Cosas que no te van a gustar de la sexta temporada de ‘Juego de tronos’

Más o menos a estas alturas del año pasado, poco antes de que diera comienzo oficialmente la quinta temporada de Juego de tronos y para disgusto de HBO, alguien subió a la red los cuatro primeros episodios de la misma. Para asegurarse de que no se vuelva a repetir, la cadena anunció que para la sexta temporada no se enviaría ningún capítulo para su visionado previo al estreno. Para más inri, George R. R. Martin no parece tener ninguna prisa por terminar el sexto libro de la novela río en la que se inspira la serie. Tras las noticias recientes que apuntan a que después de la nueva temporada quizá queden, a lo sumo, 13 episodios, el futuro de la serie parece incierto. Además, por primera vez, desconozco por completo (como crítico y lector) qué va a suceder a continuación.

Durante la espera, me he mantenido ocupado viendo los tráileres una y otra vez, llevando un seguimiento de los cortes de pelo de Kit Harington, curioseando los cotilleos de los fans y rebuscando entre la paja con la esperanza de encontrar algo que arroje cierta luz sobre lo que nos deparan las historias de Poniente. Y debo deciros que tengo malas noticias. Hay (al menos) seis cosas que no me van a gustar nada.

Quiero empezar aclarando que me encanta Juego de tronos, y en muchos aspectos prefiero la serie a los libros. Con una producción y un elenco impecables, la serie es capaz de tejer fábulas sobre el poder y la violencia hasta ahora ignotas para el público contemporáneo. Sin embargo, a veces también se tambalea ante las decisiones erradas de sus creadores en cuanto al ritmo o la narrativa, o en los momentos en que, bajo la apariencia relajada de una pretendida precisión histórica, se reproducen la misoginia o el racismo modernos de formas totalmente innecesarias para el buen desarrollo de la trama.

A pocos días del estreno de la temporada seis, quisiera compartir cuatro aspectos de la serie que sé que no van a gustarme y probablemente a vosotros tampoco, en orden ascendente de importancia.

¿Recordáis a Bran Stark? La última vez que lo vimos estaba bajo un árbol hablando con el Cuervo de tres ojos, un anciano que se ha fusionado con las raíces del árbol. Pese a que la historia de Bran resulta muy interesante en los libros, su historia de autorrealización interior peca de monótona en la pantalla. La clásica historia del anciano místico que enseña al joven héroe a hacer magia está muy manida (como ejemplo más reciente tenemos el nuevo tráiler de el nuevo tráiler de Doctor Extraño). Los flashbacks sirven básicamente como herramientas que contribuyen a narrar, más que a mostrar.

Nunca me ha gustado mucho el personaje de Theon, el equivalente ponienti de un vikingo cachondo con problemas de familia. Es superficial y antipático, y hay una razón por la cual Martin que nunca ha tenido reparos en dedicar 100 páginas a una subtrama decidió acortar en gran medida la historia de la transformación de Theon en Hediondo. Su desgreñado antagonista, Ramsay Bolton, también infunde pavor en los libros, pero su retrato se limita a varias pinceladas, mientras que en la serie se regodean en su crueldad. Sin duda Ramsey es cruel, pero no es Joffrey. Cualquier villano de sonrisa sardónica palidece ante el niño rey de cabellos dorados.

Tanto la serie como la saga literaria se encallan en la ciudad de Meereen, cuya función específica es la de enseñar a Daenerys a gobernar para que no la líe cuando tome Poniente. Sin embargo, el resultado acaba convirtiéndose en una muestra caótica de nuestra propia política racial y de perpetuar el estereotipo según el cual las gentes de color sirven de elemento de contraposición para demostrar el desarrollo del hombre blanco. Ante la representación de una salvadora de tez blanca, cuya misión es la de enseñar a los colonizados lo que es ser civilizado, quizá sea hora de plantearse recibir unas cuantas lecciones sobre orientalismo.

Daenerys ha vuelto a tierras dothrakis, pero Tyrion que en esta nueva temporada nos contará que su trabajo es "beber y saber cosas" y el maestro de espías eunuco, Varys, siguen en la ciudad, y eso me preocupa. Sus viajes, junto con las no menos estrafalarias andanzas de Jamie y Bronn, los sitúan como los favoritos para optar a la categoría a "mejor extraña pareja" de la temporada 5. Pero una historia de viajes necesita movimiento, y lo que temo es que se queden atascados en la pirámide.

Sí, ya conozco el argumento: en el pasado histórico en el que se inspira Juego de tronos había mucha violencia sexual. De acuerdo, pero no creo que hubiera incluso más que en nuestro mundo actual, regido por una sociedad a la que siguen incomodándole mucho las mujeres con poder.

Juego de tronos hace gala de un extenso catálogo de fantasías de humillación explícitas que ni siquiera se considerarían en cualquier otra serie, como si tanto Martin como los guionistas no fueran capaces de narrar el desarrollo de los personajes femeninos si no es mediante la humillación, la violación y la violencia.

Y ahora, Daenerys cuya violación a manos de Khal Drogo en la primera temporada parece menos consensuada en la serie que en los libros vuelve a estar en manos de los dothraki, como muestra una escena del último tráiler, en el que la Madre de Dragones aparece siendo despojada de sus vestiduras.

Si bien es cierto que la violación masculina es frecuente en la guerra moderna y premoderna, los creadores de la serie siempre encuentran formas de desarrollar a los personajes masculinos sin que medien este tipo de escenas (a excepción, claro está, de la mutilación genital de Theon).

Y ahora, las buenas noticias: tengo la impresión de que las cosas que odiaré de la sexta temporada son solo pequeños fragmentos de los primeros episodios y de que luego la cosa mejorará. Sansa y Theon seguramente se encontrarán con los hijos del hierro. Drogon arrasará a los dothraki y la Madre de Dragones cabalgará sobre su lomo. Descubriremos un montón de cosas interesantes sobre Jon Nieve. Los Bolton caerán. Y mientras todas estas tramas que nos han tenido varios años tan enganchados se acerquen a un punto de convergencia, los muertos y su Rey de la Noche avanzan inexorables hacia el Muro. Se acerca, por fin, el invierno.

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Traducción por Mario Abad.