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"A nosotros también nos vienen muchos chicos homosexuales preguntándose si no sería mejor infectarse" —nos explica Ferran Pujol, presidente del proyecto Hispanosida y responsable de BCN Checkpoint, un centro especializado en la detección de enfermedades de transmisión sexual situado en Barcelona— "pero no tenemos que tomárnoslo en el sentido literal. Realmente estos chicos no quieren tener VIH. Lo que quieren es una solución. Lo que nos están diciendo es que se sienten muy preocupados y con temor a que el VIH les acabe infectando. Esto denota un cierto cansancio, una angustia por tener que estar siempre utilizando preservativo, porque en cualquier tipo de relación que tenga el chico, el VIH podría interponerse. No es tan sencillo utilizar siempre condón. No solo depende de ti, depende de las otras personas que intervienen en la relación. Nosotros desde Checkpoint intentamos hacer un trabajo de reducción de riesgos desde la proximidad. Realmente lo que detectamos es que la gente está cada vez más preocupada y concienciada con la prevención y detección de VIH. Aun así las ETS siguen creciendo porque a pesar de su elevada prevalencia no se disponen programas eficaces de cribado y tratamiento de las mismas".No es cierto que la aparición del chemsex sea un signo de que el colectivo homosexual ha perdido el miedo al VIH. La epidemia está muy presente en sus vidas, especialmente en la de las generaciones más jóvenes, que a veces ante un simple resfriado vienen al centro por temor a haberse infectado
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En el caso de la infección por VIH un dato relevante a tener en cuenta es que una cuarta parte de los infectados no saben que lo están y el 42% de los diagnósticos son tardíos
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