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Cultură

Cómo hacer que funcione una relación duradera a tus veintitantos

A pesar de que estar en una relación duradera parece un reto, también puede ser muy gratificante.

(Foto: Fred Clifton)

Hay dos tipos de relaciones largas. El primero: cuando son mejores amigos que se provocan orgasmos sin que se vuelva extraño. Y el segundo: cuando los dos saben que lo único que están haciendo es ver cómo muere el otro. Sus bromas ya no te hacen reír; su alcoholismo no es tan divertido como antes; resulta que su personalidad es pésima. Son la pareja en la Bella Italia que está sentada uno frente al otro en silencio y gracias a ustedes, el niño al otro extremo del establecimiento va a tener miedo al compromiso.

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Lo bueno es que el 42 por ciento de esos matrimonios termina en divorcio. Esto significa que quizá haya una segunda oportunidad para muchas parejas, sin importar si son casados o no. Y es conmovedor porque, a pesar de que estar en una relación duradera parece un reto —como cuando tu amor se encabrona por el servicio deficiente de Domino's y no le gritas solamente porque en serio no tienes ganas de pelear—, también puede ser muy gratificante.

Entonces ¿qué se necesita para que funcione? ¿cómo, si cada relación se construye con años de interacciones únicas entre dos personas, es posible que una guía general sirva para tu relación tan personal?

Sigue leyendo para averiguarlo.

Peleas

El problema de las peleas es que la mayoría son totalmente estúpidas y fáciles de resolver. A menos que su pareja* te aplique "la Judas" y te traicione —o empiece a matar gatos o cosas así—, la mayoría de los conflictos se pueden resolver si haces una pausa y te preguntas: "¿Me estoy comportando como un imbécil?". Y la respuesta casi siempre va a ser: sí.

El problema de ser adulto es que, si estás mal y te dicen que estás mal, te pones agresivo porque ese escenario de recuerda tu infancia. Pero ya no eres un niño chiquito, ¿o sí? No, eres un adulto grande y malo. Ya tienes tarjeta de crédito. Puedes pedir 17 shots, fumar 17 cigarros y prender 17 cohetes adentro de tu casa si se te antoja. Pero no dejes que ese orgullo impida el paso al sentido común: si sabes que te estás comportando como un imbécil, discúlpate y ya. Nada de azotar puertas, nada de llorar y nada de actuar para que el otro vea que estás enojado cuando lo único que quieres es estar bien. En realidad, estar enojados es muy aburrido.

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*Utilizamos el término "pareja" para ser neutros en el género y la orientación sexual. Pero ten cuidad porque, dependiendo de que tan clavado estés, es probable que empieces a usar esa palabra para describir a la otra persona en tu relación :(

La "chispa"

La "chispa" es un concepto muy confuso. ¿Qué significa? ¿Es algo que sólo se usa en los anuncios de Match.com? Si sientes que ya no hay "chispa", probablemente es porque tu relación está entrando a una nueva fase; no puedes escabullirte de las fiestas y manosear a tu novi@ en la alacena por siempre, o coquetear todo el día por chat, o empedar con cocteles de 200 pesos cada vez que se ven. Llega un punto en el que las resacas empiezan a afectar seriamente tus funciones cognitivas y se refleja en tu trabajo, entonces te llaman para una junta con recursos humanos y tu jefe rastrea tu historial de chat y descubre cientos de ejemplos donde utilizas la frase: "Lo único que quiero hacer hoy en la noche es cucharear y coger". Algo terrible para todas las personas involucradas.

Parte de tener una relación estable es volverse codependiente. Además de la alegría de ver a tu pareja, te das cuenta de que cada vez te da más miedo y tristeza pensar que en algún momento tu pareja se podría ir o que la chispa se está convirtiendo poco a poco en un fuego. Pero no te asustes, no es nada malo. Esto quiere decir que lograron avanzar a una etapa mucho más significativa de su relación.

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Si te mueres por vivir cosas nuevas hasta el punto en que te obsesionas por mantener viva la "chispa", entonces corre por tu Asepxia y tu cinturón con estoperoles porque está claro que sigues siendo un adolescente.

Días de duda

A veces te dan esos lapsos donde te pones a reflexionar sobre todos los aspectos de tu vida y te preguntas, entre otras cosas, si tu relación actual es una buena idea. Es normal. Si a veces tú mismo no te aguantas, ¿cómo esperas soportar a alguien con la que llevas cuatro años y se sigue pedorreando bajo las sábanas y cubriéndote con ellas?

Pero te repito: no te saques de onda. Espera en silencio hasta que se te pase o hasta que puedas pensar claramente qué es lo que quieres y no hagas nada estúpido en lo que te decides.

(Foto por Michael Segalov)

Tentación

¿Cuántos años tienes, cinco? No puedes resistir las ganas de robar esa barra de chocolate que está en la cocina? Crece ya. El pasto siempre va a ser más verde y besar a otra persona cuando estás borracho no vale la pena si te vas a sentir culpable por semanas, meses o años.


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Solteros

El problema con los solteros es que a veces los ves con nostalgia y envidia: ¿no se ven increíblemente felices con su soledad? ¿No se ven mucho más libres que tú? Ellos pueden quedarse en la fiesta otras seis horas más. Pueden irse de viaje con sus amigos cuando quieran. Pueden usar Tinder y tener sexo casual en cualquier momento. Pueden desperdiciar un fin de semana completo acostados en su propia mugre, viendo 100 episodios consecutivos de Geordie Shore y dándose unos toques. Nadie los obliga a ir al supermercado, a bañarse o a salir a desayunar.

Sin embargo, los solteros son muy infelices. Por eso siempre se quejan de su soltería. Es una verdad universal: todos los demás se ven felices pero en realidad no lo son. Por eso todos odiamos tanto nuestras vidas. Pero recuerda: encontrar una pareja para odiar juntos la vida ayuda a calmar ese sentimiento.

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(Foto por Ed Zipco)

Sus amigos

Los amigos de tu pareja vienen incluidos en el paquete, es una regla. Los amigos de tu pareja siempre van a querer ir a un bar en grupo o hacer una parrillada enorme. Los amigos de tu pareja siempre te van a "probar" para ver si "eres digno". Con frecuencia, los amigos de tu pareja son unos pendejos y cuestionan todo lo que crees saber de tu pareja.

Pero todos tenemos amigos malos, ¿no? Todos tenemos una amiga fresa llamada Regina que odiamos pero que vive cerca. Todos tenemos un amigo de la universidad que se la pasa hablando sobre lo bien que nos la pasamos en la universidad. Es por esto que te tienes que llevar con los amigos de tu otra mitad, incluso si son unos idiotas: nadie es perfecto y muy pocos tienen buen gusto.

Es importante evitar presionar al otro para que se integre, a menos que los dos estén de acuerdo en eso. No tienes que presumirlo en el bar como si fuera una cicatriz de cirugía. A menos que seas un maniaco controlador que rastrea constantemente sus movimientos con la app Find My Friends, su independencia es probablemente lo que te atrajo desde el principio, ¿cierto?

Su familia

La mayoría de las personas disfruta la compañía de al menos uno de sus padres cuando pasan la pubertad y por eso es muy importante que conozcas a sus padres.

Quizá conozcas a un papá callado y estricto que te juzga por tu postura y por tu forma de beber una cerveza. Quizá conozcas a una mamá divertida que parece increíblemente dulce hasta que pones un pie en el sillón por accidente y de pronto empieza a llorar. La relación entre los padres de tu pareja y tú siempre es rara, tensa, llena de expectativas y se basa en una búsqueda mutua de cualidades que consiste en conversaciones triviales durante las comidas familiares.

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No te preocupes tanto por "conocer a los padres". No son más que ancianos que como los que ves en el mercado o en el metro. Un consejo: no seas tímido. Trata de hablar para que no haya silencios incómodos. Lo último que quieren es que su bebé haga un pacto de 10 años con un panqué insípido.


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Sexo

A menos que sean una de esas parejas cohibidas que programan sesiones de sexo aburrido por compromiso, van a terminar teniendomenos sexo que en los primeros meses de la relación. Es algo inevitable pero no por eso tiene que ser un problema: si el sexo sigue siendo bueno, prueban cosas nuevas y los dos tienen orgasmos, entonces probablemente no haya nada malo en bajar el ritmo.

Otra cosa, si el sexo empieza a ser rutinario, aquí va un consejo: hablen sobre eso. Di "Quiero hacer cosas más raras" o "Quiero que metas tu dedo en mi ano un poquito" o "Estaría padre probar cosas con los pies". Si ya llegaron al punto en el que el sexo les aburre, es muy probable que juntos lo suficiente como para hablar abiertamente sobre lo que piensan.

Vivir juntos

Esto es algo que genera demasiado estrés. Los dos saben que duermen juntos todas las noches y aun así los dos pagan renta. ¿No saben lo bonito que es que despertar juntos el sábado por la mañana y dividir el costo de una buena comida a domicilio para no sentirse mal por gastar 200 pesos en dos jugos y una pizza de desayuno? ¿No saben lo aburrido que es mensajearse por horas sobre lo que están viendo en Netflix?

Solución: vivan juntos.

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Sí, es probable que tengan problemas de espacio al principio y que tengan que cambiar algunos hábitos pero, si es el momento indicado, aguántense y hagan que funcione. Si planeas estar con una persona por mucho tiempo, vivir juntos es lo más natural.

La línea de tiempo invisible

Tenemos grabado en nuestro subconsciente que, aunque está bien vivir como se nos da la gana, somos unos idiotas si no hacemos las jugadas mágicas necesarias en el tiempo correcto para no cagar la única oportunidad que tenemos para ser felices. Tenemos esa percepción gracias a todo lo que vimos al crecer: comedias protagonizadas por solteros cachondos que no saben tener pareja; artículos pasivo-agresivos que nos dicen "Las 10 razones por las que debes ser soltero a tus veintitantos"; y, si tienes útero, el recordatorio constante de que tu fertilidad y tu edad son inversamente proporcionales.

Además, la línea de tiempo invisible se mete en tu subconsciente: en tu adolescencia lo mejor es tener una relación estable para aprender a coger; de los 20 a los 25 coges todo lo que puedes; después, entre los 26 y los 28 es el mejor momento para conocer al amor de tu vida porque quieres seguir siendo atractivo para cuando te cases y joven para no gastar tu ya bajísimo ingreso en una inseminación in vitro.

Mientras más permites que esa línea de tiempo invisible se grabe en tu conciencia, más vas a cuestionar todo lo que pasa. No entres a esta espiral neurótica. Si tienes una relación estable y eres feliz a tus veintitantos, qué bien. Si las cosas no funcionan, puedes seguir zorreando a los 30, los 40 o los 50. De hecho, tener una relación estable a tus veintitantos es de las cosas más subversivas que puedes hacer.