más estúpidas de pasada y, de repente, una semana después lo sabe todo sobre el tema.