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Una ola de robos de cobre en el Raval

¿Qué harán los diseñadores gráficos sin suministro de agua?

Vivimos en un país de ladrones. Aquí nos roban los bancos, el gobierno nos la juega con los impuestos y las multas, nos roban en la calle y hasta nos roban en las tiendas bio (¿a quién le hace gracia que le cobren 4'70 € por 3 puerros y un boniato?). En cambio, robamos en tiendas de ropa, robamos en el FNAC y en Womens Secret… y en el Raval, por lo visto, robamos las tuberías de cobre de los edificios para venderlas como chatarra.

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Un chatarrero

No hay mucho misterio en cuanto a cómo funciona la compraventa de chatarra: las empresas generan residuos, los chatarreros los recogen y los llevan a una empresa, que a su vez recicla o revende.

En los últimos años, sin embargo, la crisis económica y el alza del valor de los metales gracias a la demanda de China e India ha hecho de la chatarra un negocio más atractivo para los parados más precarios.

El resultado es obvio: cada vez hay más gente por la calle con un carrito de la compra lleno de desechos. Pero también para los residuos hay más competencia. Están aumentando los casos de robos en negocios y, cada vez más a menudo, en edificios de pisos habitados.

En los últimos meses me he enterado de varios conocidos que viven en el Raval a los que les han quitado parte de sus instalaciones para su reventa. Y dejando aparte que me haga cierta gracia, es evidente que si hay un barrio de la ciudad que sirva de barómetro del resto de la ciudad ese es el Raval, donde la gentrificación y la pobreza coexisten en igual medida.

Joan, dueño de la tienda JBP de serigrafía, vivió un caso asi donde trabaja,

VICE: ¿Cómo te enteraste de que te habían robado?

Joan: Hace unos meses llegué por la mañana a trabajar y me encontré a los vecinos quejándose porque no tenían agua. Yo no le di ninguna importancia hasta que fui a mear y la cisterna no cargaba. Fui a mirar el contador por si había algún problema con el suminstro, y alguien había cortado las tuberías del agua. Y como en la mía, 3 tiendas más.

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¿Tuvo consecuencias notables?

Sí, alfinal tuve que pagar unos 500euros para reemplazar las tuberías y el contador.

 El caso de Ibon, diseñador gráfico, ocurrió a plena luz del día.

Llegaste a tu casa y te cruzaste con ellos, ¿verdad? ¿Qué fue lo que pasó?

Sí, me crucé con unos tipos que iban cargados con un montón de tubos. Al entrar escuché un sonido de escape de gas muy jevi.

¿Qué había pasado?

Resulta que los tíos entraron en un cuartito donde estaban las antiguas entradas de suministros, Agua, gas, etc. Parte de esas tuberías de plomo que ya no se usaban, y arrancaron a saco todo lo que encontraron. Uno de los tubos que arrancaron era la entrada de gas ciudad, y los tipos se piraron dejando una fuga.

La nueva ley de residuos, activa desde mediados de 2011, pretendía regularizar la industria y hacer la venta de metales procedentes de robos más difícil. Sin embargo, las medidas impuestas (por ejemplo, la obligación de cada chatarrero a registrarse y presentar documentación a la hora de intercambiar sus despojos), parecen poco más que una forma alternativa de controlar a los sin papeles e imponer impuestos a una industria que siempre ha funcionado al limite de la legalidad. Y con la crisis también florecen los mercados negros. Al final, donde hay demanda siempre se creará un mercado, y el valor del cobre no parece que vaya a disminuir en los próximos años. Que es más de lo que se puede decir del diseño grafico.