FYI.

This story is over 5 years old.

Música

5 spots para pichar en Rock al Parque

Porque un polvito festivalero siempre viene bien.

Foto: Santiago Sepúlveda.

Durante 22 años, Rock al Parque se ha convertido en el epicentro del desfogue juvenil capitalino. Pogos a muerte, gritos de “gonorrea hijueputa malparido” y voleo de mecha a lo que da son algunos de los deportes espirituales que los más salvajes de nuestros contemporáneos han elegido para sacar demonios, exorcizar fantasmas y poner a raya el diablo. ¿Pero y el sexito dónde lo dejamos? ¿Es que acaso los festivales no son también el escenario perfecto para el desfogue sexual, tan necesario cuando somos muchachos? ¡Pues por supuesto! Y por favor: nada de negarlo. Todos hemos estado ahí en el Simoncho, acompañados por la novia o por el novio, activados por la chuchita de ese metachito chuto con la camiseta de Obituary o provocados por el bonito encaje de nuestra compañera gótica de al lado, preguntándonos: “¿Y dónde carajos puedo ir a echarme un polvito rápido? ¿Dónde coños sacío estos deseos de fornicar tan bárbaros?”. El problema, claro, es que el parque no solo es un lugar público sino que nos rodean apróximadamente 267 mil cristianos. ¿Y entonces? ¿Significa esto que debemos reprimir nuestros incontenibles deseos de eyacular? ¡Para nada! ¡Al contrario! Esto solo significa que hemos de buscar ese perfecto spot que nos permita el mínimo de intimidad para yatusabe. Entonces que no panda el cúnico, muchachos, que les hemos ahorrado la tareìta. A continuaciòn, cinco spots perfectos para que no tengan que ir a pagar pieza a los moteles de la 62.

Publicidad

Foto: Hugo Rubiano.

Esa bodeguita de los de Red Bull, que está perfectamente encaletada y muy mal de vigilancia, podría ser el lugar perfecto para llegarle al traca traca. Está totalmente cubierta y cuenta con un buen espacio para que te revuelques sin pena y sin preocuparte por nada. Puedes hasta gemir sin problema, debido a que queda justo al frente al escenario Plaza, donde los metachos andan honrando a alaridos a Satanás. ¡Dale con toda tranquilo! ¡Y hasta métele energizante!

Foto: Hugo Rubiano.

A la entrada del festival y de camino hacia el escenario Plaza se encuentra un pequeño triangulito del amor que solo los más ganosos y observadores podrán detectar. Funciona mejor en horas de la noche, igual todo el mundo va a estar mirando hacia el escenario y nadie te va a molestar mientras estás en lo de la rellenada de pavo. ¡Vamooooo!

Foto: Hugo Rubiano.

Si de pichar en espacios públicos se trata, los matorrales siempre serán tus mejores aliados. Entrada la noche, aprovecha la oscuridad para camuflarte bajo este arbusto. No lo pienses dos veces. Acuéstate con tu pareja, pantalones abajo y al acto.

Foto: Hugo Rubiano.

Aunque tus amigos te digan que no es posible, que no van a caber, que es imposible hacerlo con tal nivel de pericia, no les hagas caso. El polvo festivalero de tu vida está entre carpa y carpa. Y de esas, compañeros, hay bastantes.

Foto: Hugo Rubiano.

Si a tí ni a tu pareja les importa el olor a caca y a meados concentrados al 1000%, es más que seguro que se van a poder echar un polvorete relajados detrás de los baños del festival. Anímate, finalmente es una experiencia que le vas a poder contar a tus nietos algún día: "Yo estuve ahí, en Rock al Parque 2016, tirándome a mi chico en el baño".