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Como yo no formaba parte de los chicos populares, consideré mi nuevo estatus de agente de confianza en los negocios de la familia de Jack como un progreso, a pesar de que Tammy vivía en un parque de casas rodantes a las afueras de la ciudad. Me sentaba junto a ella mientras rolaba un toque y luego lo pasaba desde su mecedora, donde solía fumar un cigarrillo tras otro y miraba la televisión. Tenía una voz grave y ronca, y cuando no podía creer algo que alguien le decía por el teléfono inalámbrico, sólo vociferaba, "Diiioooossss Míoooooo".
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Como la mayoría de los romances adolescentes, el nuestro comenzó a esfumarse durante mi último año, después de que Jack terminara la preparatoria. No habíamos terminado oficialmente, así que lo alcancé en una fiesta suya un viernes por la noche. Una amiga y yo nos habíamos detenido por algunos otros lugares en el camino. Estaba parada sobre el agrietado pavimento de la entrada de su casa, mientras fumaba un cigarrillo, cuando Jack salió para recibirme.
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