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Especial de Narrativa 2014

Especial de narrativa: El dios del guión/What the Duck

What the Duck es el texto que Robert McKee, el dios del guión, revisó para Akec Sokolow y Tony Camin después de la entrevista.

What the Duck es el texto que Robert McKee revisó para Akec Sokolow y Tony Camin después de la entrevista.

Nota de la traductora: En inglés “What the Duck” es un juego de palabras. La frase hecha debería ser “What the fuck” [¿Qué chingados?], mientras que “fuck” se cambió por “duck”, que significa “pato”.  

Clint Mallard era un simple pato con un simple ¡gran! sueño.

Ser el pato parlante más famoso de Hollywood, más que Donald, a quien Clint siempre consideró como el Louis Armstrong de los patos parlantes; siempre representando cual payaso los peores estereotipos de los patos parlantes, al tiempo que derrumbaba las barreras de los patos. [Basta del pato Alec —concéntrate en Clint]

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Más famoso que Daffy con su ego y su apetito tan infames. Más famoso que el pato Afflac (quien, en un golpe a la comunidad real de los patos parlantes, ni siquiera era un pato parlante de verdad sino más bien una imagen generada por computadora producida por corporaciones con una voz cómica nasal).

Clint Mallard siguió su sueño y partió desde su pequeño estanque en un lugar en medio de la nada [¿Quizá era Marshfield, Wisconsin?] hacia las fábricas de sueños que abundan en la extensión soleada y llena de smog llamada Los Ángeles.

Pero no se equivoquen, a pesar de que Clint sólo tenía un talento modesto para estar en un zoológico interactivo, la ambición ilimitada que poseía no sólo le bastaba para compensarlo sino que le permitía ignorar las humillaciones cómicas de iniciar semejante lucha, incluso lo motivaban.

Tampoco se dejen engañar, el ascenso no es fácil, nunca lo es. En el mundo de los animales parlantes de Hollywood la competencia es brutal. Literalmente. (Los perros en verdad se comían otros perros [¿Ejemplos? No se comían en verdad] para poder lograr el papel de su elección). Éste es sólo otro ejemplo desafortunado y una parte que casi nunca se revela de la historia de Hollywood. Rin Tin Tin era un mordelón famoso. Lassie dirigía un club de peleas caninas. ¿Sounder? sus lágrimas eran de cocodrilo. Sounder era un asesino a sangre fría. ¿Y qué hay de Air Bud? No fue Big C quien lo castigó. Fue Big G. Gidget, el chihuahua con complejo napoleónico de Taco Bell.[¿Derechos? Tal vez cueste mucho $$$$]

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Sí, el juego del animal parlante en Tinseltown era una jungla de schadenfreude, la supremacía de pelar los dientes, y confrontaciones entre pelear o huir.

Sin embargo, Clint tenía los intangibles que le ofrecían una ventaja en el negocio del entretenimiento. Él no era particularmente fotogénico. Al ser el resultado de un encuentro amoroso de invierno, en el Lago Erie, de una madre pata negra americana y un pato moteado embaucador de Florida en Beca Raton. Clint tenía plumaje moteado. Un canto monótono. Además de un andar más bien nada gracioso. Pero Clint también poseía una tendencia sociópata combinada con una necesidad casi patológica [¡Hay que escoger una!] y una total falta de vergüenza. El verdadero ingrediente secreto para tener éxito en Hollywood.

En pocas palabras, tenía ese “algo”. Haría lo que fuera, y a quien fuera, en todo caso, para tener éxito. Y lo logró. [Más bien así]

Desde mercados de los granjeros en zoológicos interactivos hasta las fiestas de cumpleaños en Brentwood con sus incesantes juegos de “Pato Pato Ganso” con la multitud en Ritalin. Hasta las noches de micrófono abierto en Rodney King’ Komedy Klub en Simi Valley. Hasta ser el doble de Bobby Flay. ¿¡Esto es enserio!? si no, que triste… :(] Lo que se les ocurra, Clint Mallard lo hizo a la manera de un pato. Favores sexuales. Trabajo extra. Kitchen Nightmares. [No tiene sentido si no es dueño de un restaurante]. El jolgorio navideño en The Grove. Después, finalmente, su largo descanso.

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Clint estaba en la Comic Con, tratando de reiniciar la franquicia “Howard” cuando sin querer entró y, de algún modo, grabó a cierto director de la élite in flagrante delicto con un tal Jar Jar Binks [¡Ja! sable de luz personal], quien afortunadamente para Clint, resultó ser un menor de edad salido de Make A Wish.

Clint sabía que era muy poco probable que la última voluntad de Jar Jar fuera ser empalado con el sable de luz personal del tan afamado director. Pero por fin tenía palancas, y las usó para asegurarse de lograr un giro asombroso como el monstruo en la mejor película de cerdos parlantes del año. “El día del cerdo y las rosas”. En cambio, esto lo llevó a su propio esfuerzo que se ve en el título: “What The Duck”, una sitcom de tres cámaras con su nombre se programó para siete años. [BIEN]

Siete años de un gran rating. Evitar firmar contratos para obtener más ganancias. Sindizalizado. Cuotas por sus presentaciones. Promociones. Películas. Figurinesas de acción. Conejitas de Playboy. Jets privados G-4. Swag. Además de, por supuesto, ser emparejado en los tabloides. [¿Con quién?] “Cliniffer”. “Lilo-Lard”. Y la siempre mal pronunciada “Klum-Clint”. Clint sobrevivió a una enemistad pública con uno de los hermanos barbudos en “La dinastía de los patos” [¡Genial! ¡Relaciónate! ¿Tenemos que pagarle a esos tipos?] cuando uno de los montañeses yupis hizo un comentario estúpido contra el amor hacia los patos mientras le hacían un pedicure en un salón de primera clase en Virgin Atlantic. [¿Tal vez se haga amigo de los Dynasty Guys? ¿sería gracioso?]

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Sobrevivió incluso superó la rehabilitación (una dependencia a la niacina y a la Blue Cote que luego llegó a la oxicodona) y a la disolución de dos matrimonios (Jane, su novia de preparatoria que lo acompañó en la lucha inicial y luego Clint la dejó una vez que se inició el show. Y su co-protagonisa en la tercera y cuarta temporada de “What The Duck”. Una comediante malhablada con problemas de imagen física que lo “atrapó”). [NO]

Clint lo tenía todo. Había ganado la carrera de locos, que es en realidad muy difícil de ganar cuando tu nombre no es Mickey y/o no eres un miembro de RGA [Investigar… ay ya no importa] West… The Radent’s Guild of America.

Después, tan pronto comenzó su carrera, terminó. Lo cual es muy difícil. Corrieron a Clint Mallard de negocio del entretenimiento. Un hecho poco conocido acerca del mundo del entretenimiento: tiene un presidente. Un derviche girador reservado y controlador conocido por sus amigos como Sy Gonif. Gonif y sus seguidores que usan Hugo Boss que tienen la autoridad sobre cada bar de mala muerte con un escenario y en cada teatro regional y en cada club de humor. Desde Toledo hasta Tinseltown, Sy Genif y su banda de cuentachiles gobiernan el mundo del entretenimiento con puño de hierro. Él decide quién se queda y quién se va. Nada ocurre en el mundo del entretenimiento sin que Sy lo apruebe.

El bisabuelo de Sy, Sy Geniffski, era un vendedor de guantes en Polonia que llegó a Estados Unidos, que inició un Peepshow1 de a centavo en la parte de atrás de una cine nickelodeon2 en Hoboken, lo que lo llevó a crear su propio estudio de filmación, luego se mudó al oeste, donde se convirtió en el primer presidente antisindical de Hollywood.

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Desde entonces Hollywood ha estado repleto de personas como Gonif. [Quién sabe qué onda con ese tal Sy, ¿y si el público simplemente se pone en su contra? Tal vez no…]

Alec Sokolow fue nominado para el Premio de la Academia a Mejor Guión Original por Toy Story.

El poder de verdad, como el alter ego de Charles Foster Kane alguna vez escupió, no es ser capaz de crear a alguien. Es la capacidad de destruir a alguien. Y Sy Gonif podía destruir a quien fuera. Decidió destruir a Clint.

Eran muchos los pecados de Clint, pero también era mucho su poder adquisitivo. De algún modo sobrevivió a las orgías “Pato a la naranja” bañadas en licor triple seco de la mansión de Playboy. A sus encuentros hostiles con la policía del barrio chino. A que lo sorprendieran besuqueándose con un Turducken3 travesti en un bungalow del Chateau Marmont. De cualquier manera Clint siempre caía sobre sus pequeñas patitas palmeadas.

Incluso sobrevivió a sus intentos destinados a fracasar con respecto a escribir, protagonizar, dirigir, editar, diseñar el set, encargarse de la iluminación, producir e incluso asistir al encargado de la iluminación en la equivalente a “Mephisto” de las películas de animales parlantes: “El perro de Hitler”. Una mirada compleja y empática a la vida y el tiempo de Blendi, el pastor alemán que obedeció fielmente al führer desde Nuremburg a Kristalnacht hasta la cápsula de cianuro que obligaron comer a Blondi en el bunker para asegurarse que el veneno en serio había funcionado. [NO]

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Clint estaba convencido que tan solo la escena de su muerte por fin cambiaría la manera en que lo percibían de un pato poco valorado a un ave salvaje que como actor es una triple amenaza. Incluso subió de peso con una manguera en el gaznate en el proceso de convertirse en paté. Sufrió durante horas de maquillaje y prótesis todos los días para “convertirse” en el tan incomprendido Blondi. [NO]

Clint se conectó con las terribles situaciones de Blondi. Después de todo, un pastor alemán no es el guardián del amo nazi. Además sus escenas montando la pierna de Eva Braun en el “führer-bunker” definitivamente no eran en vano. Eran necesarias para la historia. Por desgracia también lo era enseñar un lado más humano de Adolfo Hitler. Los juegos de atrapar los jugaban en Polonia. Sus escenas que lo lanzaron al estrellato en las fotografías de propaganda de Riefenstahl. Sus duchas en la sala de mapas. (De hecho Hitler era una imagen generada por computadora con la tecnología más reciente de “Avatar”. Era como si estuviera vivo). [UGH]

Cuando el “perro de Hitler” estiró la pata en la taquilla, Clint fue asombrosamente capaz de sobrevivir a su propio Hindenburg al culpar a Lou, el guardia de seguridad del estudio recién formado. Aparte, se había retomado a “What The Duck” para otra temporada. [NO]

Clint sobrevivió todo hasta que por desgracia “cuaqueó” un tuit acerca de las víctimas del huracán Sandy en Los Hamptons. [NO]

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Se podría pensar que Clint ya había aprendido a no tuitear nada sobre las víctimas relacionadas al clima después de ver cómo el incidente conocido como “L’affair Aflac” [Tal vez una pequeña bromilla al respecto] provocó que Aflac tocara fondo. Pero no pudo evitarlo. Japón era otro asunto. Es una nación en una isla que no influye mucho en las taquillas internacionales. Además el pato Aflac ni siquiera era un pato de verdad. ¿Cómo podría saber acerca del sentido del humor de los patos? [No creo todo esto sea necesario pero ¡Es CIERTO!]

Clint les mostraría a todos lo gracioso que podía ser un pato de verdad. Y, francamente, estaba aburrido. Shitsu no debería durar dos horas. Así que lo hizo. Publicó un tuit. [¡Sí! Pero hay que decirlo de otra manera]

“Hay algo que sopla en el sur de Hampton. No sabía que Petunia Pig estaba en la ciudad”. “Amo a Sandy, por fin alguien exige que Wall street rinda cuentas”. Clint se estaba divirtiendo. O eso era lo que él creía.

Pero en los Hamptons era completamente distinto a Fukushima. Por un lado, burlarse en 140 caracteres o menos de la tragedia en territorio estadunidense lo perjudicó demasiado con el proveedor de fondos P&A; en especial cuando siri autocorrigió su último tuit para que se leyera como “al carajo con el pobre negro” cuando lo que realidad había escrito era “la gente blanca rica apesta”. (Quién se imaginaría que siri era racista.)

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Por otro lado, Sy y la mayoría de la élite de Hollywood tenían una tercera casa en Los Hamptons. Así que se tomaron muy a pecho el insensible tuit autocorregido de Clint. Ahora era un asunto personal.

Entonces Sy presionó el botón de la lista negra en memoria de Joseph McCarthy (que irónicamente era rojo) para Clint Mallard. El mismo botón que había usado para Ring Lardner, Dalton Trumbe y Zero Mostel. Al igual que para muchos otros idiotas ingenuos que confundieron la Primera Enmienda con la libertad de expresión.

Sy Genif no tenía otra opción en realidad. Es el trabajo del presidente del mundo del entretenimiento renegar la percepción de cualquier rastro de subversión hacia los miembros del congreso y las almas puras de la Iglesia y todas esas corporaciones y patrocinadores altruistas que alimentan a sus propios consumidores con el gatito de la fábrica de sueños como servicio público. [Quién sabe qué significa todo esto… —sólo hay que hacer que Clint haga cosas graciosas]

Es posible que Clint haya creído que era un pato del entretenimiento. sin embargo, pronto descubrió que en realidad no era más que una paleta. Algo con poca sustancia que se podía disfrutar y censurar. Y nadie, a excepción tal vez de los juguetes ambiciosos sentados en la fila de enfrente en el staples Center, quiere lamer a un idiota racista. [¡JA! ¡Totalmente Bieber!]

Todo aquel que conoce a Sy sabe que su trabajo verdadero es de hecho proteger al público de gastar unas cuantas monedas más. La percepción Es realidad en la fábrica de sueños. Además las masas ovinas, esos ingenuos borregos simples y decentes que pagan los centavos a contar deben estar protegidos de cualquier pensamiento que pueda provocar el cuestionamiento de qué es lo que están lamiendo en realidad. [¡ODIO A SY! ¿Tal vez más cosas de Dynasty por aquí?]

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Un dato curioso de Hollywood: La calle Vine solía llamarse “calle ovina”. Pero de hecho el abuelo de Sy cambió la “o” porque sintió que era de mal gusto y provocativa para los visitantes de Hollywood. Tenía la connotación de placer femenino, esa gran “O”. [O es una broma extraña o un dato aburrido.] Así que ahora los autobuses turísticos pasan por Hollywood y Vine. [Llamar a Alec por la mañana]

Nuestro pobre y pequeño pato descubrió de repente que la había regado. Había rebasado los límites de los estándares altos con respecto a la decencia. Clint era un ave salvaje que se había metido con el presidente del mundo del entretenimiento. Se corrió la voz.

De pronto Clint era un ave non grata. El descenso a ser un artista acabado del mundo del entretenimiento es difícil de explicar. No es como que tuviera que devolver su tarjeta de membresía del mundo del entretenimiento. Aunque sí lo hizo. No es como que se haya dictado una orden judicial para su arresto. Aunque sí la había. No se exilió a Clint a algún estado “de segunda”. No. Cuando se termina el show para la carrera del pato parlante la atmósfera a su alrededor cambia como un torbellino costero ligero que gira desde la cuenca del Pacífico.

Aun así Clint continuó con su vida diaria. Pero las cosas eran diferentes. Sus agentes no le regresaban sus llamadas. Su manager siempre estaba ocupado con alguna temporada piloto. De pronto, ya no lo consideraban para papeles que solía conseguir antes muy fácilmente. (“¿Garfield vende una revista electrónica? ¡Ni siquiera tiene pies palmeados!”) Pero los representantes no pueden hacer mucho. Además es difícil cuando tu nombre se borra de las listas de empleos que las redes y los estudios actualizan constantemente.

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Clint se vio a sí mismo viviendo en el año 1 A.D. (No “Anno Domini” sino “acceso denegado”). Los pases directos de los actores a los estudios de pronto ya no se imprimían. Se borró a Clint de las listas de invitados a las fiestas de premieres y también de las listas de presentadores en shows de premiaciones. De repente y de manera misteriosa no se podía asegurar el trabajo de Clint. El tiempo que pasó en rehabilitación se publicaba una y otra vez con alteraciones en los tabloides. [Podría ser divertido: que resuene en la portada del periódico Enquirer o algo por el estilo]

The Ivy By The shore quitó su nombre de la base de datos de reservaciones. Barney dejó de usar su corbata de patos. De pronto Clint ya no podía trabajar para los escenarios principales en la bandada de clubes de humor. Clint se vio obligado a viajar en la clase comercial. [¿O quizás sólo volaba por su propia cuenta?]

Cuando termina una carrera en el mundo del entretenimiento es como si alguien se pedorreara en un elevador. Se giran los ojos. La gente inclina su cabeza y contiene la respiración, luego corren lo más rápido que sus piernas puedan aguantar apenas se abren las puertas. [Es VERDAD]

Te quedas solo. Es tu pedo. El olor de la desesperación. Ese aroma punzante de miedo, duda y ambición que no se va.

Nadie sabe qué decir. Clint se ha convertido en el peor de sus miedos. Su andar típico un pato está cargado del sufrimiento de un pato derrotado. Se volvió algo como un bronceado, un sorbo de jugo de limón, como la guapa Hester Prynne que practica yoga. [¿No se supone que esas cosas son buenas?]

Mientras, todavía tenía que pagar la pensión alimenticia. También la hipoteca. Y la renta del carro. Aunque el sol aún brille, la capa de ozono se ha ido. (Es posible que Sy haya tenido algo que ver con eso también. Otra vez la “O”. Pero esa es otra historia.) [UGH. SY]

Clint analizó rápidamente sus opciones. No podía conseguir un trabajo de emergencia para solventar su nueva vida. Las celebridades no hacen eso. Juró que nunca haría reality shows. Pero de pronto, Clint se encontró viendo detenidamente al techo mientras soñaba despierto con que en realidad bailaba con otras estrellas. O quizás incluso “se ponía en forma” con cosas al estilo Danny Baldwin. ¡Qué demonios! Hasta podría pelear algunos rounds con Danny Bonaduce. ¿Qué tan fuerte puede pegar una perdiz? [Puede que no sea tan malo]

Cualquier cosa era mejor que regresarse en autobús a aquel pueblo en medio de la nada. [Marshfield, Wisconsin]

Pero ni en los realitys le regresaban las llamadas. Cuando se presiona el botón McCarthy ya no hay vuelta atrás. Se te acaban las opciones de inmediato.

Mientras ustedes leen estas palabras, Clint Mallard está planeando su regreso. Hospedado en un motel de dudosa reputación en el Sunset Boulevard frente a un minisúper con un local de hamburguesas y un jardín tipo waffle [¡Por favor que regresen!] De algún modo se ve a sí mismo en el revoltijo de prostitutas callejeras y tiendas de guitarras, tiendas de tatuajes y estudios de pilates. Aún está en la tierra de los sueños, pero ahora vive una pesadilla.

Clint está frente a una pantalla azul casera hecha con una lona para campar. El infame iPod ahora está apoyando con el soporte de la Biblia de Gedeón. Se graba mientras hace movimientos de pelvis sobre una cama mullida. Seguro de que podrá crea a una Kardashian por computadora para poder meterla en el video. Cualquiera de ellas esta bien: Kim, Kourtney, Kloe, Kris. Carajo, hasta a Bruce Jenner con tal de que tenga audiencia en internet.

Clint lo arreglará en la edición de video [esta película] Ahora usará estos nuevos medios de comunicación para demostrarles a todos que él aún es importante. Puede ser que Sy Gonif haya ganado la batalla, pero la guerra para salvar el alma de Clint acaba de comenzar. [SÍ]

Nuestro Ícaro de la actualidad voló muy alto y sus alas se derritieron. Sin embargo, Clint sabe que el juego se trata de cifras, y en el nuevo Hollywood, hablar de cifras es hablar de volverse viral. Y no hay nada es más viral que un video porno. [¿Pero cómo?¿Quitando el control parental? Ya empezó]

Clint es un simple pato con simples sueños. [¿Y el resto? ¿No es éste el final del segundo acto? Los expertos van a decir que es falso… Tal vez la emborrache y de verdad lo haga con ella.] [¡Llamar a A.S!]