Las mujeres que se operan la cara siguen retocando sus fotos de Instagram con Facetune

¿Por qué las mujeres que ya tienen relleno facial siguen editando sus fotos con Facetune y aplicaciones similares?
Hannah Ewens
London, GB
MP
ilustración de Marta Parszinew
Instagram Face is evolving with filler and facetune apps
Collage por Marta Parszinew, imagen del móvil vía Pixabay.

Siempre se empieza con una cosa. En el caso de Francesca, fueron los labios. Siempre le parecieron muy pequeños en comparación con el resto de sus rasgos faciales. Cuando la londinense de 27 años se aumentó los labios con relleno por tercera vez, ya no había vuelta atrás. Se puso relleno en las ojeras para su boda —“básicamente quería retocarme la cara”— y después en el mentón. Hace poco, Francesca se congeló la grasa de la papada usando un producto llamado Aqualyx. Con esto, la papada se hincha y tu cuerpo expulsa la grasa a través de la orina (“¡magia!”).

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A Francesca no le importaba la hinchazón porque usaba Facetune para retocar todas sus selfis. Sus conocidos, familiares y seguidores no tenían ni idea de que se había hecho algo. Pero, incluso después de las intervenciones, sigue retocándose digitalmente la cara y los labios.

Lo que Francesca quiere es una cara de Instagram. Se trata de un rostro racialmente ambiguo compuesto por los rasgos estéticos más atractivos de diferentes perfiles raciales: labios carnosos, cejas arqueadas, un rostro cincelado. El resultado es una mezcla entre Emily Ratajkowski y una Bratz.



A pesar de la popularidad de cuentas de Instagram como CelebFace, que se dedica a revelar las intervenciones que se hacen los famosos y su talento con los programas de edición, la gente aún piensa que tener una cara de Instagram es producto de la genética que le haya tocado a uno y la cirugía plástica. La realidad es que tanto la gente que nace guapa como quienes se someten a operaciones usan aplicaciones de edición fotográfica.

Los famosos no son los únicos que se elevan las cejas o se marcan más el mentón. Cuando hablo con mujeres como Francesca sobre el uso de rellenos y Facetune, me cuentan sin pelos en la lengua las intervenciones cosméticas a las que se han sometido, pero no hablan de cómo editan sus fotos en las redes sociales.

La sinceridad generalizada con la que la gente habla en Instagram de los arreglos estéticos que se ha hecho, normalizados en su mayoría gracias a las operaciones de regalo y la publicidad, ha provocado que sea socialmente aceptable decir que te vas a inyectar relleno. Sin embargo, la idea de que alguien modifique su foto con un par de toques en la pantalla se ve como algo privado e incluso vergonzoso.

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"Son simplemente unos retoques más. Los famosos se operan o se ponen relleno y luego se retocan. Esta es la versión barata”

Anna*, una micro influencer de moda y belleza, ha confesado a sus 25 000 seguidores que se ha hecho aumentos de pómulos y labios y se ha inyectado bótox. Sin embargo, no cuenta ni cómo ni dónde edita sus fotos para parecerse a un ángel de etnicidad ambigua, aunque asegura haber editado con Facetune todas sus fotos de los últimos seis meses.

“No creo que haya nada malo en ello porque es simplemente mejorar lo que ya te has hecho”, me dice. “Son simplemente unos retoques más. Los famosos se operan o se ponen relleno y luego se retocan. Esta es la versión barata”. Retocar esas intervenciones con aplicaciones de edición le ha servido a Anna. Su tasa de engagement y sus seguidores han crecido rápidamente en la última mitad de año —algo que ella asocia con orgullo a tener el “ look Instagram”.

Otra bloguera de estilo de vida saludable de Reino Unido me dice que se ha puesto relleno en los labios y bótox, pero que no está completamente segura de que se vaya a elevar las cejas como había pensado. En su lugar, utiliza Facetune para modificarlas y conseguir la imagen deseada. “Creo que los rellenos que me he puesto hasta ahora son sutiles. Elevarme las cejas me parece algo más extremo cuando puedo conseguir el resultado que quiero editando la foto”, dice.

Otra influencer, Lucy Quigey, de 22 años, dice que usa Facetune y rellenos para aumentarse los labios desde que tenía 18 años. “Reconozco lo adictivo que fue hacerme los labios. Sé que, si me hiciera más cosas en la cara, no podría parar”, dice. Para ella, al retocarse con Facetune otras partes de la cara, como los dientes o los ojos, no necesita ir más allá.

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"Aunque te hicieras todas las intervenciones sin cirugía habidas y por haber, seguirías sin parecerte a la foto más modificada con Facetune que tengas"

Para muchos influencers menos conocidos y muchas chicas corrientes, combinar Facetune con rellenos es la mejor manera de conseguir la cara de Instagram y ahorrarse dinero. Una dosis de 0,5 ml de relleno labial puede costar alrededor de 160 €, así que el mantenimiento no es barato. Sin embargo, por lo que veo en las fotos de antes y después de Lucy, con Facetune y relleno en zonas estratégicas de la cara es posible conseguir la cara de Instagram. “A los 18, no se me reconoce por los labios. La forma de la cara me ha cambiado por completo”, añade Lucy.

Puede que sea verdad. Pero, aunque te hicieras todas las intervenciones sin cirugía habidas y por haber, seguirías sin parecerte a la foto más modificada con Facetune que tengas. El doctor Esho, cirujano privado de Harley Street en Londres, a menudo recibe clientes que llegan con fotos suyas muy editadas con filtros de Snapchat o Facetune. “Antes, traían una foto de un famoso” me dice por teléfono. “Ahora son ellos, pero editados”.

Esho nos dice que hay dos tipos de ideales de belleza: uno es el de la cara de Instagram pero más sutil y otro es una cara de Instagram mucho más exagerada que el llama “el yo de las redes sociales”. Cuando la gente acude a sus consultas con fotos de influencers 360 (buena genética, rellenos bien hechos y excelentes conocimientos de edición fotográfica), trata como puede de identificar qué es qué y así poder trabajar con las expectativas del cliente.

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“Ahora las fotos de los famosos o influencers son una combinación de edición digital, filtros, Facetune, bótox y rellenos. Es una mezcla de tantas cosas que es imposible que se parezca a la realidad o que quede bonito en la vida real.

“Antes, traían una foto de un famoso. Ahora son ellos, pero editados”

Según Esho, tiene sentido usar Facetune junto con los rellenos: sus intervenciones sirven para mejorar los ángulos fotográficos. Es dar volumen al volumen. Pero la naturaleza complementaria de que tanto el paciente como el cirujano traten de conseguir una cara de Instagram puede generar problemas. Es una búsqueda sin fin de la perfección.

“Te haces una elevación de cejas, pero en la foto las quieres más arriba”, dice Esho. “Las pones en un lugar al que ni la cirugía ni las intervenciones pueden llegar. Quieres tener el mentón más marcado, así que te pones relleno, pero cuando te haces la foto lo quieres incluso más marcado, así que usas Facetune para retocarlo un poco más”. Es la naturaleza humana perfeccionista, una naturaleza que Instagram ha premiado favoreciendo los rostros algorítmicamente más aceptables.

Las mujeres que entienden del tema, como Francesca, tienen un ojo para identificar lo que es natural, operado o digital. Ella es capaz de encontrar las partes que tienen relleno o las áreas que se han suavizado con Facetune, donde se han manipulado los píxeles. Es muy probable que las chicas más jóvenes, como su hermana de 21 años, que ya ha anunciado que quiere ponerse relleno en lugar de recurrir a las fotos superretocadas de Facetune, no noten la diferencia.

“Cuando me suavizo la piel”, nos dice Francesca al final de la llamada, “Pienso: ‘Ah, tengo que asegurarme de que dejo un par de defectos, algún poro’ para que no digan que no soy real”.

@hannahrosewens

Este artículo apareció originalmente en VICE UK.

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