“Mover a México” pisoteando un barrio
Fotos por Vanessa Caldera.

FYI.

This story is over 5 years old.

CDMX

“Mover a México” pisoteando un barrio

“¿Quién es el ratero? El que te quiere despojar”, dicen los vecinos de las colonias populares de Observatorio ante la incertidumbre que genera el posible paso del Tren Interurbano por su barrio.

"Le doy el vaso, pero no le doy el atole".

Jesús Chávez es uno de los vendedores de comida que abundan afuera del Metro Observatorio, donde desemboca el flujo de trabajadores a la zona poniente de la Ciudad de México, la Terminal de Autobuses del Poniente y la zona de corporativos de Santa Fe.

Sale entre el dulce vapor de tres ollas de atole de arroz, fresa, chocolate, y una olla de café para sentarse en la jardinera. Junto con su esposa, Enriqueta Valencia, llegó de Oaxaca para vivir en las colonias populares de Observatorio hace 35 años. Lleva más de 15 años "de servicio hacia el pueblo" —oficinistas, albañiles, estudiantes— en la esquina de la calzada Minas de Arena y Sur 122, la cual sube hacia Santa Fe y entronca con la avenida Constituyentes: combinación de cláxones y chimenea del rasposo humo que ensombrece el aire.

Publicidad

La familia Chávez se levanta a las 6:30 de la mañana y comienza a preparar el puesto mientras se forma el remolino humano de esta terminal del metro. A las ocho ya chisporrotea el aceite dentro de un disco de metal, y los círculos perfectos de las gorditas de chicharrón hechas por doña Enriqueta bailan en él. Con lo que han ganado a lo largo de los años, esta familia construyó su casa y una de sus dos hijas pudo estudiar en el Politécnico Nacional. Por ello, los Chávez están doblemente preocupados. Temen que el paso del proyecto de Tren Interurbano y obras complementarias igualmente rimbombantes como el Centro de Transferencia Multimodal afecte su casa y su fuente de trabajo. El Tren Interurbano México-Toluca es un proyecto del Gobierno Federal que pretende dar servicio a 230 mil pasajeros al día cruzando 57.7 kilómetros con seis estaciones. Sus dos terminales estarían en Zinacantepec, muy cerca del Nevado de Toluca, y justo aquí, en la terminal de Observatorio.

A pesar de la oposición de habitantes de pueblos, ejidos y barrios a lo largo de todo el trazo, el tren está programado para inaugurarse en 2018. Don Jesús platica que los vecinos de las colonias de Observatorio tuvieron mesas de trabajo con la Secretaría de Comunicación y Transportes y el gobierno de la Ciudad de México, pero no han obtenido ningún documento donde se especifique el trazo final; doña Enriqueta teme un desalojo: "Como si no hubiéramos sufrido aquí aguas, aire, frío, hambre".

Publicidad

Para realizar cualquier proyecto, las autoridades deben realizar un análisis llamado Manifestación de Impacto Ambiental (MIA); en el documento del Tren Interurbano se lee que el tren requiere de un derecho de vía de 16 km para su construcción. En el documento se pueden encontrar frases y palabras como: "alteración de los patrones conductuales", "movilización de la población por aceptación"; "contaminación", "ruido", pero no aparece el trazo definitivo en su última parte.

"No hay afectaciones mayores a las viviendas en la construcción de la estación terminal Observatorio, no se prevén desalojos masivos, hemos mantenido el diálogo, modificado el mismo proyecto. Sí habrá afectación en cuatro casos, donde se prevé comprar, no expropiar", declaró el 16 de marzo en una visita al sitio el secretario de Obras y Servicios, Edgar Tungüí, al diario La Jornada. Como ni el secretario Tungüí ha sido claro, ni han obtenido más información de los medios de comunicación, los vecinos presentaron una solicitud de información a la Dirección General de Transporte Ferroviario y Multimodal. El reporte que recibieron como respuesta dice que el trazo definitivo de la obra se puede consultar en un documento público que está colgado en la página de la Secretaría de Hacienda. En la página teclearon la Clave de Cartera 13093110008. El documento menciona temas ambientales y de desarrollo urbano en sus primeras páginas, pero después se embarca en un extenso análisis en términos de oferta y demanda en tiempo, aforo vehicular, circulación. El documento en ningún momento menciona específicamente por qué calles pasará de las colonias de Observatorio pasará el proyecto —desde luego, tampoco permite saber si Sur 122, la calle de venta de don Jesús, será afectada—, y al final califica la obra como "socialmente rentable", es decir, mide en términos económicos en costos de inversión, mantenimiento y operación el proyecto, pero no hace un análisis cualitativo de su impacto. Sí bien habla de las colonias populares, el documento dice que son producto del "desorden" y la "invasión" de las barrancas.

Publicidad

"Lo que queremos ahorita, en este momento, es información fidedigna. Nos han dado la información, pero a medias", dice don Jesús preocupado. "No sé por qué razón el gobierno no puede darlo, se niega a darlo. ¿Cuál es la certeza? Sabiendo la verdad, o beneficia, o afecta". Se para de la jardinera, regresa a su lugar detrás de las ollas. Vuelve a ofrecer un atole. "Ahora sí, ¿van a desayunar?"

¿Quién es el ratero?

A Observatorio se le conoce como zona peligrosa. Es una marca. Un taxista de Santa Fe, donde la maquinaria excava ya en el camellón que existe frente a la Universidad Iberoamericana, asegura que su fuente de empleo está en peligro. Pero sobre las familias de Observatorio, piensa que deben irse: "Allá son puros rateros que llegaron y agarraron las tierras".

Las casas de estos barrios son de cuatro pisos o más. Frente a ellas pasa un camión colmado de basura: "¿Para qué es la foto, o qué?", dice un hombre sumergido en el montón de desperdicios del camión. Sobre la avenida hay una aplanadora y compactadora de asfalto. Más adelante, los árboles y las alcantarillas que van de la estación del metro hacia las colonias como el Capulín y El Salitrero están marcados con folios.

"Vivo en el andador, pero no me dedico a ser ratero; ¿quién es el ratero? El que te quiere despojar".

Juan Esteban Barrera, habitante de la colonia Campo Deportivo Revolución, es estudiante de sociología de la UAM-Azcapozalco, cuarta generación de habitantes del barrio. Compra en un puesto de esquina una Iliada de editorial Gredos. Junto a otros vecinos se reúne en el parque La Cabalgata, donde cada domingo hay asamblea para realizar actividades y dar información. Sentado en una resbaladilla, habla de los lugares donde los pobladores sospechan puede pasar el proyecto: el vaso regulador de agua Ruíz Cortínez, este parque, la Barranca del Río Tacubaya.

Publicidad

"No me dejaban venir de niño", dice Barrera, riendo. Frente al parque brilla la lona rosa de un puesto de barbacoa. Más allá del parque hay un entronque de diversas calles. A su costado pasan continuamente los camiones de la empresa Caminante. Van hacia Toluca. Van hacia otra ciudad. Para Barrera todo el proyecto del Tren Interurbano tiene que ver con la creación de una Megalópolis: la unión de la capital mexicana con ciudades vecinas como Querétaro, Puebla y Toluca. Estas conexiones, sospecha, no serán usadas por personas de su barrio, sino por personas que van a los corporativos de Santa Fe, los trabajadores de la Parque Industrial de Lerma y turistas para el Nevado de Toluca. Por eso deduce que habrá un posible aumento de precios en los terrenos y las casas harán que los vecinos ya no puedan pagar el predial y tengan que salir.

En la sombrita

Las colonias de Observatorio comenzaron a poblarse hace casi sesenta años. Se llaman así por el antiguo Observatorio Meteorológico y Astronómico de México creado en 1977. En el libro México amargo, de Miguel Mejido, aparece la situación de los vecinos asentados en este lugar, que antes mostraba minas de arena y tabiqueras. Antes de retirarse para imprimir volantes, Barrera recuerda que de aquel entonces queda sólo el apodo de la zona, "cartolandia" porque los hogares estaban construidos con cartón. Ahora, las casas de tres pisos imponen, en su mayoría habitadas con cuatro a siete familias.

Publicidad

Al subir por el barrio hay un mural contra el proyecto y algunas mantas ya desgastadas: "Vecinos Unidos Andadores-ElCapulín: No al Tren Interurbano". En medio del camellón, más de 10 automóviles estacionados esperan su reparación. No dejan lugar para el paso. Nadie responde al tocar el timbre de una casa de tres pisos. En la tienda contigua, una vecina dice: "tienen una semana que se fueron". Los vecinos sospechan que ya aceptaron dinero por su casa.

"Mover a México": Los vecinos muestran un volante que muestra los beneficios en tiempo del Tren Interurbano. Tiempo de recorrido: 29 minutos. La propaganda circuló en las colonias junto con láminas y tinacos. No ofrece su nombre, pero el mecánico que repara los carros estacionados del camellón bromea: "Con el tren ya voy a trabajar en la sombrita".

El suelo de la calle está marcado. Esta vez no fueron las empresas. Los propios integrantes de Vecinos Unidos de Zona Poniente hicieron recuadros con pintura en el suelo. Con estas marcas pretenden mostrar el tamaño de la base de los pilares del tren para que los demás vecinos sepan la proporción del proyecto. Más allá, al finalizar la calle Río Tacubaya, hay una reja con una manta sobre los animales que pueblan el lugar: mirlo pinto, carpintero volcanero, culebra sorda, ardilla cola roja. Detrás de la manta, árboles frondosos. Bajo la tapa de la alcantarilla se escucha el paso del agua.

Al terminar la calle Prolongación Artificios, más allá de un remodelado centro de artes y oficios, cambia totalmente el escenario, pero antes el olfato se estremece para dar paso a un rotundo olor metálico. Aparecen los restos del Río Tacubaya en época de secas, oscurecido por los desechos de Santa Fe. Desde la presa que contiene el agua del río, se ve el polvo levantado, pequeña maquinaria y un pilar a medio construir del Tren Interurbano en dirección al río. En la barda de la presa desde donde se aprecia el Río Tacubaya, hay dos enormes marcas anaranjadas con pintura fresca.

Publicidad

"Están trabajando", dice un vecino de gorra, originario de Belén de las Flores, la colonia aledaña a la barranca, a quien le gusta que le digan Armando Broncas. "Dicen que la presa va a quedar mucho mejor con el paso del tren". Broncas señala la columna de polvo que se levanta.

"Eso que se ve plano, estaba repleto de árboles", Adriana Torres, psicóloga social también de Belén, indica una estructura de varillas que sería la columna de Tren Interurbano. Al lado, una barda divide la zona militar de las últimas colonias. "Antes de que fuera río de aguas negras, antes de irse a la Marquesa, las personas venían a la zona que ahora es militar", recalca Adriana. En época de subidas, el río llega a la orilla de los árboles de la barranca.

Tags y drones para el barrio

Los árboles del camellón que pasa justo en Río Tacubaya tienen más de cinco metros. Unos metros abajo, descuella un "brincolín" a medio paso y un altar de la negra muerte con el mundo azul en la mano: "Si no sirve la Virgen, esta puede servir". Un vecino acomoda con un palo las lonas enrolladas en un mecate que cruzan la avenida Río Tacubaya. De nuevo: "No al Tren Interurbano".

Aquí se prepara una fiesta de consignas. Por la tarde, el barrio tendrá nuevas marcas. Los vecinos pintarán tags monumentales sobre la calle más mensajes: "Muchas promesas, pocas verdades". "No al tren" "VUZP resisten". Armando y Adriana preguntan si no es posible conseguir un dron para filmar el posible trazo del tren: la barranca, el parque, las colonias. Para regresar con el dron o a sacar fotos, hay que avisar antes a los vecinos que ofrecieron el tour por el barrio: "Si te ven así solo, te atracan".

Abajo, la combi llega a Observatorio donde se escuchan cláxones y gritos de choferes. La estación está repleta por el fin de semana feriado. Cholos toman cervezas en los comedores de la terminal. Los puestos de fruta fresca, fritangas y carnitas de olor penetrante están a reventar. La fila para comprar boletos del metro sale de la estación. Don Jesús ya no está en su puesto. Ha terminado temprano: "Con muchas ganas, mucho amor, porque de esto dependemos. Y somos felices, hasta el día de hoy".