FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

¿Es compatible ser animalista y experimentar con animales?

"Da bastante cosa agarrarlos, se tiene que hacer con mucha decisión. Ellos intentan defenderse y muchas veces muerden".

Fotografías cortesía de la Universidad de Barcelona.

Huele bastante mal, como a excremento y pipí de roedor. Paso a una primera sala donde cepillo la suela de mis zapatos en una alfombrilla pegajosa que me recuerda a esos rollos adhesivos que sirven para quitar los pelos de la ropa.

Inmediatamente me pongo unos Crocs blancos y voy directamente a la siguiente sala. Ahí me enfundo en un overol verde, cubro mi pelo con un gorro y mi boca con una mascarilla. Todo completamente estéril. Rocío las suelas de los tennis con un spray y entro en una cámara de aire para desinfectarme de cualquier elemento que pueda interferir con la salud de los animales.

Publicidad

Estoy dentro del animalario del centro científico de la Universidad de Barcelona. Aquí se investiga el cáncer, la leucemia, la diabetes, el VIH y otras enfermedades.

Relacionado: Los minicerebros que podrían eliminar las pruebas científicas en animales


Estoy trabajando en un inhibidor de cáncer y también en un regulador del ciclo celular, por lo que me parece muy justificable la experimentación con ratones en este caso en concreto. Se trata de pruebas muy importantes para descubrir tratamientos definitivos para enfermedades que matan a miles de personas. Pienso que lo hago por el bien de todo el mundo. Les puedo asegurar que intento que ningún ratón muera en vano. Algún día encontraremos la solución a muchas enfermedades".

Una vez tuve que sacrificar un cerdo ahogándolo en una piscina, no es un método muy común

No todo el mundo es capaz de sacrificar un animal. Aamal es una científica libanesa que tiene serias complicaciones cuando tiene que exterminar a un roedor.

"Nunca he matado un ratón. Simplemente no puedo. Siempre pido a alguien que lo haga por mí y alguna vez hasta he llorado… Es muy angustiante".

En China la legislación sobre la experimentación con animales está más atrasada que en otros países en lo que al tratamiento ético de los animales respecta.

No fue hasta el 2014 que la China Food and Drugs Administration (CFDA), dejó de exigir las pruebas de experimentación con animales antes de la comercialización de productos cosméticos. Por lo que a los experimentos biomédicos se refiere, cada vez se está controlando más pero aún así aún hay muchas irregularidades.

Publicidad

Wu es un científico chino que trabaja en investigación fuera de su país. Nos comenta que el comité de ética de animales de su universidad no funcionaba bien. Dice que no se supervisaba si los experimentos con animales se hacían debidamente o no.


Relacionado: El negocio del tráfico de animales en México


"Una vez tuve que sacrificar un cerdo ahogándolo en una piscina, no es un método muy común, pero recuerdo que lo tuve que hacer porque la máquina de shock estaba rota. En mi anterior laboratorio los cerdos de una o dos semanas de vida los sacrificábamos con electroshock, pero a los cerdos grandes los llevábamos al matadero. El procedimiento para los ratones era normalmente la dislocación cervical. Nunca he practicado cirugía en China, por lo que no puedo asegurar cuál era el trato que recibían los animales (si se les anestesiaba o no, o si recibían un trato como es debido). Aún hay países donde no tienes que pedir autorización para experimentar con los animales. Simplemente los compras y haces lo que quieres con ellos. Sin lugar a duda los buenos profesionales aplican el protocolo debidamente. Si no lo hicieran también interferiría con su trabajo".

Gema está de acuerdo con Wu. Si no se siguen las normas estipuladas, los resultados podrían variar. A la vez nos explica algunos de los tests que se practican a los animales. Para estudiar las funciones cognitivas relacionadas con la memoria del animal se les somete a la natación forzada.

En una piscina llena de agua, se adiestra a un roedor de tal manera que perciba que en un punto determinado de la piscina habrá una plataforma. El animal nada y nada hasta que aprende que hay un punto de la piscina donde no tendrá que someterse al esfuerzo. Cuando se le quita la plataforma se pueden imaginar qué ocurre.

"A mí me gustan mucho los animales —reconoce Gema— una vez induje a un ratón a tener cirrosis, lo operé con éxito y luché por su vida. Me sentí muy mal cuando supe que lo tendría que sacrificar. De niña quería ser veterinaria y tengo un gato al que quiero mucho. Me gustaría que hubiera otro método que permitiera avanzar en medicina sin tener que utilizar animales vivos, pero por el momento no lo hay".