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Cultură

Dos periodistas enfrentadas por un texto: ¿qué tan lejos hay que citar en una crónica?

Lo que sucedió, lo que afirma cada parte y lo que dicen los expertos impulsan a abrir un debate.

En el número 75 del periódico mensual Universo Centro, publicado en mayo, Pascual Gaviria ––editor del periódico y comentarista del programa La Luciérnaga de Caracol Radio–– publicó un texto titulado Nuevos Testamentos, con la intención de abrir el debate entorno al respeto y reconocimiento que debe existir por el trabajo escrito del otro.

En su texto, Gaviria se refería al incidente entre las periodistas Olga Behar y Andrea Aldana. ¿Que pasó? Que Aldana publicó el 2 de agosto de 2010 un artículo en la página de la Corporación Jurídica Libertad ––CJL––, titulado 20 años de la masacre de Campamento: una obra más de los Doce apóstoles, en el que narraba la historia de una familia masacrada en Campamento, Antioquia, a manos de los que posteriormente serían denominados por la prensa como "Los 12 Apóstoles".

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En 2011, la editorial Ícono publicó el libro El clan de los 12 Apóstoles, escrito por la reconocida periodista Olga Behar. Allí, en el libro, que suma ya ocho ediciones, el capítulo cuatro, denominado Campamento, está escrito a partir de la crónica que escribió Aldana para la CJL.

Olga Behar, experimentada periodista e investigadora, dice no pretender apropiarse del texto. Es más, a lo largo del capítulo, cita la fuente de donde sacó la información. Aunque no del todo bien, pues en vez de hacer referencia a la CJL ––pues el texto no aparece firmado por Aldana––, Behar cita el portal Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, quienes reprodujeron el texto, ellos sí, dejando claro que había sido publicado originalmente por la CJL.

Aunque el libro fue publicado hace cinco años, Aldana solo supo que su texto aparecía citado en marzo de este año, cuando pretendió reescribir la crónica para participar en un concurso. "Cuando estalló el escándalo (con la captura de Santiago Uribe, presunto miembro de Los 12 Apóstoles), se volvió a dar un boom con el libro de ella y yo agarro, reviso, veo el índice y veo el capítulo de Campamento. Empiezo a leer y me doy cuenta. Es que usted puede leer perfecto, es absolutamente mi texto, un parafraseo de mi texto, ni siquiera dicen que lo hizo la CJL".


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Aldana, me contó, procede a escribirle a Behar para decirle que esa crónica no la escribió la Red, que la había escrito ella para la CJL. "Le dije que qué pesar que estuviera citado así, cuando la víctima y yo recibimos amenazas por ese texto. Yo le cuento a ella y le digo que me parece muy lamentable".

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Behar le respondió al otro día, según escribió Pascual Gaviria en su artículo: "Buenos días, lamento mucho la confusión. Es difícil arreglarla cuando hay más de 20.000 ejemplares editados y vendidos. En todo caso, lo que supongo (voy a revisar) es que fue una reproducción de la Red. Siento inmensamente por todo lo que han oasado (sic) y espero que al fin haya justicia. Un abrazo solidario".

"Yo no volví a tener noticias de ella. Pasa que Pascual publica el texto y unos días después me vuelve a escribir ––me dice Aldana––. Si ella tenía la buena intención y la buena fe de corregir, por qué no lo hizo cinco días después de que yo le rectificara. Pasaron casi tres meses y ella no se manifestó y no pasó ni una semana del texto de Pascual, y ahí sí".

Ahí empieza el debate, porque Behar lo ve desde otra perspectiva. Para ella, el tema es así: "yo lo único que le quiero decir es que yo me he basado en las normas APA, en lo que se llama parafraseo, y eso es todo lo que tengo que decir". Con ello, alega que no hubo plagio, ni reproducción, que el texto cita a la fuente ––aunque no sea la original––, lo que significa que ella no quería apropiarse de la autoría del original.

Y con respecto a Aldana, añade que "en relación con la joven, no la conozco. Ella en algún momento me escribió y yo le contesté lo que él (Pascual Gaviria) reprodujo ahí, y ella nunca me volvió a escribir ni nada. Cuando salió lo de Pascual Gaviria, yo a ella le escribí a su Facebook de nuevo y le planteé que estoy en un medio que se llama Utópicos y que si ella quiere que trabajemos el tema, lo podemos hacer, podemos trabajar sin ningún problema. No me ha contestado, no sé tampoco si lo ha leído", dice Behar.

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En resumen: Aldana se quedó esperando que Behar corrigiera y Behar se quedó esperando a que Aldana le dijera que corrigiera. Un círculo vicioso.

Para Carolina Botero, abogada e investigadora de la Fundación Karisma, el tema es un caso complejo. Sin juzgar si está bien citado o no, o si es un tema de derechos de autor, para Carolina es muy difícil, pues "una buena parte de los derechos de autor es un problema moral de un lado y del otro".

Y ahí es donde entra Pascual Gaviria. "Yo nunca quise decir que fue plagio o algo así. Lo que sí creo es que hace falta un debate entre esas fuente primarias que quizás no tienen esa voz para darle resonancia a esas primeras investigaciones, a esa primera gente que investiga una historia 2–3 años, y termina, como en este caso, escrita en la página de una ONG y años después adquieren una relevancia en otra voz", dice.

En este caso, precisamente, Andrea Aldana estuvo investigando la historia por lo menos un año al lado de María Eugenia, la protagonista, la fuente, la víctima de la masacre. Pasaron más de seis meses buscando al cura Gonzalo Palacio ––que, se dice, integró Los 12 Apóstoles e inspiró su nombre––, y fueron juntas, Aldana y María Eugenia, a cuestionarlo por la masacre que ocurrió en un iglesia de Medellín.

"Da rabia, por que a mí me amenazaron, duré más de un año haciendo ese trabajo. Y el libro tiene 10 capítulos y uno de ellos es un beneficio que yo le di ––dice Aldana––. Yo no sé qué hacer ni qué decir". Además, aclara, que ella sí firmó la crónica en un principio, pero que luego la CJL tuvo un cambio en su página web y se cayeron los contenidos. "La crónica ahorita ni siquiera arroja el título".

Por su parte, Behar sostiene que intentó "hacerlo de manera ética, como siempre hago mis cosas. Y es probable que yo hubiera tomado la historia de un sitio que reproduce artículos de otro lado y no lo tomé de la fuente directa. Nunca me planteé ni ha sido mi metodología de trabajo no revelar las fuentes y tomar como creación mía algo que ha creado otro".

Pero, precisamente, ahí es donde quiere enfatizar Gaviria, ¿debería haber reconocimiento por el trabajo de Andrea Aldana o limitarse a citar la fuente, aunque ésta no sea directa? Gaviria tiene clara su posición. "Yo creo que sí hubo al menos una falta de delicadeza, una falta de respeto muy tesa por esa primera versión de no citarla ni siquiera en el texto. Yo creo que ahí hay un asunto deliberado de esconder esa fuente primaria, deliberado porque su versión en ese capítulo 4 no difiere absolutamente nada en la versión que escribe Andrea Aldana".

Aldana sigue sin saber cuál es el siguiente paso. Behar, por su parte, espera que Aldana le diga cómo cambiar la cita, y Gaviria, más que hacer un escándalo del tema, espera que se abra el debate sobre el reconocimiento del trabajo del otro. Pues la idea realmente no es juzgar si hubo buenas o malas intenciones por parte de los implicados. La idea es debatir.

Y, en aras de ese objetivo, ¿usted qué opina?