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Cultură

Fantasías feudales

El samurai de los misiles Hideyoshi Hashiba está listo para la guerra.

FOTOS POR CORTESÍA DE HIDEYOSHI HASHIBA

La primavera pasada, un misil Taepodong en pruebas lanzado por Corea del Norte sobrevoló Japón, en lo que consistía en el tercer test balístico de este tipo en poco más de diez años. El Taepodong es como el martillo de Thor de los misiles; un ingenio mortífero de tres etapas que la población japonesa teme, con total justificación, que un día les vaya a caer en la cabeza. En lo más alto de la lista de ciudadanos nipones con la mosca detrás de la oreja está Hideyoshi Hashiba, un hombre que se ha construido su propio tanque y una batería de misiles que está dispuesto a utilizar para defender a su gran nación. Si el nombre de Hideyoshi Hashiba te suena familiar, eso es porque, a) fue el alias que adoptó un campesino del siglo XVI, Hideyoshi Toyotomi, que llegó a convertirse en uno de los gobernantes más poderosos de la historia del país, y b) eres uno de esos japanófilos pirados. Hideyoshi, la supuesta segunda encarnación del legendario primer Hashiba, se ha construido un auténtico castillo samurai en el Dominio de Odagawa, un estado que él mismo ha creado. También es el propietario y director de un hotelito la mar de cuco, reproducción kitsch del edificio del Parlamento japonés y que, por no carecer, dispone incluso de un manantial de aguas termales. Pero ésta es sólo una actividad secundaria respecto a su principal interés: construir armas con las que reducir a los norcoreanos a añicos. El arsenal de Hideyoshi carece de potencial destructivo real, pero la carga simbólica que posee es muy poderosa. Nadie está del todo seguro, sin embargo, de qué se esconde detrás del simbolismo. ¿Locura, quizá, o algo más? Decidimos ir y preguntárselo a él mismo. Vice: ¿Cuándo supusiste por vez primera que el Hideyoshi Hashiba original y tú érais una y la misma persona?
Hideyoshi Hashiba: A los 22 o 23 años de edad. Fue todo muy repentino; el sacerdote de un templo me dijo, “Eres la reencarnación de Hideyoshi Toyotomi”. Me suena demasiado convencional.
No presté mucho crédito a lo que me dijo, pero a los 28 años fui arrestado y pasé varios días en una celda a causa de un caso de corrupción electoral. Para hacerme más llevadero el tiempo tras los barrotes, un amigo me trajo un libro sobre el auténtico Hideyoshi Hashiba titulado Seishun Taikouki [Historias del joven Hideyoshi]. A medida que leía, más me daba cuenta de que nuestras vidas eran muy similares. Me produjo una gran fascinación. Empecé a albergar deseos de convertirme en un hombre poderoso y unificar la nación, como hizo él. ¿Alucinó la gente cuando adoptaste su nombre?
Oh, creyeron que estaba completamente loco. Pero ahora que ya me he establecido como el chiflado residente, el pueblo y yo nos entendemos mutuamente sin necesidad de hablarnos. ¿No te presentaste una vez para alcalde ataviado de pies a cabeza con un traje de samurai? ¿Por qué lo hiciste?
Hideyoshi Hashiba fue comandante durante la guerra civil, ¿no? Llevo armadura como símbolo de adhesión a sus hábitos. Intento demostrar que estoy más que preparado para la batalla. ¿Qué hay de tu mini-estado, el Dominio de Odagawa? ¿Qué clase de persona se construye su propio condado ficticio?
Cuando compré tierras en la prefectura de Aoyama, no había aquí ni un solo camino llano. Pero era un lugar bonito y dejarlo en esas condiciones hubiese sido una lástima. Decidí construir caminos, explotar las áreas montañosas y construirme mi propia casa. Traje conmigo a mis padres, pero en esta zona tan aislada se sentían terriblemente solos. ¿Y se marcharon?
Pensando, llegué a la conclusión de que si esto se convertía en una zona turística, ellos estarían rodeados de gente todo el día y dejarían de sentirse solos. Decidí que la mejor forma de alcanzar ese objetivo era construir unas termas. Pero… ehm… ¿Tú no vivías en las montañas?
Todo el mundo me dijo que estaba loco por creer que encontraría un manantial en una zona tan montañosa, pero demostré que eran ellos quienes estaban equivocados. A un kilómetro y medio por encima del nivel del mar nos las arreglamos para extraer 75 toneladas de agua caliente que nos sirvieron para crear y administrar durante cierto tiempo unos baños termales. Poco después empecé a considerar que necesitaría una atracción mayor si quería que acudiesen más visitantes, así que renové mi casa convirtiéndola en un castillo y levanté un hotel que era una réplica de la Casa del Parlamento. ¿Los gigantescos misiles caseros formaban parte de la nueva decoración?
En algún momento, durante la construcción, nos pusimos a hablar del asunto de los misiles Taepodong norcoreanos. No tengo fe alguna en el actual gobierno japonés, y como responsable del Dominio de Odagawa pensé que sería mejor que comenzara a ocuparme yo mismo del tema de la defensa nacional. ¿Diseñaste tú mismo los misiles?
Sí. Los produjimos en nuestra fábrica, aquí, en el Dominio de Odagawa. Tardamos un año y en total nos costaron unos 35 millones de yens [casi 261.000 euros]. ¿Qué tipos de misiles tienes?
Ahora mismo, 12 misiles Patriot que no vuelan, una cabeza nuclear llamada Misil Balístico Interplanetario, y el Super Fighter Hashiba 7. Éste funcionaría sólo con llenar los depósitos de oxígeno líquido y alcohol. Parece que te has convertido en un experto en fabricación de misiles.
¡Por supuesto! He leído libros sobre la clase de amenaza que supone cada tipo de misil. Lo he aprendido todo sobre las armas. También estoy al tanto de los diferentes sistemas de misiles, de los más sencillos a los capaces de llegar a la luna. ¿Qué potencia tienen tus misiles?
No podría decirlo con exactitud ya que nunca los hemos disparado. Creo que si un misil Taepodong volara a unos 45º latitud norte y a una altitud de 20 kilómetros por encima del estrecho de Tsugaru, mis misiles serían capaces de interceptarlo con un margen de error de sólo 5 centímetros. En mis tests mentales imagino mis misiles tan destructivos como bombas de uranio empobrecido. ¿Nunca te pica el dedo con las ganas de apretar el gatillo?
La verdad es que no. Por supuesto, si un Taepodong fuese a pasar por encima de mi cabeza, no me lo pensaría dos veces. El Dominio de Odagawa es un estado militar, pero pacífico. ¿Qué hacías cuando Corea del Norte hizo su último ensayo?
Estaba en territorio del Dominio de Odagawa, listo para la guerra pero también para ponerme a cubierto si hiciese falta. Mira, la televisión pública coreana, la KBS, me ha entrevistado unas cuantas veces, y en varias ocasiones he mostrado nuestros misiles y tanques y declarado que estoy listo para luchar contra Kim Jong-il. ¡Esas son las cosas que nos gusta oir! ¿Contactaron contigo antes del lanzamiento?
Un periodista coreano llamó y me planteó que había un cinco por ciento de posibilidades de que el Dominio de Odagawa fuese considerado objetivo del misil. Estoy convencido de que los norcoreanos han visto mis entrevistas en la KBS. Para mantener a mis clientes a salvo ante la posibilidad de que el Taepodong sobrevolara el Dominio, decidí cerrar temporalmente mi hotel, el Odagawa Onsen. Bueno, el verdadero motivo del cierre fue que una cañería se había roto, se había helado durante el invierno y había que repararla. De todas maneras, siempre tomo mis decisiones de acorde a mi rol como jefe de estado. Debiste sentirte aliviado cuando el misil pasó de largo…
A ver cómo lo digo… Mira, me sentí verdaderamente furioso con Kim Jong-il cuando su misil no sólo sobrevoló el Dominio de Odagawa, sino que también pasó por encima del resto de Japón. Si yo fuera el ministro de defensa, tendría la esperanza de poder al menos emprender algún tipo de acción. Puede que Japón sea el segundo mayor poder económico mundial, pero en términos de defensa nacional, no tenemos suficientes recursos. Incluso Corea del Norte califica a nuestras fuerzas de defensa de “bandada de perros”. ¿Tienes intención de aumentar tu armamento?
En el Dominio de Odagawa disponemos de una enorme cisterna, y me gustaría algún día poder construir dos barcos Aegis, que tendría allí anclados, y también un portaaviones. De hecho, tengo ya diseñado el complejo en modelos de plástico a escala, y confío en poder hacerlo realidad en breve. Ya tengo comprados los bloques para su construcción. Los barcos tendrán un diámetro de nueve a diez metros. Puede que parezcan pequeños, pero serán capaces de transportar gente. Se guiarán manualmente o por control remoto. El tanque puede albergar a seis personas, por tanto los barcos deberían poder transportar el mismo número. ¿Dispara el tanque munición real?
No. Está equipado con cañones, pero si pudiera disparar munición real se me perseguiría bajo una acusación mucho más grave que la de posesión de armas. Lo importante era fabricar un ingenio de aspecto lo más realista posible, pero sólo como hobby. ¿Cuáles son tus planes de cara al futuro?
Quiero presentarme a las elecciones para gobernador de la prefectura de Osaka y ser propietario del castillo de Osaka, en el que vivió Hideyoshi. Si por alguna razón esto no funcionara, entonces el clan Odagawa invadiría Osaka por la fuerza militar. Atracaríamos cinco barcos de guerra en el puerto, desembarcaríamos con cinco o seis tanques y marcharíamos hacia el castillo. Pues nada, hombre, que tengas suerte.