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Cultură

'A medida que van poniendo dinero, me voy masturbando': hablamos con un camboy español

A pesar de que el sexo es algo cada vez más abierto, plural e inclusivo, sigue siendo raro encontrar webcammers masculinos.

En los portales de webcamers, miles de chicas se contonean y masturban a diario a cambio de dinero. Mirar durante un rato es gratis, pero ver, lo que se dice ver, solo se ve cuando intervienen los tokens, la moneda de uso en estos portales. Hay quien ha hecho de exhibirse en Internet un negocio y quien lo hace por otros motivos, como el morbo.

A pesar de que el sexo es algo cada vez más abierto, plural e inclusivo, sigue siendo raro encontrar webcamers masculinos. Este es el caso de Enol Domènech, treintañero licenciado en Arte Dramático y a punto de terminar su segunda carrera. Enol es 008jrm en Chaturbate.

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VICE: ¿Por qué emites?
Enol Domènech: Empecé a hacerlo más que nada por el morbo. Me excitaba mucho pensar que me podían ver y que yo no supiera quién me veía. Hace un año o dos empecé a hacerlo más regularmente porque vi que todo el mundo cobraba, y a mí me daba morbo la idea de que me pagaran. Al principio era más lo típico de hacerlo sin enseñar la cara, pero luego ya empecé a enseñarla más. Después empecé a poner precios y a enseñar a medida que me iban pagando.

¿Es solo por el morbo?
El 90% es morbo. La parte económica es un extra, aunque también tiene morbo para mí: me gusta la sensación de que haya gente dispuesta a pagar por verme.

¿Cuántas veces te conectas a la semana?
Varias veces a la semana. Hubo épocas en que me conectaba a diario, pero ahora mismo no.

Como se trata sólo de mirar o de ser visto, facilita mucho que la gente salga de su orientación sexual habitual y se permita flirteos con la homosexualidad

¿Cómo es el lugar desde donde emites?
Siempre lo he hecho en casa, en la cama o en el sofá. Uso un portátil.

¿Eres conocido en estos portales?
Yo creo que no.

¿Qué piensas de que haya tan pocos chicos en esto en relación al número de chicas?
A mí personalmente me parece fatal [risas]. Supongo que es una cuestión de demanda: la inmensa mayoría del público son hombres, y hay más que busquen mujeres que no que prefieran ver a otros tíos; aunque como se trata solo de mirar o de ser visto, facilita mucho que la gente salga de su orientación sexual habitual y se permita flirteos con la homosexualidad, por ejemplo.

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Entre las camgirls a veces se interpretan ciertos roles (chicas dulces, agresivas o frikis, principalmente). Entre los chicos esto no es tan habitual. ¿Interpretas algún rol?
No, no me hace falta poner una pose ni inventarme un papel. Soy yo mismo: desnudo, cachondo y amable, pero soy yo mismo. Todavía no he dado con nadie que interprete ningún rol, pero no hay cosa que me aburra más. Si veo a un tío disfrazado, no voy a perder tiempo en mirarlo.

¿Lo sabe tu círculo de amigos y familia?
Algunos de mis amigos sí. No es algo de lo que me avergüence, pero tampoco es que lo vaya contando. Mi familia no lo sabe.

¿Prefieres los shows en sala pública o en privado?
Son cosas distintas. En las salas privadas el balance es súper positivo, porque la gente paga por minuto y todo se hace muy rápido. En la sala pública no es tan rápido. Hay camboys que ponen objetivos que va cumpliendo según les van pagando, como quitarse la camiseta, los pantalones o hacer determinados juegos. Yo sólo pongo un objetivo, que es correrme.

¿Cómo sueles empezar el show?
La mayoría de las veces es totalmente público todo el rato, con unos usuarios que pagan y otros que solo van a mirar. Empiezo sin camiseta o me la quito pronto, pero no suelen verse genitales. A medida que la gente va poniendo dinero, me voy masturbando. Alguna vez empiezo directamente a masturbarme y la gente va dando dinero o no. Si dan, sigo, y si no, me canso y me voy. Lo que no he hecho nunca en sala pública es correrme gratis.

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¿Solo terminas si hay dinero?
Sí, sólo cuando llego al objetivo, que es alcanzar los 300 tokens [15 euros]. Otra opción son las salas privadas y los crazy tickets [una modalidad en que el camboy activa una cuenta atrás para que la sala se cierre al público; sólo los usuarios que hayan comprado estos tickets pueden quedarse y ver cómo termina el show]. Pero es complicado, porque para que funcione tienes que tener una masa crítica importante. Yo rara vez he llegado a 100 personas viéndome al mismo tiempo, normalmente tengo entre 20 y 60. Para que funcione el crazy ticket necesitas al menos a unas 100 personas que quieren que acabes, y eso es muy difícil.

¿Y si no consigues el objetivo ni activas los crazy tickets?
A veces doy una contraseña a los usuarios que sí me han pagado y termino el show solo para ellos.

A medida que la gente va poniendo dinero, me voy masturbando. Alguna vez empiezo directamente a masturbarme y la gente va dando dinero o no. Si dan, sigo, y si no, me canso y me voy

Suena a que los shows públicos pueden ser un poco largos…
Depende. La gente que saca mucho dinero le dedica mucho tiempo, como dos horas, y repite varios días a la semana. Sus espectadores les va pagando y ellos van cumpliendo con sus objetivos. Los shows largos son más complicados, pues dan pie a que se te corte el rollo porque alguien se ponga pesado o porque te pongas a hablar y pierdas el hilo. Si no te pagan y tú no quieres enseñar, puede haber muchos ratos muertos en que no sucede nada. Yo antes lo hacía mientras estudiaba, y aprovechaba todos esos ratos en que nadie me hablaba o que no me pagaban para estudiar.

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¿Y es siempre así de lento?
La otra opción es que cuando empieces a transmitir te masturbes a tope y pongas que si la gente quiere ver cómo acabas, que pague ya. Si la gente paga, pues cumples con el objetivo. Es mucho más rápido, pero también ganas menos.

¿Qué sabes de la gente que te mira?
Es gente súper variada, aunque todo se reduce a gente que paga por verte y gente que no paga. Sobre los que pagan, a mí me da la impresión de que no todo el mundo dice la verdad, que hay gente que miente sobre su edad o su género. Creo que la gente que paga por ver es mayor que el resto: desde los 40 y pico hacia arriba.

Y por tu parte, ¿eres tu un espectador habitual?
Sí.

¿Y qué te parece? ¿Crees que la gente se lo curra?
Algunos sí, sobre todo por el espectáculo que dan. No es sólo estar ahí y masturbarse, sino hacer algo, como poner música, cantar. Dar un poco más de espectáculo más allá de la parte puramente sexual, buscando el lado más humano. También hay gente que se lo curra especialmente para dar morbo. Gente que lo hace en el trabajo o en el jardín. O gente que lo hace mientras cocina o hace ejercicio. O que se pone a comer. Se busca la fantasía de ver a alguien que se masturba en un sitio inapropiado, no tirado en su cama, que es lo más habitual.

¿Hay algún camboy que haya influido en tu forma de hacer el show?
Ninguno en concreto y muchos en general. En realidad, hago lo que me parece, pero siempre hay cosas en que te fijas y piensas 'esto podría hacerlo yo': música, posturas, formas de tocarte o incluso la forma o estilo de interactuar y responder.

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Se busca la fantasía de ver a alguien que se masturba en un sitio inapropiado, no tirado en su cama, que es lo más habitual

¿Temes dar con alguien que te conozca?
Que yo sepa, sólo me ha pasado una vez, hace mucho tiempo: me vio un amigo de mi ex y de otra gente en común. No me dio mucha vergüenza. Que te vean conocidos es más un temor que una realidad. A mí no me gustaría que un jefe, un profesor o un familiar me vieran. Me cortaría mucho el rollo y me dejaría descolocado.

¿Y has pensado en limitar la zona desde donde te pueden ver?
Podría poner que no me vieran en España o en Europa occidental, pero como por el momento esto es sólo un temor, no lo he utilizado. Además, sé que la gente que se mete aquí busca a gente de su zona, no sé por qué. Si yo pusiera un límite, me cargaría al 50% o más de mi público.

¿Recuerdas algo especialmente extraño?
Hay gente que tiene fetiches, como enseñar los pies. Pero lo más raro que recuerdo me pasó fuera del chat. Una persona me pidió que le hiciera el show en su casa. A mí me pareció bien, así que nos dimos el teléfono. Como era la primera vez que lo hacía fuera de la pantalla, estaba nervioso y quise tener ciertas garantías: no me iba a meter en casa de un tío sin conocerle de nada. Así que le dije que quedáramos en un bar cerca de su casa, pero a él le daba un poco de corte. Era un famoso. Me planteó que quedáramos en el portal de su casa y, si yo estaba cómodo, subiríamos. Al final fui directamente. Y salió muy bien. Hemos intentado quedar otras veces, pero no hemos coincidido.

¿Fue una buena experiencia?
Sí. Y fue muchísimo más rentable. Hice más que en un show normal, aunque no hubo sexo propiamente dicho. No hicimos nada que yo no propusiera antes.

¿Cuáles son tus planes de futuro?
Lo primero sería comprarme una cámara en HD para emitir con mejor calidad. Y emitir más, unas tres veces por semana estaría bien. También he pensado en hacerlo con alguien más, que eso siempre atrae a mucha gente.

¿Quieres ser más popular?
No me hace especial ilusión ser muy popular. Ahora mismo lo que me gustaría es un término medio: ganar un poco más de dinero, pero sin que tenga que conectarme cada día y tomármelo como un trabajo.