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Cultură

La habitación del mal: un coctel de sangre para la medianoche

Hablamos con el director Esteban Roel y nos contó sobre su villana carismática, el cómo se reformula una película de terror y de cómo un "loquito" cotidiano se puede convertir en protagonista de un film de horror.
Foto vía Sony España.

La competencia de Hannibal Lecter en un trance esquizofrénico. Todas las fotos cortesía Sony España.

Hace mucho tiempo nadie grita ni maldice en el cine. Las películas de terror se convirtieron en una fórmula básica; muñecas endemoniadas, niñitas pecaminosas que necesitan un exorcismo y mansiones con actividades paranormales, estas parecen ser las únicas opciones que tiene el espectador para que se le muevan las tripas, sude y tenga pesadillas.

Sin embargo, una función de viernes a la media noche en la ciudad amurallada era todo lo que se necesitaba para redimir este género que Hollywood ha convertido en su perra, explotándolo para llenar su ambicioso bolsillo de más y más dólares.

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Como es costumbre, el Festival de cine internacional de Cartagena de Indias abre las puertas del Teatro Heredia a la media noche, durante seis días, para que los adictos a los gritos incontrolables, la incomodidad y el pánico puedan deleitarse con el mejor cine de terror. El viernes pasado, 14 de marzo, a unas horas del amanecer del sábado, el complejo teatral se agitó hasta más no poder; entre gritos, risas nerviosas y constantes susurros de "¿Qué putas?", dos mechudos españoles, Juanfer Andrés y Esteban Roel, despertaron muertos, borrachos y uno que otro turro, con su díscolo y espeluznante film, La Habitación del mal (Musarañas, en España).

No ha habido un villano carismático desde Hannibal Lecter o, tal vez, le acaba de llegar competencia. Montse, la recatada modista de la época post franquista que desmembrara todo ser humano frente a sus ojos, con el claro propósito de liberarse de un pasado tortuoso, sufre de nada más y nada menos que cuatro enfermedades y una adicción: agorafobia, psicosis, esquizofrenia, trastorno afectivo bipolar y adicción a la morfina. Esta es la clase de buen partido que te hará la vida imposible a ti y a otros cuantos durante una hora y media de película y las horas de sueño que tengas durante los siguientes días.

Sangre, mucha sangre a lo Tarantino, crucifijos descabezados, tarritos de morfina por toda la casa, puertas cerradas con candados y chistes en los momentos más tétricos son parte de la buena dosis de terror que este film le puede brindar.

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Unas cuantas horas después del susto, tuvimos la oportunidad de charlar con Esteban Roel, profesor del Instituto del Cine Madrid y director de La habitación del mal junto a su amigo del alma Juanfer. Nos contó qué se necesita para ser su amigo, por qué es mejor hacer una película barata y quién es en realidad Montse, la insoportable pero, en últimas, simpática carnicera de esta cinta.

Esteban Roel y Juanfer Andrés en el FICCI, en un su pose "más espeluznante". Foto por Camila Tovar.

Hola Esteban, ¿te gusta asustar a la gente? Esteban Roel: Me gusta la gente que le gusta asustar (lo dice con voz gutural).
La verdad es que desde que vi El resplandor de Kubrick, hace miles de años como puedes ver (risas), me cambió la vida; ahora mis amigos tienen que dejarse asustar y me tienen que asustar. Si me dices: "Oye, Esteban, me encanta La Masacre de Texas", ya eres mi amiga. Así de simple.

Pues esa no me gusta mucho, pero sí me gusta La habitación del mal.

Entonces, creo que nos llevaremos muy bien.

Cuando vi la película tuve muchos flashbacks, hasta pensé en Kubrick. Dime los referentes fílmicos que tuvieron a la hora de la dirección.

Bueno, pues no tenemos la maestría de Kubrick de provocar miedo sin que esté pasando nada. Pero sí hay un poco de Polanski y El bebé de Rosemary y, más que todo, referentes a Repulsión, en los momentos de la transformación catatónica de Montse. Además está una película de Don Siegel que se llama El Seductor en la que actúa Clint Eastwood. Todo el mundo habla de Misery de Rob Reiner como referente, claro está.

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En la película también hay un gran homenaje al terror gótico de los sesenta y setenta en España, que resalta esta cosa católica como una edad oscura. Y, de hecho, uno de los piropos más bonitos que nos han dicho es que es muy García Lorca; como una especie de La casa de Bernarda Alba, pero más pasional y terrorífica. Hay mucha sangre y cuerpos desmembrados, pero es un film muy español.

Casi todos son referentes de hace unos cincuenta o cuarenta años, ¿no?

Porque somos viejos (risas). Mentira, lo que pasa es que ese era el buen cine de terror sin tanta parafernalia y adolescentes con las hormonas alborotadas.

Montse buscando a quién desmembrar con sus agujas de coser.

¿Cómo nace la idea de hacer una buena película de terror?

Bueno, mira, nosotros somos profesores del Instituto del Cine de Madrid y le pedimos a nuestros alumnos que hicieran un guión para un examen. Este guión lo escribió un estudiante que también fue el director de fotografía de la película. Tiene una historia muy poco romántica, lo sé, porque estábamos buscando hacer un film barato, con una sola localización y muy pocos personajes.

Juanfer (el otro director de la película) tuvo la idea de trabajar con este guión y le dije: "Vale y ¿de qué manera lo justificamos?", y me dijo: "Una agorafóbica asesina". Y ya. Así hicimos todo en un solo apartamento y la rodamos en tres semanas. ¿Para qué tener más gastos?

Yo juraría que el rodaje fue en un apartamento abandonado.

Tienes toda la razón, fue en un piso abandonado en el centro de Madrid. Hacía mucho frío, era terrible, y pareciera que todo tenía su propia vida. Estos pisos antiguos tienen muchos pasillos, muchas puertas que van al mismo lado o que van hacia ningún lado.

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Aunque, estábamos muy limitados de espacio eso es lo que al final le da autenticidad a la película; de verdad, estábamos atrapados ahí en todos esos laberintos.

Para ver el primer muerto en una peli de terror hay que esperar más de media hora. Ustedes van a lo que van. Cinco minutos y Montse ya está dándole latigazos a su hermana.

Si puedes contar algo en un minuto, ¿por qué echarte tres minutos? Cuéntalo en medio minuto, si es posible. En esta historia pasan muchas cosas y si le hubiéramos dado un ritmo de suspenso, se hubiera caído.

Igualmente, es parte de la tormenta interna de Montse. Todo está muy tranquilo, pero ella lleva un torbellino por dentro.

¿Quién es Montse? Parece que hubieran escrito ese papel para esta mujer. No quisiera encontrármela en un pasillo de mi edificio.

A nosotros también nos daba miedo verla en esos pasillos laberínticos del piso, créeme.

Ella es Macarena Gómez y es una actriz de comedia muy famosa en España. ¡Comedia! ¿Me escuchas? ¡Comedia! Y, pudo con todo ese paquete. Además, ella es muy menudita, chiquita y flaquita, así como tú, y no sabíamos si tenía la suficiente fuerza para acabar con todo el que se le atravesara. Pero, fue solo verla y nos dimos cuenta de que tenía el poder de desmembrar lo que se le diera la gana.

Y, ¿cómo se transformó en esa modista desequilibrada que perforaba a todo el mundo con sus agujas de coser?

Bueno, ella trabajó con un psiquiatra que nos acompañó durante todo el rodaje. Así se acopló a las sicopatologías del personaje, que sufre de cuatro enfermedades y una adicción: agorafobia, psicosis, esquizofrenia, maniaco depresión y adicción a la morfina. Es todo un cuadro la mujer esta (risas).

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Lo bonito de hacer un film de época, del periodo post franquista, es que de alguna forma marca ese momento en el que no se sabía mucho de estas enfermedades. Se tildaban de locos, aunque ahora también, pero no tanto. Se hacían los de la vista gorda y luego pasaba lo que pasaba, a desquitarse y a matar se dijo.

Entonces, la locura de Montse puede verse como una metáfora de la España post franquista.

Exacto. Montse representa, de alguna forma, esa España post franquista. Reprimida, ultra católica y totalmente enferma, con miedo a salir y a vestirse de colores. Una España totalmente jodida de la cabeza.

Imagínate, ¿cuántas historias sórdidas, como esta, pudieron haber pasado en esa época? Me da miedo pensarlo.

Veo. Entonces, ¿si damos por sentado a varios 'loquitos' tendremos buen cine de terror?

Sin duda. Despista a un desequilibrado y tendrás tu film de medianoche; pero, tal vez, en la vida real (risas).

¿Por qué matar a la gente de la risa en el momento más tétrico?

Nos encanta eso. Nos gusta plantear un género y cuando la gente ya está cómoda, creyendo que vamos a hacer la misma fórmula, y dicen: ¡Ah bueno, ahora viene un susto! Los enloquecemos con chistes de mal gusto o despectivos.

Lo hacemos para que la gente disfrute porque el cine es como ir de fiesta. Tienes que reír, llorar, saltar, o sea, hacer de todo. Si una película te ofrece muchas reacciones es porque ha sido una buena fiesta.

Entonces, la fiesta de ayer la sacó del estadio.

¿Te gustó el coctel tan batido? Tanta sangre te mueve las tripas.

Sigue a Camila Tovar.