De La Plata para el mundo: Una charla con Él mató a un policía motorizado

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Música

De La Plata para el mundo: Una charla con Él mató a un policía motorizado

La gira de 'La Síntesis O’Konor' sucede en julio para México. Charlamos con Santiago Barrionuevo sobre el disco, la libertad, y La Plata.

No hace mucho este portal publicó una lista de nuevos músicos argentinos primordiales para una posible actualización del mapa rockero en aquel país. También, en ese mismo acto, aclaramos que las listas y las nociones de "nuevo", "must", "emblemático" y "mapa rockero" tenían el mismo valor que un teléfono sin Internet. La cosa es que en ese artículo ni por asomo mencionamos a El Mató A Un Policía Motorizado, que la semana pasada lanzó La Síntesis O'Konor, sexto disco de -aquí vamos otra vez- esta emblemática banda del indie argentino.

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¿Y por qué ni jota sobre ellos?

Porque, cosa má' grande, El Mató no es ni nuevo ni necesariamente joven y sí representa algo, pero no algo inmediatamente tangible y masivo porque no circula desde medios masivos ni juega en plazas masivas (estadios o venues grandes) ni se desprende desde ese centro constructor y desintegrador de identidades que es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No, El Mató es de la preciosa y bonaerense ciudad de La Plata, una muy bonita capital provinciana de apenas 800 mil habitantes. Y su nuevo disco La Síntesis O'Konor sintetiza el indie argentino, las películas fantásticas clase B ochenteras, la gloria de vivir de espaldas a la capital de tu país, la expansión de los nichos culturales propiciada por Internet y la evolución musical de un grupo para seguir de cerca lo que queda de esta década y la que vendrá.

O que lo explique mejor el periodista, escritor y docente Walter Lezcano, co-autor de La Ruta del Sol, especie de ensayo polimorfo sobre la banda escrito en conjunto con Santiago Barrionuevo, voz y latido del grupo.

"El Conurbano Sur [distritos fronterizos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aire que han tenido una construcción histórica, social y política completamente diferente a la capital argentina] tiene dos zonas bien marcadas: lo que aquí se conoce como primer, segundo y tercer cordón según la distancia medida en kilómetros… Ahí es caos. Ahí es absolutamente caos. Una tierra salvaje donde aprendimos a convivir con lo salvaje y a volverlo cotidiano. No lo sentimos como algo peligroso necesariamente sino como una forma de relacionarnos con la ley o ilegal, con la carencia y los pequeños placeres, la esquina, las victorias cotidianas…."

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"Después, hacia el otro Sur está La Plata, que al ser una ciudad universitaria tiene otra dinámica de influencias culturales que los chicos del Conurbano quizás no tengan tan internalizadas. En La Plata están las universidades públicas de Música y de Arte. Y eso confluye en la cabeza y en los espíritus de los chicos que desde muy jovencitos saben quién es Malcom McClaren, por ejemplo. Eso configura un espíritu y una mentalidad de otro orden, ni mejor ni peor. Y hace que muchos artistas surgidos desde La Plata permeen en sensibilidades distintas: Los Redondos, Virus, Peligrosos Gorriones. Todos ellos fueron tocando y formando espíritus de todo el país. No sé si hay un ensayo, pero debería haberlo: 'De La Plata al Mundo. Una periferia central'."

En definitiva, para Lezcano, El Mató "es indie por su propuesta, su forma de gestión y sus influencias como el kraut alemán de los 70, el indie universitario de EE.UU.. de los 80 y 90, el sello Matador, el post punk inglés…pero todo filtrado molecularmente con un filtro barrial que va licuando estas influencias y una identidad nacional que las matiza".

"Además -subrayó Lezcano- el grupo supo usar tempranamente Internet para el contacto con su público y tomó viejas herramientas del rock: la mitología gráfica, la acción de crear un mundo simbólico a partir de dibujos y de una estética personal. Eso tal vez no se traduzca en términos de masividad, pero sí de realidad para mucha gente que los sigue e incluso ha modificado conductas y afinidades a partir de conocerlos. Y en definitiva esa es la única razón para escribir un libro o hacer un disco: dar cuenta de un mundo no tan conocido y ponerlo a intervenir la mirada del otro. Hablar de la riqueza de algo que tenemos cerca y no notamos".

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Noisey: Aclarada la atmósfera de tercer cordón del Conurbano, esquina, ternura, ilegalidad, educación sentimental y formal en arte y cultura, se vale preguntarle con más propiedad a Santiago Barrionuevo ¿qué es El Mató?
Santiago Barrionuevo: Es una mezcla de todas esas cosas y, a su vez, El Mató aparece en una nueva etapa de cambios en la cultura que se reflejan en las vidas de las bandas. En sus formas y en su trayectoria. Por ejemplo, pronto tocaremos en Costa Rica, donde tocamos también en 2015. Para nosotros ir por allá fue una sorpresa total. Cerramos un festival en un lugar muy grande que estaba lleno y era increíble estar en el medio de Centroamérica con tanta gente disfrutando de nuestra música con ese nivel de celebración. Creo que eso tiene que ver con los canales de difusión que expanden la música y hacen que el músico, en el buen sentido, no tenga control sobre esa expansión. Por supuesto que El Mató es un montón de cosas que nos gustaban y hay una parte del lenguaje que viene de ciertos lugares musicales.

Todo tiene una raíz en algún lugar, claro. Siempre hay una referencia consciente o inconsciente. Y siempre nos gustó que nuestro arte sea totalmente sincero con lo que amamos, con nuestras realidades. Que nuestra poesía tenga una relación directa con lo que pensamos y sentimos. Y también buscamos una estética particular y unas formas particulares para dar una idea. Trato de no autoanalizarme mucho, pero creo que va por ahí. Hay una conjunción de cosas que produjo una conexión con muchas personas por la identificación. La música y las letras, pero también la actitud de cómo encaramos nuestro proyecto artístico. No es planeado pero nos encanta que así esa. Hacer las cosas a nuestra manera, como nos gusta, con nuestros tiempos. Nos esforzamos para hacer esto que amamos con total libertad.

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Se toman el tiempo para pensar "Mira dónde estamos ahora y dónde estábamos antes…". Porque si bien aún son jóvenes como artistas, no tienen 20 años…. Se puede decir que Cerati se fue siendo joven como artista si pensamos que Dylan lleva 36 discos, un Nobel y contando…
A veces experimentamos que en ciertos lugares lejanos y extraños hay una celebración intensa de lo que hacemos y ahí es como ….mira lo que estamos viviendo en este lugar que jamás soñamos… Y a la vez somos consciente de que la banda no está en los grandes medios ni es conocida para un público "masivo". Pero tampoco nos preocupa. Es así. Sólo queremos que lo que conseguimos se mantenga así el máximo tiempo posible. Hacer discos, tocar, giras… que se mantenga eso en el tiempo. Jugar hasta morir.

Si llevamos esa idea a su últimos disco. ¿Sus elecciones estéticas hablan de un camino a seguir o sólo de un impulso de momento?
Siempre la idea es explorar cosas que no hicimos. Por ahí la diferencia entre los otros discos previos entre sí no está tan marcada como lo está en este último. Todos los discos los encaramos diferente y en este juego de hacer música y explorar sonidos y climas tratamos de abordar las cosas que nos copan. En esta nueva etapa exploramos nuevas forma de arreglar canciones, de producir y eso es más complejo en un sentido, tiene otro desarrollo que nos divirtió encontrar. Si eso se vuelve más minimalista o se complejiza, no lo sé. Sé que queremos sacarnos las ganas de cumplir con esos gustos musicales puntuales.

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Y basta una escucha simple para comprobar esas ganas de trabajar los arreglos: La Síntensis… es el disco menos estridente, pero no por eso menos expuesto de El Mató. De la comunión con el productor Eduardo Bergallo surgió un álbum uterino y delicadísimo pero transparente: si hasta se puede intuir cómo trabajó Santiago su fraseo para encontrar un nuevo yo frente al micrófono y un nuevo tú en el auditorio. Con un disco recién salido a la calle es difícil e innecesario imaginar cómo será el próximo, pero con las costuras tímbricas tan expuestas como están en La Síntesis… seguramente sea sencillo leer ese cambio de marea. El toque buscado para la percusión, las idas y venidas del Niño Elefante en guitarras, algo quedó desencadenado a partir de este disco. Cada uno sabrá qué.

¿Qué otros ecos no musicales pueden complementar la escucha de la banda?
La influencia más directa y lo que más consumo es cine. Esa parte visual se refleja en las letras, con las descripciones o narrativas. Crear esos universos que sirven como disparadores que sirven para escribir o crear melodías o climas. Tratamos de pensar el disco como un combo musical y visual. Tapa, flyers, videos… que complementen ese costado de la música difícil de representar. No sé si uno cuando escucha piensa en una mano agarrando una espada de fantasía medieval. Me gusta esa combinación que se genera cuando aparecen dos cosas que no parecen tener relación y uno las empieza a relacionar a la fuerza y se genera un tercer significado, una cosa medio extraña y deforme.

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¡Game of Thrones!
Bueno, ¡me hice muy fan de GoT! Intento que no salga tan así porque ya esta muy quemado, jaja. También me fanaticé a último momento con muchas pelis de los 80 como Conan El Bárbaro, Conan el Destructor, The Beastmaster… que en Latinoamérica le pusieron Invasión Junk, una película muy Clase B con una especie de He Man raro y como si fuese Duna ambientado un planeta medieval. El cuate pelea con indios…un delirio. Me fanaticé con eso. A GOT lo veo más poltico y me encanta que así sea. A nivel estético nos resultó como un vaporwave mezclado con cine ochentoso, y de alguna manera el disco tiene un trabajo con sintetizadores y con lo que viene haciendo El Mató con base. Y al pasarlo a ese lado se generó una mezcla que nos hace felices..

Están por iniciar una gira de un mes por México, ¿qué recuerdan de su último paso por aquí?
Las veces que fuimos comprobamos esto de que hay un movimiento cultural gigante con muchas bandas de todo el mundo pasando por ahí. Tuvimos la suerte de tocar en Vive Latino dos veces y nos encantó. México nos suena a mezcla y que todo se mezcle es algo buenísimo: que se abra el juego. La música puede romper nichos.

El miércoles 5 la banda comienza su recorrido por el Circuito Indio con un show en Pachuca. Los conciertos seguirán en CDMX el jueves, y en Texcoco el viernes. La gira se extenderá también a otras 9 ciudades de México y termina el 29 de julio, cuando el grupo tenga su último gig antes de partir a España. Más info en el feis de El mató.

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