Redescubriendo la escena punk de San Francisco en una caja de negativos

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Música

Redescubriendo la escena punk de San Francisco en una caja de negativos

John Roberts documentó el Área de la Bahía antes del sida y después de la era hippie; pero hasta hace poco pensó que todas sus fotos se habían perdido por siempre.

A finales de los años setenta, John Roberts era un artista visual del Instituto de Arte de San Francisco que pasaba su tiempo libre documentando la floreciente escena punk del Área de la Bahía. Sus fotos, una mezcla de fotos urbanas, retratos e imágenes de conciertos, capturan de forma única los momentos de esta ciudad antes del sida y después de los hippies. Las mejores fotos de Roberts fueron de un pequeño lugar punky llamado "The Deaf Club" en la calle Valencia. "The Deaf Club" era un centro de una comunidad de sordos que fue sede de shows hardcore desde 1978 hasta 1980; la escena era sucia, sudorosa y muy extraña, y las fotos de Roberts la capturan perfectamente.

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Después de su presentación como artista graduado, su carro fue robado y muchas de sus fotografías se perdieron. Roberts pasó algunos años luchando por una carrera fotográfica en Nueva York, hasta que dejó sus sueños de lado.

En el 2000, Roberts fue diagnosticado con cáncer de células renales. Hace unos cuatro años, el cáncer se esparció de sus riñones a su colon y páncreas; pero no fue hasta enero, quince años después de enfermedad, que lo diagnosticaron como paciente terminal.

El año pasado, su hijo Willee se mudó a casa cuando los síntomas de Roberts empeoraron, y se encontró con una caja de viejos negativos. Willee le contó a su amigo Enosh Baker sobre las películas sin revelar, y Baker contrató al artista local Sean Vranizan. Baker y Vranizan estudiaron los cerca de 13 mil negativos y escanearon sus favoritos. Cuando el dúo le envió los resultados a Roberts, era la primera vez que el fotógrafo veía su trabajo en más de treinta años.

Visiteé a Willee y a Roberts en su casa de Berkeley. Hablamos de la relación de Roberts con la fotografía, la escena punk de San Francisco y lo que ha sido haber descubierto su arte muchos años después.

Fotos por John Roberts.

VICE: ¿Qué te llevó a la primera fotografía?

Roberts: En el 64 y el 65, hubo una Feria Mundial en Nueva York. Recuerdo que fui y tomé fotos, y disfruté mucho la experiencia. Un año después, Polaroid sacó su cámara "Swinger", una cámara blanca de plástico que tomaba fotos instantáneas. Me pareció lo mejor del mundo. La foto salía de la parte frontal de la cámara, luego la sostenías y la imagen aparecía lentamente. Fue muy emocionante; desde ese momento me convertí en el fotógrafo de la familia.

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¿Cómo encontraste "The Deaf Club"?

La música fue siempre una parte muy importante de mi vida. En mi temprana adolescencia fue cuando los Grateful Dead y todo el sonido de San Francisco tuvo tanta relevancia. Pero a finales de los años setenta, esta música ya era muy vieja y aburrida, y habían llegado sonidos muy interesantes desde Inglaterra.

Cuando llegué a San Francisco en el 79, esta música apenas estaba siendo acogida. Escucharla era una experiencia reveladora y emocionante. En el Instituto de Arte, sabíamos de "The Deaf Club". Era algo increíble: una sala social para sordos que le alquilaban a las bandas más ruidosas y revoltosas que se pudieran encontrar. Fue genial para ellos porque nunca tuvieron que escuchar la música. Y fue genial para nosotros, porque era un lugar muy barato para que las bandas tocaran.

En esos días, en San Francisco había un montón de chicos que creaba arte de forma muy barata. Había bandas de todas partes que tocaban en San Francisco; muchas de ellas, muy vanguardistas. Había una banda llamada Tuxedo Moon, que tenía una clarinetista menor que tocaba con un organista y un baterista, y su música no se basaba en el compás de 4/4. Era casi jazz avant-garde, como la música de John Cage. Tenía algo tan extremo como el punk en línea recta de los Dead Kennedys.

Y, ¿cómo fue la foto de Iggy Pop?

¡La foto de Iggy Pop! Solo había dos lugares para escuchar esa música. Uno se llamaba Mabuhay Gradens, que era dirigido por Dirk Dirksen, un hombre más del tipo de Bill Graham; en otras palabras, era un viejo tratando de hacer dinero. Creo que Iggy estaba tocando allí. En ese momento, "The Deaf Club" era un lugar muy pequeño para él.

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¿Cómo era una noche normal en "The Deaf Club"?

Si no recuerdo mal, la gente usaba dos estilos de ropa en ese lugar. Estaban los punks que tomaban su estilo de The Ramones; usaban mucho cuero y muchas cadenas, desde el cinturón hasta la cadera. Las mujeres tenían el pelo puntiagudo con maquillaje multicolor. Esa era una parte. Luego, estaban los del estilo Talking Heads, gente intelectual. Finalmente, estaban los universitarios normales. Todos éramos conscientes de que los niños ricos no vendrían los fines de semana. No sé cómo lo sabíamos pero sabíamos que eran de los suburbios. Los empujábamos a codazos hasta la parte trasera del lugar.

¿Había personas sordas en los shows?

Trabajaban en el bar. Estaban en la parte de atrás y servían solo cerveza; tenías que acercarte y hacer la seña sorda para la letra "B" (beer, cerveza en inglés) y te la daban. Entonces, pagabas tu dólar o lo que fuera por la cerveza.

¿Qué hiciste cuando terminaste la universidad?

Hice un show en San Francisco, luego hice un espectáculo en el Hampshire College y luego me gradué. Traté de hacer trabajo fotográfico en Nueva York, pero fue muy difícil. No tenía éxito financiero en el mundo del arte y no estaba buscando hacer fotografía comercial o de moda, entonces entré al negocio de la familia en Nueva York. La fotografía se convirtió en un pasatiempo en vez de un trabajo de tiempo completo.

¿Fue difícil alejarse de la fotografía?

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Sí, fue duro, pero Nueva York era muy caro. Aprendí que para ser artista, se tiene que estar enamorado y muy comprometido con lo que se hace, dispuesto a renunciar a todo por eso. Y me di cuenta de que no estaba dispuesto a sacrificarme. Tuve un ajuste de cuentas conmigo mismo; mi verdadero sueño era tener una familia.

¿Ser diagnosticado con cáncer te trajo devuelta a la fotografía?

Sí. Cuando estaba en la escuela, vi la fotografía como una forma muy visual de ver el mundo. Una vez que me diagnosticaron cáncer, empecé a aportarle más significado a mi trabajo, como contar con la luz adecuada; me di cuenta de que también estaba documentando a mi familia. Siempre han sido reacios pues no les gusta mucho pero, de alguna manera, siempre quise documentar su infancia para que cuando yo no estuviera, tuvieran ese recuerdo.

¿Qué sentiste cuando te enteraste de que Willee y Enosh habían encontrado los negativos?

Bueno, al principio pensé: ¡Dios mío! No sabía lo que podía haber ahí. ¿Cuántas fiestas van a ver, sabes?

Pero, por otro lado, salvé todos esos negativos. Por alguna razón, en mis mudanzas de Nueva York a California, de Oakland a Berkeley, guardé esas fotos. Nunca supe bien por qué guardé los negativos porque no estaba trabajando en cuartos oscuros, y más cuando la fotografía digital salió y todo era mucho más fácil. Pero ahí estaban. Así que cuando Enosh los encontró y quería trabajar con ellos, me puse muy feliz. Me sentí muy halagado, estaba muy emocionado por ver qué iba a resultar porque nunca pensé que vería esas fotos de nuevo.

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Tu fotografía capta muy bien ese extraño momento en San Francisco. Las fotografías urbanas muestran gran parte de la vieja ciudad, mientras que las fotografías de punk son totalmente distintas. ¿Querías capturar esa intersección entre el San Francisco joven y el viejo?

Esto fue antes del sida en San Francisco, pero creo que al alcalde George Moscone le habían disparado en ese momento. Recuerdo que John Lennon fue asesinado mientras estaba en San Francisco. Había espontaneidad para todo, las personas se dejaban fotografiar.

La fotografías de la calle que viste eran una especie de interacción inmediata y luego, continuaba por caminos separados. Mi intención con las fotos de música era estar en primera fila y tomar fotos mientras disfrutaba la experiencia. Así que en vez de utilizar una cámara grande, utilizaba la más pequeña que tenía. Supe muy bien qué tan amplio era el objetivo, entonces tomaba fotos sin mirar por el visor. Podía bailar y empujar a todo el mundo y, a la vez, estaba tomando fotos. Todo era muy emocionante.

La música era una forma de crear comunidad. Fue un momento muy especial en el que los jóvenes que no tenían mucho dinero podía reunirse y formar una identidad, un grupo de compañeros con el que estuvieran conectados. Nos veíamos en los shows después de cada presentación y todos estaban conectados con todos.

Sabíamos que lo que estábamos haciendo en San Francisco era mucho menos comercial que lo que estaba pasando en Los Ángeles. Se sentía como música única para personas únicas, tuvimos la sensación de que era un momento y un lugar especial. Me siento afortunado de haber estado en el momento preciso para capturarlo y que las personas me lo hubieran permitido.

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Aquí abajo podrás ver más fotos de John Roberts.

Joseph Bin-Kahn es un reportero freelance ubicado en Oakland. Publica artículos en Rumpus, No Tofu y Believer. También es editor de la revista literaria del Área de la Bahía, OTHERWHERES. Síguelo en Twitter.