Una nueva aplicación acaba de saltar a la cola de la larga lista de soluciones tecnológicas que pretenden responder a las tendencias del mercado. Se llama Wydr, viene de Suecia y su intención es aplicar la estructura de Tinder a la compraventa de arte. La esperanza de sus fundadores Matthias Dörner y Timo Hahn es poder llegar a democratizar el mercado de arte permitiendo a los usuarios "expresar fácilmente su opinión, crear sus propias galerías con sus obras de arte favoritas y comprar las obras que quieran".
Publicidad
En una conversación con TechCrunch, Dörner explicó las funciones de la aplicación: “Wydr cambia la forma que la gente tiene de interactuar con el arte. No hay ningún comisario, puesto que todas las obras están seleccionadas por la comunidad. Los artistas reciben los comentarios sobre los gustos de los usuarios y los usuarios pueden ver por dónde van las tendencias”. La atención puesta en la comunidad, un cambio en la interacción y la facilidad para establecer un feedback son las soluciones tecnológicas que suelen utilizarse para prometer resolver todos nuestros problemas, solo hay que fijarse en otros clones de Tinder como BarkBuddy (Tinder para perros), Thrindr (Tinder para tríos), and ShoeSwipe (Tinder para zapatos).Está por ver si esta filosofía se puede llevar hasta el mundo del arte. Incluso en las visitas a museos, los visitantes andan a menudo con prisas, según demostró un experimento en el Museo Nacional de Londres en 2000. Telling Time, que utilizaba el seguimiento ocular para observar cómo la gente miraba las obras de arte, demostró que de la mayoría de una serie de 5.000 sujetos tendía a prestar atención únicamente a los puntos centrales de una obra antes de pasar a la siguiente. Otro estudio descubrió que los visitantes a museos pasan una media de 15-30 segundos observando una obra. Si reducimos este tiempo a las fracciones de segundo que dedicamos a juzgar a un posible match de Tinder, nos resulta difícil de creer que llegaremos a encontrar nuestro verdadero amor por el arte con esta aplicación, pero oye, tampoco te desanimamos a que lo intentes.
Publicidad
Con todo, Wydr podría presentar una alternativa a la pregunta que la galerista y comisaria Michelle Gaugy plantea en Quora: "¿Por qué los artistas no están contentos con el mercado de arte actual?""Dirigir una galería de arte es un proyecto de alto coste. Para que funcione, normalmente tienes que situarte cerca de otras galerías de arte, preferiblemente (aunque no siempre) cerca de aquellas que tengan éxito, y eso significa alquileres altos", explica. Eso también significa que apostar por obras innovadoras que podrían no venderse bien raramente es una opción para una galería que prefiere apostar por el éxito.Gaugy continúa explicando que la mayoría de personas que compran en galerías necesitan obras que puedan exponerse en una casa, en lugar de grandiosos lienzos de 190 cm x 190 cm que solo pueden colgar de las paredes de un museo o de un gran salón. Wydr asegura que puede conectar a artistas con aquellos que podrían estar interesados en comprar su arte, independientemente de dónde se encuentren ambos. “Solo la semana pasada un artista vendió una pintura de 100 cm x 80cm de Suiza en los EE.UU, tras haberse puesto en contacto a través de Wydr”, dice Dörner a Techcrunch.
Al inscribirte en la newsletter de VICE, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de VICE que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.
