Sacado de lo que parecen anuncios y cómics hechos entre los 50 y los 60, cuando el sueño americano estaba en el punto más alto de la historia y el rígido consumismo también, el artista e ilustrador Pierre-Paul Pariseau de Montreal transporta personajes de radiantes mundos somníferos que juegan con tus percepciones de profundidad, escala y tiempo.A través de un caché de iconografía de arte pop, a la par de ser cortado y pegado con el uso de técnicas surrealistas, sus obras son yuxtaposiciones ruidosas y, prácticamente, atemorizantes. Viendo los caprichosos y vibrantes collages, es fácil notar que algo de ellos es simplemente desestabilizante.
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Un alce del tamaño de un edificio camina a través de un verde centro urbano; un posado ruiseñor con la lengua de una rana intenta atrapar una mariposa usando una lengua de tamaños desproporcionales. Según su declaración artística, Pariseau encuentra inspiración en, “felices coincidencias” y “eventos anecdóticos,” esos inesperados momentos en la vida que retan tu comprensión nihilista de la realidad y el destino. Esto debería hacerse claro en las obras abajo:
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