Conocí a Milla Reika en Osaka, Japón, en 2009. Acababa de llegar al país y me escuchó decir que habían invitado a un espectáculo de bondage japonés con cuerdas. En cuanto escuchó la palabra shibari, la skater australiana prácticamente me suplicó que la llevara conmigo. Y lo hice.Siete años después, cuando nos reunimos para saber cómo nos había ido, vi a una mujer tan segura de sí misma con un cigarro en un café en la otra y quedé asombrado con su enorme progreso.
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Reika quedó impresionada con ese primer show de shibari y decidió aprender el arte con ese entusiasmo que solo está presente en la juventud. Pasó horas estudiando los nudos, los amarres y la historia del shibari. Incluso probamos suerte fotografiando el arte pero no paso nada. El éxito llegó cuando cruzó la puerta del famoso club sadomasoquista Matrix. Después de platicar con mama-san [la jefa del lugar]sobre sus intereses, le ofreció trabajo en ese mismo instante. Como mama-san estaba muy ocupada para enseñarle ella misma, la recomendó con otro de los maestros de las cuerdas en Osaka. Unos meses después, con ayuda de sus mentores, empezó a presentarse por toda la ciudad.Un años después, el club Matrix cerró. Mama-san no quiso volver a abrirlo sin importar lo mucho que insistió Reika. En vez de eso, mama-san le entregó las cuerdas a Reika y le dijo que se encargara del negocio. Reika aceptó con gusto.La escena dominada por los hombres quedó impactada con la llegada de esta joven australiana que no solo era de las mejores, sino que tenía su propio club. Su presencia generó interés y dudas por igual. Además te navegar la escena del shibari y aprender el protocolo japonés de negocios, Reika tenía que ganarse el respeto de la comunidad.En poco tiempo empezó a recibir atención por sus presentaciones, incluso de los miembros más respetados de la comunidad. No obstante, su talento no servía de mucho para administrar un club. Con una experiencia limitada en la industria, la falta de conexiones y cero historia en la escena, Reika tuvo muchas dificultades mantener vivo el Matrix y, en 2015, el club cerró sus puertas por segunda y última vez.
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Hace poco, Reika y yo nos vimos en Ame-mura, el barrio estadounidense de Osaka, después de un viaje de seis meses que hizo a Australia para reorganizarse. Ahora, Reika se ve lista para regresar a la escena.Sigue a Paul Hillier en Twitter.