Un momento ascético donde la crítica se calla. El murmullo se convierte en un vacío opaco y nos entregamos ante la textura, el color y el movimiento, pero nunca ante una línea.Abstracción, inmaterialidad y experimentación; la perfecta trinidad de la fugaz carrera y vida del abstracto, realista y determinante artista Yves Klein.
Yves Klein (1928), nacido en Niza, Francia, llega a México con la primera retrospectiva de su obra en Latinoamérica y, aunque su periodo de producción fue corto –alrededor de 8 años (1954-1962) –su aplastante creación de 1400 obras, de las cuales llegaron 75 a la capital mexicana, habla más que muchos artistas con décadas en el oficio. El Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) presenta una construcción de la historia del artista que va más allá de su conocido azul pero, claro, sin prescindir de éste. "Yves Klein es más que el azul" aclaró de manera definitiva Daniel Moquay, curador de la exhibición, y efectivamente, la retrospectiva da una cara del artista que completa una mitología de lo abstracto y el curioso camino que tomó Klein, artista trotamundos y judoteca profesional, para convertirse en uno de los más importantes referentes del arte en el siglo XX.
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Además de las 75 obras originales, incluyendo su primer monocromo, "Expresión del universo de color naranja plomo" que data de 1955, el espectador podrá sumergirse en procesos grabados en video, cartas, fotografías, documentos y más. La primera imagen que uno puede ver, antes de conocer su faceta como artista abstracto, establece a la perfección precisamente lo que demanda e implora que el espectador haga: "Salto al vacío" o "Leap into the void". Creada después de 13 saltos anteriores y lograda gracias al extenso entrenamiento y proeza del artista en judo, esta fotografía de 1960 lo dice todo. Para esta exhibición, en medida de lo que sea posible, hay que entrar con los brazos extendidos y asomarse a un arrojo de percepciones visuales sin imponer categorías o buscar encontrar líneas narrativas donde no las hay – y ni tiene que haberlas.
Como parte de la exhibición, informó el MUAC, también se llevará a cabo una intervención en el Museo Experimental el Eco, obra arquitectónica de Matías Goeritz, quien tuvo una breve relación con Klein y mostró verdadero interés por su producción. Una colaboración en la revista Arquitectura, de la que Goeritz era editor, que en vez de transmitirse como un manifiesto artístico, se convirtió en un obituario debido a la prematura muerte de Klein, ahora se convierte en toda una intervención arquitectónica. Pintando del color International Klein Blue unas partes de la fachada del edificio, se celebrará esta breve relación y se creará una experiencia sensorial única en su tipo que ataque la ambición experimental que, indudablemente, tanto el mexicano y el francés compartían. La intervención estará disponible a partir del 7 de diciembre del 2017, al 25 de febrero del año que entra.
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Cuenta la historia que Klein llegó a vender obras de arte "inmaterial". Con ellas, obras que serían después transformadas en una presentación de oro, Klein vendía un concepto con un ticket que después tendría que ser quemado por el comprador y arrojado con la mitad de su precio en oro al río Sena, por el propio artista. Todo esto con evitar la materialidad de la misma obra. "Al rechazar la nada, descubrí el vacío", escribió el artista. "El significado de las zonas pictóricas inmateriales, extraído de las profundidades del vacío que por entonces yo dominaba, era de naturaleza totalmente material. Y como vender esas zonas materiales por dinero me resultaba totalmente inaceptable, a cambio de esa inmaterialidad de la más alta calidad empecé a exigir un pago material de la más alta calidad: un lingote de oro puro".
Un concepto convertido en abstracción que regresa a la naturaleza en una forma ya recibida y transformada por el hombre. El oro de Klein, su inmaterialidad, permea como un halo del que uno no puede zafarse; se queda con uno. Al salir de la exhibición uno no deja los cuadros, esculturas y fotografías en el MUAC, sino que se las lleva y las trae de regreso a su casa, a su imaginario consciente de los límites detrás de la monocromía, la antropometría y el salto al vacío que pensar esto conlleva.Podrás visitar Yves Klein en el MUAC a partir del 26 de agosto, hasta el 14 de enero de 2018. Si quieres más información sobre la retrospectiva, haz click aquí.Relacionados:Postales desde el Instituto de Astronomía de la UNAMEl abstracto como la rebelión del arte: una defensaCarne y Arena : La experiencia extrema en RV de Iñárritu y Lubezki en la CDMX